Punto y seguimos । Un 8M con la peluca bien puesta

Un Día de la Mujer de reír para no llorar

14/03/23.- Como siempre y para no perder la costumbre, los pronunciamientos y “homenajes” por el Día Internacional de la Mujer en Venezuela nos dejaron más penas que glorias. Sin meternos con lo más básico, que es que todavía no se entienda que la conmemoración apunta a visibilizar las luchas y reivindicaciones del movimiento feminista mundial —es decir, a recordar el largo trayecto aún en tránsito de millones de mujeres para conseguir igualdad completa de derechos—, resulta que en nuestros predios, además de la tradicional comparación con flores y las alabanzas vacías en las que se nos cataloga de “ángeles del cielo”, “guerreras de luz”, “los seres más hermosos y sensibles” y otras cursilerías por el estilo, algunos dirigentes políticos se destacaron con declaraciones tan retrógradas que una no sabe ya si la burla es ingenua o premeditada.

El presidente de Copei, Roberto Enríquez, se decantó por homenajear a las mujeres en un acto, enarbolando los más rancios valores de la tradición judeocristiana (donde la mujer nunca sale muy bien parada, valga recordar) y haciendo un llamado a luchar contra la “monstruosidad” que destruye “la familia, el matrimonio, la maternidad y el derecho a la vida”, porque finalmente —pareciera—, la mujer solo debería casarse y procrear.

Sin embargo, quien realmente se la comió fue Julio Montoya, de Primero Justicia.

Montoya protagonizó un audiovisual para coger palco. Con sus buenas trinitarias fucsia de fondo (recuerden que Día de la Mujer, flores y el color rosado son sinónimos) se apareció con una peluca pelirroja de trenzas y se despachó varias perlas, iniciando con un: “Feliz día, aunque el apoyo y la concienciación hacia la mujer no es colocarse una peluca (sic), es luchar junto a ellas para construir un país mejor”. Unos momentos después, se despoja arrebatadoramente de las trencitas y nos luce su cabeza sin ningún pelo de inteligente (perdón, de tonto), mientras nos larga el lomito de su intervención: “La lucha por la mujer no es del feminismo. Es de la mujer, es la mujer la que nos acompaña y construye con nosotros una Venezuela hermosa como esas flores que ella representa”.

Seguramente este don, representando a toda una clase política, de verdad piensa que la lucha por la mujer la deben hacer los hombres como él, que guían con el ejemplo y se encargan de diseñar las políticas mientras las hermosas flores acompañamos y permitimos que cabezas brillantes como la suya decidan por cuáles cosas debemos luchar y por cuáles no, por cuáles derechos es aceptable pelear y cuáles son caprichos, de qué manera es correcto protestar y de cuál no, porque, vaya, todas tenemos bien claro que nadie mejor que un hombre para saber lo que duele un dolor de parto...

¿Por qué no nos hacen un favor a todas y a la hora de hablar de mujeres y sus derechos se quitan definitivamente la peluca y dejan de ponerse Popys? 

 

Mariel Carrillo García


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