03/03/23.- ¿Cuántas cosas se pueden decir sobre Hugo Chávez? Es y será por siempre el papá de todas las niñas y los niños venezolanos, amoroso y preocupado por nuestro bienestar y nuestro futuro.

“¡Papá Chávez!”, gritábamos mis compañeritas y compañeritos del Simoncito Josefa Camejo y yo saludando al cielo cada vez que pasaba un helicóptero. Teníamos cinco años, así nos enseñó mi maestra Deborah.

Ahora yo tengo 11 y sigo viendo a Chávez como ese hombre bueno que nos dio a todos un lugar, educación, salud, trabajo, deporte y lo seguiré viendo siempre así, porque su huella en mí no se borrará jamás.

Soy deportista, practico natación y cada vez que voy a competir pienso en él, porque siempre hablaba del deporte. Cuando Chávez murió yo estaba entrenando, el profesor Pedro nos sacó de la piscina y no podía hablar, mi mamá tampoco, todo el mundo estaba triste.

Al día siguiente mi mamá y el profesor Pedro con su familia, fuimos al Hospital Militar y caminamos hasta la Academia Militar, pero no pudimos entrar a verlo porque había mucha gente.

Luego volví con mi mamá y mi papá, queríamos despedirnos de él. Recuerdo que había mucha gente, ese día conocimos a un niño de mi edad, llamado Juan, que vive en Los Valles del Tuy, estaba con su padre. 

Hicimos una cola muy larga y pudimos entrar, lo vi, me despedí, fue triste, mi mamá y mi papá lloraron, llegamos a casa de madrugada.

Desde mi ventana puedo ver el Cuartel de la Montaña y su llamarada que me acompaña cada noche y vela mi sueño y me recuerda que cada día puedo y debo ser mejor.

Texto inédito escrito en 2014 por una niña de 11 años.

Camila Miranda Arteaga Ibarra