Nicolás Maduro: 10 años de lucha contra agresiones imperiales

Su gobierno enfrenta actualmente nuevos desafíos en el ámbito geopolítico y financiero

El 19 de abril de 2013 fue juramentado ante la Asamblea Nacional como presidente de la República.

 

19/04/23.- El 5 de marzo de 2013, el entonces vicepresidente ejecutivo de la República, Nicolás Maduro, anunció en cadena nacional el fallecimiento del Comandante Hugo Chávez Frías, luego de enfrentar una batalla larga contra el cáncer.

La partida física de Chávez conmocionó no solo a Venezuela sino a varios países de Latinoamérica y el mundo.

Altos representantes y jefes de Estado visitaron la Academia Militar donde fue velado en capilla ardiente por casi una semana, hasta su traslado hacia el Cuartel de la Montaña, donde reposan actualmente sus restos mortales.

Tras este evento y la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 14 de abril de ese mismo año, comenzó una nueva etapa de la Revolución Bolivariana, con la finalidad de mantener las obras alcanzadas por su antecesor desde 1998.

 

El fallecimiento de Hugo Chavez el 5 de marzo de 2013 marcó un antes y un después para Venezuela y Latinoamérica.

 

De inmediato, factores de la oposición venezolana, respaldados por el Gobierno estadounidense, emplearon estrategias como las denominadas "guarimbas" lideradas por dirigentes políticos de las principales toldas contrarias, para generar presión al Estado y exigir la renuncia de Nicolás Maduro, ante la sospecha de un supuesto fraude electoral hacia el candidato Henrique Capriles Radonski.

Tales circunstancias fueron impulsadas por un ensayo escrito del politólogo y profesor estadounidense Gene Sharp, titulado De la dictadura a la democracia, compuesto por 138 métodos para el derrocamiento de gobiernos, dividido por tres fases: la protesta, la no cooperación, y la intervención, generalmente aplicadas posterior a los comicios presidenciales. 

En este trabajo buscamos destacar los principales retos que ha enfrentado el presidente Maduro en materia de política internacional en esta década de su gobierno.  

Medidas ilegales y unilaterales

Tras el manual de la desestabilización de Sharp vino el denominado "decreto Obama", a través del cual el expresidente estadounidense Barack Obama, el 9 de marzo de 2015, acusó a Venezuela de ser una "amenaza inusual y extraordinaria para la seguidad de EEUU", lo cual fue la puerta de entrada para la serie de medidas coercitivas, unilaterales e ilegales que se aprobaron contra personas e instituciones, que impactaron la economía venezolana, por lo que agudizó la crisis social entre la población.

 

Hugo Chávez y Barack Obama durante su encuentro en Trinidad y Tobago, en 2009.

 

Aquel documento formulado por el exmandatario expresaba lo siguiente: “La situación en Venezuela, incluyendo la erosión de las garantías de derechos humanos por el gobierno, la persecución de opositores políticos, restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones a los derechos humanos y los abusos de Venezuela en respuesta a las protestas contra el gobierno, y el arresto arbitrario y la detención de manifestantes antigubernamentales, así como la exacerbada presencia de corrupción pública significativa; constituyen una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”.

Posterior a eso, se creó, en el 2017 el Grupo de Lima, que estuvo integrado por 12 países americanos (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú), que aseguraban que encontrarían la salida a la problemática social y financiera de Venezuela.

Este grupo, junto al secretario general de la OEA, Luis Almagro, impulsaron reiteradamente la aplicación de la Carta Democrática contra Venezuela, lo cual, igualmente en forma repetida, fue impedido, entre otras naciones, por el firme apoyo que le dieron a Venezuela los países del Caribe. 

El Grupo de Lima fue acusado por varios movimientos sociales del país por intromisión e injerencia en asuntos internos del Estado.

Las mal llamadas sanciones y la presión de este bloque de derecha latinoamericano socavaron las bases de la economía venezolana que en este período sufrió de desabastecimiento de productos de primera necesidad y el derrumbe de la producción y venta de petróleo, principal proveedor de ingresos al país.

El Gobierno nacional, en este aspecto, ha reiterado que la nación, en un lapso entre 2019 y 2020, llegó a no vender ni un solo barril de petróleo. 

Durante la pandemia, esta estrategia de EEUU -que fue apoyada por la Unión Europea- incluso impidió que al país llegaran las vacunas desarrollas por países opositores al gobierno de Maduro.

En medio de todo este panorama, el Gobierno venezolano contó con el respaldo de países como Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba, Nicaragua y Bolivia, entre otros, que permitieron reducir el golpe de las sanciones, continuadas y acentuadas por Donald Trump desde que alcanzó la presidencia, en 2017, hasta su salida de la Casa Blanca en el 2021.

Producto de estas alianzas, que desarrollaron estrategias para burlar las sanciones, Venezuela comenzó su recuperación económica en el último trimestre de 2021 y, después de 10 años, el Estado enfrenta nuevos desafíos que involucran al sector financiero y la situación en el ámbito geopolítico, que motiva al reforzamiento de alianzas con otras naciones.

Venezuela responde frente a los ataques internacionales

La analista política y docente universitaria, Laila Tajeldine, calificó los 10 años de gestión del mandatario nacional como "verdadero en liderazgo, sin perder el rumbo del proceso de cambios propiciado por el expresidente Hugo Chávez".

Consideró que la Revolución Bolivariana mantuvo su rumbo y principios, a pesar de las políticas mediáticas internacionales en contra del presidente Nicolás Maduro, en las que se presenta al jefe de Estado como supuesto violador sistemático de los derechos humanos.

 

Líderes políticos de la oposición convocaron a una serie de protestas violentas bajo el nombre "La Salida".

 

“El decreto Obama fue sumamente importante para comenzar a ejecutar todos estos ataques contra Venezuela y también la aplicación del manual de Gene Sharp, que plantea una guerra no convencional, que tenía como objetivo mostrar todas las acciones supuestamente pacíficas por parte de la oposición, pero realmente eran violentas y buscaban mostrar al mundo al Gobierno de Maduro como violador de los derechos humanos; mientras se ejecutaban las guarimbas y se produjo el ascenso del neoliberalismo regional para desmontar programas que el país venía llevando adelante como Petrocaribe, Unasur y la Celac”, expresó.

Explicó que la diversificación de las relaciones internacionales de Venezuela conllevó a reforzar vínculos con naciones como Rusia, China, India, Irán, Turquía, entre otros, que han jugado un papel fundamental para enfrentar agresiones a la soberanía.

“No es en contra del presidente Nicolás Maduro, sino en contra del sistema y de las instituciones del Estado venezolano y la democracia; esta diversificación de relaciones permitió que pudieran traerse alimentos, medicamentos y todos los insumos necesarios para la población venezolana y resistir estos ataques por parte de los Estados Unidos y países aliados”, manifestó.

En torno al bloque de países que conformaron el Grupo de Lima, Tajeldine destacó que se trataba de una alianza que se perfilaba en contra de la soberanía venezolana y que venían aplicando acciones desestabilizadoras.

En 2019, esta estrategia internacional, vinculada a factores políticos internos, colocaron a un supuesto "presidente provisional", Juan Guaidó, que fue amparado por Estados Unidos y sus aliados. 

En medio de esto, dichos países y la derecha venezolana crearon la matriz de la presunta ayuda humanitaria a Venezuela, conformada por alimentos, medicinas, que no era tal, pues alegaban que el Gobierno sometía intencionalmente a la ciudadanía, a una privación sistemática en el acceso de productos esenciales para la integridad física de los habitantes.

 

El Grupo de Lima intentó posicionarse ante la opinión pública como un supuesto bloque pacífico en solidaridad con Venezuela.

 

“Intentaron ingresar al país mediante una supuesta ayuda humanitaria a través de alimentos y medicinas, pero el objetivo principal fue una tentativa de intervención al territorio venezolano con el apoyo directo del expresidente colombiano, Iván Duque, mientras también había un conjunto de ataques a escala nacional, como la utilización de tierras colombianas para la planificación y ejecución de un intento de magnicidio en contra del presidente Maduro”, recordó Tajeldine. El mismo fue ejecutado el 4 de agosto de 2018.

Ante la interrogante de los nuevos desafíos que debe enfrentar el país, la analista enfatizó que se debe fortalecer la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) e iniciar nuevas alianzas regionales en materia económica, política, social y cultural.

Un enemigo de los Estados Unidos

Por su parte, el analista Omar Hassan detalló que tras el ataque a las Torres Gemelas y la posterior invasión estadounidense a Afganistán, el expresidente Hugo Chávez denunció, mostrando fotos durante una alocución, los miles de fallecidos como consecuencia de la incursión militar estadounidense en esa nación asiática en el 2001, y a partir de allí, el país del norte comenzó a ver en Venezuela un enemigo.

“Mientras todos los gobiernos del mundo de manera hipócrita y cobarde mantuvieron silencio, el presidente Chávez mostró esas fotos en un momento icónico de la historia global; desde entonces se convirtió en un enemigo odiado por EEUU. Más aún, cuando cruzó la frontera en carro desde la República Islámica de Irán hacia Irak, después de allí rompió una barrera psicológica, que todos los cobardes líderes del mundo árabe no se atrevían a hacer”, acotó.

Hizo mención a este hecho, debido al impacto de la figura de Chávez en el mundo, como un líder consolidado, que buscaba estrechar lazos de paz con países de cualquier continente.

Ante este nuevo escenario que marcó el curso no solo del territorio venezolano, sino a escala internacional, su muerte provocó incertidumbre en el Gobierno y en la población.

“La realidad es que, al heredar Nicolás Maduro la Revolución Bolivariana empezó con mucha incertidumbre, al igual que el pueblo; fue muy difícil estar en el lugar de Chávez, hubo mucho aprendizaje en el proceso, porque la situación y dinámica internacional se puso compleja”, señaló.

Recordó que la agresión estadounidense hacia Venezuela continúa, aunque diferente de manera cualitativa y lejos de representar un peligro mortal a largo plazo.

“Los desafíos a futuro para el Gobierno Bolivariano son continuar esta lucha gigantesca geopolítica, yo creo que la situación económica interna está muy difícil. Todos estamos muy afectados por la falta de ingresos, esto se debe también al severo golpe que sufrió nuestra industria petrolera, pero poco a poco se va destruyendo ese sistema financiero que impuso los Estados Unidos. Cada vez más las medidas coercitivas unilaterales son menos efectivas. Se ha ido debilitando el dólar, que es el instrumento principal para seguir haciendo daño. Venezuela necesita paciencia, prudencia y sabiduría y quien tiene experiencia en esto es el presidente Nicolás Maduro, después de Chávez”, aseveró.

CIUDAD CCS


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