Ahora los pueblos | La mujer indígena en la Patria Grande  

Referirnos a la resistencia de nuestros pueblos indígenas es hablar de nuestros ancestros

Siempre tuve la inquietud por la palabra porque creo que en la lengua habita el alma de un pueblo. (1)
Elisa Loncón
 
El 5 de septiembre en Nuestra América, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, en homenaje a la mártir boliviana Bartolina Sisa Vargas, guerrera aymara y virreina inca que, un 5 de septiembre de 1782, fue brutalmente asesinada y descuartizada por tropas realistas españolas, durante la rebelión anticolonial de Túpaj Katari en el Alto Perú. Bartolina Sisa, al igual que Juana Azurduy, son conocidas como las “Libertadoras de Bolivia”. También constituyen un ejemplo para las mujeres latinoamericanas: Rigoberta Menchú, maya quiché, importante activista de las luchas de los pueblos indígenas guatemaltecos, reconocida con el premio Nobel de la Paz (1992); Berta Cáceres lideresa lenca, hondureña, asesinada por escuadrones de la muerte el 3 de marzo de 2016, ecologista que luchó por más de 20 años en contra el extractivismo; Milagro Sala  diputada del Parlasur y dirigenta política, social e indígena de la Argentina, quien se encuentra injustamente privada de su libertad desde el año 2016.  
 
Los pueblos originarios y sus mujeres son lucha pasada, presente y futura. No por casualidad, hoy ocupan la vanguardia de la resistencia por la vida frente a la barbarie capitalista. Las mujeres indígenas son portadoras y guardianas de conocimientos milenarios invaluables. La esperanza de otro mundo posible está en las mujeres latinoamericanas. Porque somos nosotras las que tenemos la impronta antropológica de una lógica antihegemónica que, nos podrá sacar del atolladero en el que nos ha dejado la lógica moderna-occidental, esa que se expandió a este lado del mundo por la acción genocida del exterminio de civilizaciones enteras. Por encima de 500 años de inculcarnos la competencia y acumulación como forma natural de relacionamiento humano y con la naturaleza. La lógica que corresponde a la cosmovisión originaria, nos habla de la complementariedad y cooperación para la permanencia de la vida, no sólo de la vida humana sino de la vida en su sentido extenso, de la  Abya Yala. 
 
En Venezuela hablar de las mujeres indígenas, es hablar de Urquía, Urimare, Apacuana, Anasoli, y de los cientos de valientes mujeres caribes, timotes, arawacos, jirajaras, que lucharon hasta la muerte. Que combatieron a la par de los jefes, caciques y guerreros, como  jefas, cacicas y guerreras (2).  De ellas, es muy poco lo que se conserva en la memoria colectiva de nuestros pueblos, porque sus vidas no fueron documentadas. Esta es la ardua tarea que tenemos por delante, las mujeres historiadoras interesadas en investigar las vidas de nuestras heroínas, para las cuales está negado de antemano su valor histórico. Por eso, debemos romper con estructuras paradigmáticas, teóricas y metodológicas y permitirnos abordar de manera transdisciplinaria nuestras historias, posicionarlas en los imaginarios populares, obviando los prejuicios. 
 
Referirnos a la resistencia de nuestros pueblos indígenas es hablar de nuestros ancestros, a los que debemos como todas las civilizaciones del mundo, rendir culto. Nosotros y nosotras somos sus descendientes directos. Nuestras abuelas son aquellas que nunca se fueron. Gracias a investigadores e investigadoras como Mario Sanoja e Iraida Vargas, sabemos que el valle donde está asentada hoy la ciudad de Caracas, fue ocupado por las aldeas caribes de Los Toromaimas. La gran civilización Caribe, se extendió desde el nordeste de Brasil hasta el Sur de La Florida, por el territorio insular del mar que hoy lleva su nombre. Fueron los pueblos más difíciles de dominar y conquistar. “En el caso venezolano, los pueblos caribes, originarios de la región amazónica, llegaron a constituirse como uno de los componentes étnicos principales de la nacionalidad venezolana y fueron quienes opusieron mayor resistencia a la invasión europea. En el valle de Caracas los caribes se mantuvieron independientes hasta 1568, fecha cuando fueron vencidos por una coalición de indígenas, posiblemente de filiación arawaca, enemigos de los caribes que se aliaron con el invasor español… Hoy día, el 72% del ADN mitocondrial del pueblo venezolano es de origen amerindio, seguido por los componentes africano y euro-peo con un 14% cada uno. Ello fundamentaría nuestra lucha para crear un pueblo sujeto, un Estado-Nación revolucionario donde se impugna la sumisión a un Estado extranjero, a los procesos de bloqueo y las sanciones coercitivas ilegales como los impuestos por el gobierno de Estados Unidos...” (3) La intrincada organización político, social y territorial de los caribes, hizo que predominara genéticamente en la actual población venezolana. Lo que demuestra que nuestras mujeres nunca abandonaron sus territorios. Siendo este hallazgo definitorio para nuestra identidad como pueblo. Nuestra idiosincrasia, nuestra forma de comer, de pensar y reaccionar, de luchar y de creer es profundamente Caribe, somos caraota no frijol negro, somos cambur no banana, somos arepa, yuca, casabe. Somos catorce mil años de historia. 
 
Mención especial merece en esta conmemoración del Día de la Mujer Indígena, Elisa Loncón Antileo, mapuche que ocupó la presidencia de la Convención Constituyente de Chile (2021-22). Quien nació en  un territorio amenazado por las corporaciones forestales, al interior del Wallmapu. Se formó en la Universidad de la Frontera en Temuco. Fue parte del grupo de teatro AdMapu, con el cual participó de las manifestaciones contra la dictadura, haciendo del teatro una herramienta de resistencia y vínculo con las comunidades.  Estudiar pedagogía le permitió tener herramientas para poder generar metodologías de enseñanza y aprendizaje del mapudungun, ha dedicado su vida a la revitalización de su lengua. Loncón dirigió la asamblea que redactó la nueva Carta Magna del país sudamericano, y que el próximo 4 de septiembre, pondrá fin al legado pinochetista. Una vez más, la mujer indígena juega un papel protagónico en la lucha por la liberación de nuestros pueblos. 
 
 
Anabel Díaz Aché
 
Fuentes Consultadas: 
(1) Elisa Loncón, Constituyente Mapuche. Disponible en: https://elisaloncon.cl/presentacion/
 
(2) Bolívar, Reinaldo (2020) Mujeres indígenas que hicieron llorar a los invasores. Disponible en:   https://www.saberesafricanos.net/administrator/index.php?option=com_content&view=article&layout=edit&id=5728
 
(3) Sanoja, Mario y Vargas, Iraida. Arqueología de la Patria Grande. Boletín Antropológico. Año 39. Julio - Diciembre 2021, N° 102. Universidad de Los Andes, Museo Arqueológico, Mérida, Venezuela. pp. 426-43. Disponible en:  http://doi.org/10.53766/BA/2021.02.102.07
 
 
 

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