26/02/23.- Una patología bastante frecuente, más en mujeres que en hombres, y que puede presentarse a cualquier edad, es el llamado neuroma plantar o Neuroma de Morton. El mismo se caracteriza por una fibrosis (engrosamiento) alrededor del nervio plantar, que mayormente se localiza entre el 3º y 4º metatarsiano, aunque a veces se puede presentar entre el 2º y 3º.

El origen del Neuroma de Morton es causado por la compresión del nervio interdigital entre las cabezas metatarsianas, ocasionando irritación del mismo. Dicha irritación puede producirse por una sobrecarga mecánica en la zona, siendo la forma de pisar uno de los agentes causales más importantes.

Se ha descubierto que el origen no está solo en el pie: el hecho de tener la musculatura de la parte posterior de la pierna acortada (gemelos, sóleo, etc.) favorece el aumento de la carga soportada en la zona metatarsal del pie; por tanto, contribuye con la aparición del neuroma.

También el uso de zapatos de punta estrecha y tacón puede colaborar con su aparición ya que genera, por un lado, mayor dorsiflexión de los dedos y, por otro, la compresión de la zona metatarsal.

La pronación del pie muy brusca cuando caminamos o corremos tendría un efecto directo en la generación del Neuroma de Morton.

El paciente se queja de un dolor mecánico, similar a una descarga eléctrica que aumenta por la tarde o de un dolor acentuado después de mantenerse de pie durante un tiempo. Ese dolor puede ser más o menos intenso según el calzado utilizado, empeorando con el uso de puntas estrechas.

Asimismo, es aconsejable realizar una buena evaluación en la que se diagnostique si la forma de pisar está generando una sobrecarga en la zona que favorezca la irritación del nervio. De ser así, el tratamiento deberá estar dirigido a disminuir la sobrecarga en dicha área, y se podrá proponer como opción el uso de una platilla personalizada diseñada para tal efecto.

Un cambio de calzado contribuiría exitosamente en el tratamiento de esta patología. Este debería ser más ancho en la zona de los dedos. Se debe eliminar además el uso de tacones. La fisioterapia ayuda a desinflamar la zona y a dar mayor flexibilidad al pie y a la polea muscular de la pierna. Las infiltraciones funcionan en la fase aguda. La efectividad de recuperación se registra en un 75 %, pero si este tratamiento conservador no funciona, se planteará la opción quirúrgica.

 Ydalmis Bravo