20/04/23.- Durante estas últimas semanas hemos estado sumados a la celebración y a la preocupación, simultáneamente, de considerar el retorno de lo que fue el Salón Arturo Michelena, cuya existencia por 64 años consecutivos bien merece una "retoma" para continuar con su historia, que ha sido de fundamental importancia, indudablemente, para la confrontación y el reconocimiento de varias generaciones de artistas plásticos (o de la plástica) venezolanos.

Sumarnos para formar parte de esa gestión tan defendible nos está enseñando muchas cosas de las cuales no teníamos una conciencia real, y, evaluando lo comparado o aprendido, el resultado final nos lleva a considerar que bien vale la pena el retomar la historia de este salón y conseguir se reanude su existencia, en pro de los artistas venezolanos y la continuidad del desarrollo de la historia de las artes visuales en el país.

En el proceso mismo de estos días de "retoma", se presentaron algunos conflictos, que se hubieran evitado solo con realizar algunos diálogos necesarios para todos los interesados, pero como suele ocurrir, los ánimos no estuvieron definidos por esa dirección y hubo alguna escaramuza perfectamente evitable, aun cuando a estas alturas queda entendido que nada pasó y que lo importante es que todos estamos de acuerdo en un principio: el de reanudar la existencia del Salón Arturo Michelena para beneficio de la misma historia de las artes visuales en Venezuela.

Lo que vale la pena destacar ahora es el gran número de artistas que enviaron sus propuestas y que, independientemente de haber sido seleccionados o no, son todos un indicativo de la enorme preocupación que hay, de parte de los creadores, por retomar un evento que ha sido notable para la historia de las artes en el país.

La preocupación por el hecho de no contar con un espacio cónsono con la participación de muchos, no puede ser una razón limitante; por el contrario, debe convertirse en un mandato para lograr el acopio o la suma de otras instituciones que aporten espacios para lograr la reunión de todos los participantes cuyas obras resulten elegidas con el consenso necesario, sin limitaciones.

Para Carabobo la retoma de este evento es un acto de justicia necesario. Esa reactivación merecería un aplauso y el acopio de colaboraciones relativas a la consecución de espacios convenientes para el material a exponer, sumándose a la celebración que bien merece el retornar a la continuidad a este Salón Arturo Michelena, perteneciente a este estado Carabobo.

Laura Antillano