Arrimando la brasa | Tibisay Lucena

13/04/23.- Sumamos nuestro reconocimiento, con la tristeza que embarga a buena parte del país, por la desaparición de Tibisay Lucena, un ser humano de cualidades particulares, quien mantuvo en su vida de acción pública una rectitud de reconocimiento nacional y una constancia que expresaba su preocupación por hacer de Venezuela un mejor país.

Su fallecimiento ha despertado una profunda tristeza nacional, traducida en el reconocimiento a lo que fue su acción permanente en la búsqueda de condiciones de vida que señalaran beneficios para las mayorías nacionales, con un respeto por la multiplicación de una educación digna, una vida cotidiana para las mayorías mejorando las condiciones concebibles, y otorgando un optimismo que señalaba su intención permanente por considerar la validación de la educación y la cultura como valores defendibles de primer grado.

Hoy podemos medir su ascendencia sentimental para el país en la expresión nacional de tristeza de las mayorías, reconociendo la constancia de quien dedicó su energía, mientras pudo, a proponer soluciones para lo que consideraba deficiencias y carencias urgentes de los sectores más necesitados de nuestra población venezolana.

Hoy se le despide con tristeza y respeto a quien manifestó siempre un gran optimismo por los beneficios dirigidos a nuevas generaciones de venezolanos que contarían con los medios para una formación digna, donde la cultura fuera un bastión posible y anhelado.

 

Laura Antillano


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