Retina | La clase trabajadora hoy

01/05/2023.- La vida nos pone a pensar con mayor cuidado este tema de la clase trabajadora y su futuro. Las condiciones en las que se desarrolla hoy aparentemente no son las mismas con las que fue estudiada y comprendida por el pensamiento revolucionario clásico del que nos hemos nutrido.

Si miramos en Marx, el proletariado era una fuerza colectiva, masiva y disciplinada por sus propias condiciones de trabajo. No tenía nada más que su fuerza. El mundo aparecía frente a este como una tarea histórica de transformación. La clase social responsable de producir toda la riqueza portaba en sí misma la posibilidad de crear una sociedad mejor sobre la base de una distribución más justa de esta misma riqueza.

Nos enfrentamos hoy a distintas percepciones que desdibujan esta comprensión de la clase obrera. Están de moda ahora discursos que parecieran fragmentar las posibilidades de actuación conjunta, en lo productivo y en lo político, de esta clase social.

Ahora domina con más fuerza la idea de que cualquiera puede ser una empresa o gestionar su propia empresa. Es decir, domina una percepción individualista sobre las posibilidades de mejorar las condiciones de vida personales, sin que ello requiera una acción colectiva capaz de brindar mejores situaciones para todas y todos.

Al capitalismo no le disgusta este discurso, todo lo contrario, lo impulsa. En esta idea se anula la lucha colectiva por mejores condiciones laborales, sin que deje de actuar la base esencial del sistema, es decir, la acumulación de riqueza sobre la base de la explotación del trabajo ajeno. La gran ventaja para los capitalistas es que obtienen las mismas mercancías sin la necesidad de tener que garantizar los derechos laborales conquistados por los trabajadores en su lucha histórica.

El "ejército" del proletariado no es que desaparezca. Lo que ocurre es que se dispersa en núcleos más pequeños de producción, pero esto a su vez genera unos efectos de los que debemos protegernos. Por ejemplo, el explotador, bajo esta perspectiva, puede parecernos un cliente. Es probable que una empresa colectiva y pequeña fabrique algún componente de un producto que la gran compañía requiere para terminar de dar forma a una mercancía. Podríamos ser los responsables de producir un tornillo específico de una mesa que nosotros no armamos y probablemente no conozcamos. En estricto término marxista, se trata de una forma de alienación más compleja.

Creo que hace falta repensar nuestro modo de concebir la clase obrera. No tengo ninguna duda sobre su papel como vanguardia de la transformación revolucionaria, pero considero que se hace necesario revisar las formas de organización y algunos aspectos relevantes de nuestro discurso sobre esta clase. Es una tarea pendiente que puede contribuir a perfilar mejor nuestra estrategia para conquistar el mundo socialista que soñamos.

 

Freddy Fernández

@filoyborde


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