Palabra rota│Ponte el interior, David

Violento enfrentamiento entre desnudos y vestidos

12/04/23.- No sé si se enteraron, pero en una escuela del estado de Florida acaba de armarse tremendo follón porque mostraron, en una lección de estudios clásicos, una foto del David de Miguel Ángel tal como el artista tuvo el atrevimiento de esculpirlo.

Ya se sabe que por esos lados los héroes —llámense Superman, Batman, o quien sea— suelen usar el interior por fuera de la ropa, para que no quede duda de que la prenda existe; o, en su defecto, usan unas ajustadísimas licras, de sospechosos colores, de las cuales, a pesar de lo ceñidas, no brota prominencia alguna que delate a cuál sexo pertenece el personaje. No se entiende por qué hasta ahora a nadie se le ha ocurrido copiarse el modelito para los pantalones de los toreros.

Los florentinos, en cambio, en una demostración del más pecaminoso libertinaje, exhiben aún hoy, en la Galleria dell´Accademia di Firenze, esa portentosa y desfachatada escultura de Michelangelo, sobre la cual Google me informa que supera los cinco metro de altura y pesa algo más de cinco mil kilos. Y uno no puede dejar de pensar que, dadas semejantes proporciones, tampoco fue que el escultor exageró con lo de los atributos masculinos. Todo lo contrario, el pobre David está tan modestamente dotado que no se alcanza a comprender que alguien se escandalice por esa nimiedad.

Queda claro que para los padres que protestaron por la fotografía del David y para la autoridad escolar, que terminó despidiendo a la directora de la escuela, el tamaño no importa. Tampoco importó que siglos de crítica y apreciación del arte hayan consagrado al David como la obra cumbre de Miguel Ángel, ni que otros famosísimos desnudos del mismo artista habiten nada más y nada menos que en el techo de la Capilla Sixtina en el Vaticano.

La Reforma protestante abolióno solo toda representación de los entes divinos, sino que se llevó por delante, con el mismo impulso, la representación del cuerpo humano, considerado hasta entonces prueba de la belleza y perfección de la obra de Dios.

Quizá sin saberlo, esa misma Reforma, y la mentalidad ultraconservadora que hoy mantiene vivos sus postulados, amenaza con suprimir lo que probablemente sea una de las más refinadas creaciones del intelecto y la sensibilidad humana: el erotismo.

No hay erotismo sin cuerpo, y tal vez no sea exagerado afirmar que tampoco hay humanidad sin erotismo. El sexo en su dimensión biológica reproductiva no garantiza el ejercicio de lo estrictamente humano. Al menos no del pedazo de paraíso del que nos habla Octavio Paz en su libro La llama doble. Según el pana Octavio: "El más allá erótico está aquí y es ahora mismo. Todas las mujeres y los hombres han vivido ese momento: es nuestra ración de paraíso".

A la directora de la escuela de Florida la corrieron de su trabajo. Como compensación, los florentinos la invitaron para que fuera a su ciudad a ver al David de cuerpo presente. Ojalá que frente a ese cuerpo desnudo, u otro cualquiera, le toque también a ella, en Florencia, su ración de paraíso.

 

Cósimo Mandrillo


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