Horizonte de sucesos | Contra el olvido III

El Comandante Chávez ya forma parte de los elementos inamovibles de la sociedad venezolana

05/03/23.- Han pasado diez años desde que el comandante Chávez murió y el primer ejercicio de conciencia que uno hace es apelar a la pregunta retórica de en qué momento pasó el tiempo tan rápido, aunque mejor sería preguntarse cómo es que seguimos vivos después de tanta guerra y desbarajuste.

Desde el 5 de marzo de 2013 he usado la siguiente fórmula para asimilar todo lo que se dice en esta fecha: si hay sinceridad y sentimiento en lo que se expresa sobre el comandante, siempre habrá un lugar en el anecdotario colectivo, bien sea real o sobrenatural.

En todo este tiempo no hemos dejado de conmemorar el 5M. Cada año vuelven, puntuales, las anécdotas, los recuerdos tristes y alegres, el cañonazo, la lluvia, el reclamo de los legadólogos y hasta los mensajes vacíos que los CM usan como plantilla anualmente. Todo válido dentro del universo en sí mismo que representa Chávez.

Pero cada año el ciclo se repite con menor intensidad, lo cual es normal y debe indicarnos que el duelo pasó por sus fases normales. Ya quedarán las fechas “redondas”, como esta, para volver a vivir y sentir el momento con intensidad y hacer balances más profundos.

Al principio nos costó asumir que Chávez había muerto. En esos años usamos la palabra “siembra” porque pareció “más bonita” o quisimos fijar la idea de que su presencia seguiría entre nosotros, con raíces bien profundas y fuertes. En todo caso la imagen fue hermosa, pero igual la muerte llega, tarde o temprano, como acción o palabra.

Que ya no lo nombremos tanto no quiere decir que deje de estar presente. El comandante ya forma parte de los elementos inamovibles de la sociedad, de hecho se puede decir que constituye una suerte de espacio físico donde reposa el presente político de este país; incluso más allá.

Partiendo de que la memoria está al final de la historia, y después de allí no hay nada, debemos estar tranquilos porque Chávez está allí, no dentro de la realidad, sino afuera, como un éter, con nosotros dentro de él.

 

Heathcliff Cedeño


Noticias Relacionadas