Vitrina de nimiedades | Paradojas y reivindicaciones digitales

Son más quienes usan la web para impulsar la lucha de la mujer

11/03/23.- Luchar contra estereotipos, imposiciones, desventajas e injusticias: esto es un resumen corto y hasta incompleto de la defensa de los derechos de la mujer. Pasaba en el mundo "analógico", ese que no dependía de internet, y sigue pasando hoy. La web y las redes sociales replican y profundizan varios de los males que ya traíamos a cuestas, mientras el reclamo de un mundo justo para nosotras, por fortuna, también se hace sentir.

Los territorios del mundo digital nos siguen imponiendo arbitrariamente cánones de belleza, con recursos más refinados y, para qué negarlo, lúdicos. Basta ver los famosos filtros disponibles en redes como Instagram. ¿Quieres el rostro liso, como una porcelana? Esa plataforma tiene la solución. ¿Necesitas maquillaje exprés para hacerte una selfie? También te ofrece solución. La belleza virtual es cuestión de elección.

Por supuesto, hay que aplicarle la técnica al asunto. Saber juntar los labios para marcar los pómulos, buscar el mejor ángulo si la modelo está entradita en carnes (como si eso fuera pecado) y tomar tantas imágenes como sea necesario hasta dar con aquella que realmente logre el objetivo. Aquí sale fea la que no tenga paciencia con la cámara.

La selfie-percepción (si vale el término) es parte de un universo mucho más fuerte, con sus valores muy arraigados: la dictadura de la imagen. Hoy, más que nunca, vivimos un mundo visual. Para ser tomados en cuenta, hay que dejarse ver. En el caso de nosotras, no basta con mostrarnos: si queremos ser notorias, debemos distinguirnos del resto. Eso, en muchos casos, implica cumplir con los parámetros de "belleza", ese atributo que se ha vuelto uno de los yugos preferidos del patriarcado.

En este punto, es innegable el provecho que el marketing saca a esta nueva narrativa: los productos de belleza vendidos por los propios testimonios de su beneficios, de manos de los expertos y con resultados entre la “gente común”. En algún lugar del mundo ya se debe estar experimentando con publicidad inmersiva para seguirnos taladrando la poderosa idea de jamás envejecer, por no hablar de otros problemas como la cosificación de la mujer, la minimización de las demandas de la población femenina, las desventajas en el mundo laboral, la violencia de género y otros temas que nos comen la cabeza a diario.

Afortunadamente, en el mundo digital podemos conseguirnos con quienes levantan las banderas de lucha contra estos problemas. En todos los formatos posibles, más mujeres comparten herramientas para enfrentar la violencia, la maternidad, el mundo laboral, el machismo en todas sus variables y la búsqueda de la principal reivindicación: vivir en plena y absoluta libertad de pensamiento y acción, sin opresión ni discriminación.

Son más las mujeres que usan la web para ayudar a cuidarnos, entendernos hasta en lenguaje de señas, compartir las angustias para hacerlas llevaderas, confirmar que estamos bien cuerdas en este mundo de locos. Con creatividad e ingenio, van zanjando las paradojas para abrir un camino más hacia nuestras justas reivindicaciones. A ellas: ¡Gracias!

Palabras claves: feminismos, redes sociales, mundo digital

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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