Letra veguera | el día en que Earle fue más veraz que nunca
El texto que copio
a continuación, corto, proclamático, breve, de ternura y rabia candentes, es del 6 de mayo, 2016 publicado en el Kiosco Veraz.
Ese rayo palpable, de la baraja invicta de lo que Armando Carías califica como el arte de la escritura de Earle recordando sus propias palabras: "Lo más difícil es escribir corto", que lo mostró con los ojos de Chávez viendo las entrañas de la prehistoria adeca de aquel gallo sin güerguero y de cresta malograda que lució Ramos Allup cuando lo espantaron los "ojitos" del Chávez en la AN del 2015.
"La madrugada que el presidente de la AN, con ademán napoleónico, ordenó borrar los ojos del Comandante Chávez del edifico de Pajaritos, pensé que al día siguiente las pupilas del líder bolivariano nos mirarían desde todos rincones alrededor del Palacio Legislativo. Vallas, afiches, pancartas y graffitis derrotarían la “epopeya” de Allup. Pero no reaccionamos, ni el partido, ni el GPP, ni los ministerios, ni las guerrillas. Desde algún lado, Chávez parece decirnos: ¡Abran los ojos!"
Conservo varios recuerdos de esa chispa de Earle contados por Alfredo Maneiro y, sobre todo, uno que vivió una antigua amiga ex-alumna de él, que cuando los bárbaros hicieron trizas las vidrieras del segundo imperio romano de CAP en el 89, ella se quedó sin iglesia, sin partido, un poco turulata, y se fue apartando de la fauna anaranjada que fue el MAS desde su orígen.
Dos años después se identificó con el "por ahora" de Hugo y se unió al fervor, aunque tímidamente, ante la caída del hombre que caminaba y sacó sus cacerolas. Pero las guardó tempranamente porque Teodoro infló el caucho del carromato, sacó Tal Cuál y le dijo "Chao Hugo", creyendo en aviones con retroceso. Ella aplaudió el titular de su "Abuelo desalmado" y esperó hasta nuevo aviso. Pero no hubo ni una señal del otrora ministro de Caldera.
Earle se la encontró en una panadería en Sabana Grande poco después y al momento de un áspero saludo, él le dijo en voz baja: "No me mojes que planché".
Hoy 23 de abril, día de su natalicio, celebro otro recuerdo labrado en la memoria de muchos: ese día que le mostró a Ramos Allup el chaleco bolivariano con los ojitos de Hugo Chávez.
a continuación, corto, proclamático, breve, de ternura y rabia candentes, es del 6 de mayo, 2016 publicado en el Kiosco Veraz.
Ese rayo palpable, de la baraja invicta de lo que Armando Carías califica como el arte de la escritura de Earle recordando sus propias palabras: "Lo más difícil es escribir corto", que lo mostró con los ojos de Chávez viendo las entrañas de la prehistoria adeca de aquel gallo sin güerguero y de cresta malograda que lució Ramos Allup cuando lo espantaron los "ojitos" del Chávez en la AN del 2015.
"La madrugada que el presidente de la AN, con ademán napoleónico, ordenó borrar los ojos del Comandante Chávez del edifico de Pajaritos, pensé que al día siguiente las pupilas del líder bolivariano nos mirarían desde todos rincones alrededor del Palacio Legislativo. Vallas, afiches, pancartas y graffitis derrotarían la “epopeya” de Allup. Pero no reaccionamos, ni el partido, ni el GPP, ni los ministerios, ni las guerrillas. Desde algún lado, Chávez parece decirnos: ¡Abran los ojos!"
Conservo varios recuerdos de esa chispa de Earle contados por Alfredo Maneiro y, sobre todo, uno que vivió una antigua amiga ex-alumna de él, que cuando los bárbaros hicieron trizas las vidrieras del segundo imperio romano de CAP en el 89, ella se quedó sin iglesia, sin partido, un poco turulata, y se fue apartando de la fauna anaranjada que fue el MAS desde su orígen.
Dos años después se identificó con el "por ahora" de Hugo y se unió al fervor, aunque tímidamente, ante la caída del hombre que caminaba y sacó sus cacerolas. Pero las guardó tempranamente porque Teodoro infló el caucho del carromato, sacó Tal Cuál y le dijo "Chao Hugo", creyendo en aviones con retroceso. Ella aplaudió el titular de su "Abuelo desalmado" y esperó hasta nuevo aviso. Pero no hubo ni una señal del otrora ministro de Caldera.
Earle se la encontró en una panadería en Sabana Grande poco después y al momento de un áspero saludo, él le dijo en voz baja: "No me mojes que planché".
Hoy 23 de abril, día de su natalicio, celebro otro recuerdo labrado en la memoria de muchos: ese día que le mostró a Ramos Allup el chaleco bolivariano con los ojitos de Hugo Chávez.
Federico Ruiz Tirado