Cívicamente | Tibisay Lucena, irreversible

En el respeto de la voluntad popular estatuyó su misión como servidora pública

13/04/23.- Enterarme de la partida de Tibisay Lucena, venezolana insigne, mujer valerosa, a otro —y seguro— mejor plano hizo que me replanteara inmediatamente el tema que ya tenía adelantado para compartir esta semana por aquí, pero luego de la noticia mis pensamientos rondaron en torno a ella y, de la sorpresa a la nostalgia, volqué mis líneas en su recuerdo.

Y cómo no hacerlo, cómo no hablar de ella en este espacio donde tanto he dicho sobre el Estado de derecho y de la estabilidad política necesaria para que este se cumpla, para el disfrute pleno de todos los derechos humanos y ciudadanos; cómo no vincularla a estos temas donde está gran parte de su legado.

Se mantuvo al frente del Poder Electoral por varios años con una carrera intachable, quizá en el período de ataques más feroces que haya recibido institución alguna en el país. Por eso el decir "se mantuvo" es significativo, no solo por el momento histórico, también por el trance personal donde junto a las batallas de la patria libró las propias para mantener su salud.

En el respeto de la voluntad popular estatuyó su misión como servidora pública. Fue defensora incansable del derecho al sufragio no solo en el estricto sentido de la oportunidad de votar, sino también en las condiciones para elegir y las garantías para el respeto de la elección. He ahí su huella imborrable y el agradecimiento de todo un pueblo.

Por su vocación de servicio, pedagogía, visión holística y sentir social demostró que es de las imprescindibles y necesarias en el servicio público e institucional del país.

Puede que el momento sea propicio para hablar de partida, de ausencia… pero la vida de Tibisay Lucena niega estas palabras y obliga a decir que se queda, porque quien vive para el servicio de la patria no solo encuentra gloria en el cielo, también en la tierra.

Los patriotas y las patriotas no parten y aunque los sentidos dejen de percibirlos no es más que una mera circunstancia porque están, siguen, se quedan y los encuentras, seguro terminas encontrándolos...

Y así será, cada vez que nos expresemos, cada vez que la voluntad popular se manifieste, estarás, te encontraremos… tan cierto y tan claro que es ¡irreversible!

 

Carlos Manrrique


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