Trabajadores en Venezuela: Una historia de lucha

Este primero de mayo la clase obrera y los empleados siguen en pos de mejoras salariales

La huelga petrolera de 1936 marcó un hito en la historia de la lucha sindical.

 

30/04/23.- Este lunes se conmemora un año más del Día Internacional del Trabajador y en Venezuela esta efeméride históricamente ha tenido singular importancia porque las distintas manifestaciones y acciones que se se han realizado en el país en la lucha por las reivindicaciones laborales han marcado una profunda huella.

Antecedentes

Haciendo un ejercicio de memoria, los movimientos sindicales en el país por hacer valer los derechos laborales se remontan incluso al siglo XIX y se mantienen hasta nuestros días, casi siempre de la mano de organizaciones y partidos políticos.

La clase trabajadora venezolana tuvo un lento crecimiento durante el siglo XIX, particularmente a partir de su segunda mitad y derivado de las incipientes transformaciones en la economía agroexportadora que se produjeron gracias al comienzo de las inversiones extranjeras a partir del gobierno de Antonio Guzmán Blanco.

Dado que este proceso de inversiones extranjeras se generó en toda Latinoamérica, las primeras formas de organización de los trabajadores venezolanos coincidieron en el tiempo con las que asumían sus pares latinoamericanos.

El primer Congreso Obrero de Venezuela, realizado en 1896, se desarrolla luego de celebrarse eventos similares en México (1876), Cuba (1887), Argentina (1892) y Uruguay (1896).

Específicamente, ese Primer Congreso de Obreros se realizó en Caracas el 28 de octubre de 1896 y formó parte de los esfuerzos realizados por grupos de trabajadores de la capital para constituir un partido de trabajadores, el Partido Popular, que será fundado en diciembre del mismo año.

Los promotores del Primer Congreso Obrero en Venezuela integraban el denominado Centro Popular (conformado en los primeros meses de 1896), organización que buscó reunir a los representantes de los diferentes gremios de la capital, con el objetivo de que designaran los respectivos delegados para su participación en el Congreso Obrero.

De esa forma, participaron los gremios de carpinteros, sastres y zapateros, entre otros. Entre los temas de debate de dicho congreso figuraba la necesidad de implantar el civismo en la nación venezolana, el fomento de la instrucción pública, la fundación de periódicos doctrinarios, el impulso de sociedades cooperativas y sociedades benéficas, y la propuesta de disolver el ejército permanente y la creación de una milicia ciudadana que garantizara el cumplimiento de los derechos populares.

Esta iniciativa de los trabajadores desapareció de la escena pública venezolana en 1898, debido a la represión ejercida por los gobiernos de Joaquín Crespo e Ignacio Andrade, los cuales ejecutaron un fraude electoral en las elecciones de 1897.

Es de señalar que algunos historiadores del movimiento sindical venezolano consideran que este Congreso Obrero de 1896 se limitó a ser una “reunión político-partidista” y no puede considerarse como un escenario de organización de los trabajadores.

El boom petrolero

La clase obrera venezolana culmina su proceso de conformación a partir de la aparición de la industria petrolera en la segunda década del siglo XX.

Los primeros grandes núcleos de trabajadores asalariados surgieron en los propios campos petroleros, en el desarrollo de la industria de la construcción a partir del impulso de las obras públicas en diferentes regiones del país, en la ejecución de nuevos servicios públicos por parte del Estado (salud, educación) y en la expansión de las actividades comerciales, de importación y financieras que generó el mismo desarrollo petrolero.

La industria petrolera jugará a partir de allí un papel clave en la economía venezolana, como principal generadora de divisas y en el aporte al presupuesto nacional, situación que no ha variado desde hace más de 80 años.

Pero antes de que los obreros petroleros comenzaran a organizarse y luchar, ya los trabajadores de los telégrafos y ferrocarriles desarrollan acciones conflictivas, como la huelga de marzo de 1914 realizada por los empleados de la Estación Central de Telégrafos del Estado, huelga que fue duramente reprimida por la dictadura gomecista con la encarcelación de sus principales líderes.

Luego ocurre la huelga del 3 de julio de 1918, en Aroa, estado Yaracuy, ejecutada por los trabajadores del ferrocarril inglés The Bolívar Railway Company Limited, los cuales llegaron incluso a descarrilar los trenes de carga como medida de presión contra la empresa, lo que llevó a la patronal a otorgar parte del aumento solicitado, aunque el intento de continuar la huelga por algunos de los líderes obreros los condujo a las prisiones gomecistas por seis meses.

Esta combatividad de los trabajadores ferrocarrileros fue un punto de partida para que el 18 de julio de 1819 se firmara en Caracas el primer Contrato Colectivo del que se tenga noticias en Venezuela, entre el Gran Ferrocarril Venezuela y sus trabajadores, empresa cuya propiedad recaía en la alemana Krupp, y que era denominado el Ferrocarril Alemán, entre Caracas y Cagua.

Primera huelga petrolera

Otro de los acontecimientos que marcan la lucha de los trabajadores en venezuela es la huelga petrolera de 1936.

La primera confederación de trabajadores de alcance nacional, la Confederación Venezolana del Trabajo (CVT), se constituyó precisamente en el marco de la huelga petrolera. Su congreso fundacional se efectuó entre el 26 de diciembre de 1936 y el 7 de enero de 1937. Este movimiento de trabajadores jugó un papel destacado en la conformación de los llamados partidos políticos modernos, principalmente en el surgimiento inicial de Acción Democrática (AD) y del Partido Comunista de Venezuela (PCV), y en las luchas por conquistar la democracia política luego de la caída de la dictadura gomecista (en los gobiernos de López Contreras y de Medina Angarita).

La muerte de Juan Vicente Gómez en diciembre de 1935 abrió un período (desconocido hasta entonces) de auge del movimiento obrero en Venezuela. Se inicia entonces a partir de1936 un período de gran importancia para su desarrollo como parte de una clase social: el de su politización.

Más de un centenar de sindicatos se legalizan, uniéndose a un número similar de organizaciones obreras que actuaron en los últimos años de la dictadura, bajo la figura de sociedades de mutuo auxilio.

El fallecimiento de Gómez implicó que se relajaran las medidas represivas que por décadas se ejecutaron contra el movimiento obrero, facilitándose el proceso de conformación de nuevas organizaciones sindicales, aunque esa “apertura política” duró pocos meses, porque ya a partir de junio de 1936 el gobierno de López Contreras comenzó a reprimir con fuerza al nuevo movimiento democrático que surgía en Venezuela.

El gobierno de Eleazar López Contreras (1935-1941) restringió la actividad sindical, sobre todo después de la huelga petrolera efectuada desde diciembre 1936 hasta enero de 1937, y de 241 sindicatos legalizados a mediados de 1936, en 1941 sólo quedaban activos 140.

Durante su gobierno, el inciso VI del artículo 32 de la Constitución de 1928 fue modificado en 1936 ampliando las restricciones ideológicas hacia las actividades comunistas. Anteriormente el inciso VI prohibía la difusión de propaganda comunista en el territorio nacional. La modificación ejecutada por López Contreras en 1936 consideró al comunismo un pensamiento pernicioso y quienes lo siguieran se consideraban como traidores a la patria.

Esta definición se extendía a las actividades anarquistas (el inciso VI fue eliminado en la reforma constitucional de 1945, promovida por el presidente Medina Angarita, lo que permitió la legalización del Partido Comunista de Venezuela ese año.

El papel de Acción Democrática

La llegada al poder del partido Acción Democrática en 1945, tras el derrocamiento del gobierno de Isaías Medida Angarita, favoreció la ampliación de los derechos laborales en la legislación nacional, al incorporar como derechos constitucionales la organización de sindicatos, la contratación colectiva y el derecho a huelga, además de cuadruplicar el número de sindicatos en el país durante el período 1945-1948.

Pérez Jiménez, la etapa democrática y la CTV

El gobierno del general Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) reprimirá brutalmente la huelga de trabajadores petroleros de 1950 y silenciará al movimiento obrero por una década.

Con el advenimiento de la democracia representativa a partir de 1958 se revitalizará el movimiento de trabajadores, pero el mismo asumirá características negativas, como la subordinación al bloque de poder burgués que dominará Venezuela en los siguientes 40 años, y la dependencia del movimiento sindical hacia los partidos políticos gobernantes.

Estas dos dependencias de las organizaciones sindicales, ante los partidos y ante el Estado capitalista dependiente, actuaron en detrimento de la capacidad del movimiento obrero para incidir en la política nacional. Se constituyó una élite sindical que actuó como apagafuegos de las luchas obreras y que recibió a cambio una serie de prebendas al integrar a sus más altos dirigentes al bloque social dominante.

Esta burocratización de las organizaciones sindicales y las escasas luchas llevadas a cabo en este periodo 1958-1998, condujo a que el movimiento obrero fuera desplazado ampliamente por el movimiento estudiantil como el sector social en el cual recaía lo principal de la lucha de clases en Venezuela.

Como señalábamos al principio del texto, los movimientos laborales en el país han ido de la mano de los movimientos políticos, y es así como en el período 1958-1998 fue el movimiento estudiantil de donde surgieron muchos de los principales dirigentes de los partidos que actuaban en el espectro político del país.

Cuando sobrevinieron las políticas neoliberales de la década de 1990, la principal y mayoritaria organización obrera, la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), dio su visto bueno a las políticas de flexibilización de las relaciones laborales, que implicaron la pérdida de numerosos derechos de los trabajadores a favor de las ganancias de los capitalistas privados y del propio Estado como patrono.

A lo largo de cuatro décadas, la CTV sólo fue capaz de organizar un único paro nacional de trabajadores (el 18 de mayo de 1989), y el mismo tuvo un carácter simbólico que trataba de encubrir su total sumisión a las políticas del capital, reveladas claramente luego del levantamiento insurreccional espontáneo de febrero de 1989 en Caracas y ciudades cercanas, conocido como El Caracazo.

La desmovilización de los trabajadores permitió sin mayor resistencia los procesos de privatización de importantes empresas del estado (Sidor, Cantv y Viasa, entre otra) y la modificación de la Ley Orgánica del Trabajo en 1997, cuando se eliminó la retroactividad de las prestaciones sociales, se introdujo la reconversión industrial, se facilitaron los despidos y en general se golpeó fuertemente las reivindicaciones obreras contenidas en las contrataciones colectivas.

La llegada de Hugo Chávez

Cuando Hugo Chávez gana las elecciones presidenciales en diciembre de 1998, el movimiento obrero venezolano se encontraba sumamente debilitado, debido a cuatro décadas de conducción burocrática y entreguista de los líderes de la CTV.

Los grandes negocios y privilegios que signaron a la dirigencia sindical pervirtieron la lucha de los trabajadores y facilitaron su desmovilización, lo que favoreció que la propuesta neoliberal se ejecutara sin mayor resistencia obrera.
El movimiento obrero venezolano existente para 1998 se encontraba totalmente entregado ante las políticas neoliberales, sin ofrecer la menor resistencia, y en condiciones de debilidad política y organizativa que lo ubicaban en posiciones claramente secundarias como actor del sistema político imperante en Venezuela.

En ese contexto laboral se inició el gobierno de Hugo Chávez en febrero de1999 y a partir de ahí se detienen y revierten los procesos de privatización de las empresas públicas y se comienzan a desarrollar iniciativas tendentes a que los trabajadores dirijan la producción: cooperativas, cogestión en empresas públicas, toma de empresas abandonadas por los patronos, y nacionalización de empresas por utilidad pública. Este proceso permitió nacer otra dimensión de la lucha de los trabajadores: el Control Obrero.

Paralelamente, la Confederación de Trabajadores de Venezuela sirvió como punta de lanza para que sectores radicales que se oponían al gobierno de Chávez, generaran paros de trabajadores en la industria petrolera y en otros gremios, que devino en el golpe de Estado de abril de 2002, aliándose en ese entonces con Fedecámaras (organismo que por naturaleza estaba del lado contrario de la acera), liderada por Pedro Carmona Estanga.

La CTV se unió al empresariado y otras fuerzas conservadoras en 2002 para conspirar contra el Gobierno Bolivariano.

 

En la actualidad, el movimiento obrero y de trabajadores en Venezuela continúa en un proceso de reactivación que permita, entre otras cosas, crear las mejores condiciones de trabajo (a través del diálogo tripartita) y el devengar un salario justo, que ha sido afectado, entre otras cosas, por las recurrentes sanciones aplicadas por el Gobierno de Estados Unidos, que han impedido el ingreso de recursos suficientes para ofrecer remuneraciones dignas.

REINALDO J. LINARES ACOSTA / CIUDAD CCS

 

 

 

 


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