Fisio en acción | La sacroilitis es inevitable pero controlable

16/04/23.- El dolor lumbar está considerado como una de las afecciones más frecuentes, tanto así que se ha documentado que casi el 90 % de la población la padece sin distinción de raza o sexo y que la misma puede empeorar dependiendo de las actividades ejecutadas por cada persona. Una de las inflamaciones más frecuentes es la sacroilitis.

La mayoría de estos casos resultan ser de adultos mayores, quienes refieren dolor en un lado de la nalga, con irradiación hacia la pierna en el 50 % de los casos, 6 % hacia la región superior de la columna lumbar y 2 % hacia el abdomen.

Las fuerzas de tracción o compresión en el aparato ligamentoso de la articulación sacroilíaca son a menudo las responsables de esta afección, ya que, debido a varios factores como una mala postura, microtraumatismos repetitivos, levantar objetos muy pesados, hacer esfuerzos físicos prolongados o tener sobrepeso se incrementa el riesgo de padecerla.

Entre las características principales con respecto al dolor que experimentan las personas afectadas con una sacroilitis están que el mismo aparece en la noche o a primera hora de la mañana, cuando es bilateral; suele doler un lado más que otro; el dolor puede disminuir al moverse (a diferencia del dolor de espalda); se incrementa al subir escaleras y en estados avanzados puede irradiarse a la región inguinal y el abdomen.

Además de lo antes descrito, el individuo afectado puede sentir tensión muscular lumbar y rigidez como un bloqueo de la articulación sacroilíaca afectada, la cual mejora con el movimiento en el transcurso del día. Por otro lado, determinar de manera exacta qué causa la sacroilitis resulta difícil, pero sí está reseñado que algunas patologías y estados de la persona la hacen más vulnerable.

Se recomienda entonces, para mitigar sus efectos, mantener un peso saludable, evitando el exceso; cuidar las posturas al levantar objetos pesados; realizar estiramientos de la parte baja de la espalda y pelvis; acostumbrar pausas activas si mantendrá las mismas posiciones enfocadas en la región más baja de la espalda y de la pelvis por largos períodos de tiempo; evitar caídas sobre el sacro; hacer ejercicios para fortalecer la musculatura abdominal y lumbar y, por último, y no menos importante, si hay un desnivel en la columna o miembros inferiores, se debe acudir al especialista para una evaluación oportuna y eficaz.

 

Ydalmis Bravo


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