Xin chào| Mayo francés

Nuestra victoria es brillante, pero aún no definitiva. No debemos mostrarnos arrogantes ante nuestros logros ni sugestivos al subestimar al enemigo. Estamos decididos a resistir para obtener la independencia, la unificación, la democracia y la paz. Por las armas o por la diplomacia, debemos llevar una lucha prolongada y dura para alcanzar una victoria completa…

Hồ Chí Minh

Carta al pueblo vietnamita

8 de mayo de 1954

 

05/05/2023.- Un 5 de mayo de 1821, hace hoy 202 años, falleció en Longwood, isla de Santa Elena, solo y derrotado, la máxima figura militar de Francia, Napoleón Bonaparte. Una fecha difícil de olvidar por la nostalgia que provoca en la otrora potencia imperial, pero hasta aquí no llega la tristeza gala, porque 133 años después, a dos días del recuerdo de la partida física del exemperador, las modernas tropas francesas capitulan en una lejana explanada vietnamita, vecina de Laos y China, ante el modesto ejército del Việt Minh, que dirigió el general Võ Nguyên Giáp. Y como para aumentar el drama, en las calles de París, durante la explosión del Mayo francés (1968) se oyó por primera vez la consigna "Hồ, Hồ, Hồ Chí Minh", claro mensaje solidario dirigido al pequeño país, vencedor de gigantes, ubicado en el sureste asiático.

Durante ese año 1968 se había producido la intrépida Ofensiva del Tết que activó alarmas en la Casa Blanca, porque las tropas del Frente de Liberación de Vietnam del Sur había lanzado operaciones relámpago y simultáneas en 36 capitales provinciales, incluyendo Saigón, para el momento la capital del sur vietnamita, sede del gobierno proyanqui. Esa acción fue la chispa que provocó gigantescas manifestaciones estudiantiles, sobre todo en Estados Unidos, Francia y la Abya Yala, en apoyo de la contienda vietnamita.

 

Habían llegado para quedarse

Los colonialistas franceses habían profanado la tierra vietnamita en 1858, frente a las costas de la ciudad de Đà Nẵng, en el medio Vietnam, desatando así una agresión militar que culminó 96 años después en el noreste vietnamita, donde se produjo la batalla de Điện Biên Phủ, escenario en el cual las tropas del general francés Christian de Castries silenciaron armas y arrearon bandera, igual que Napoleón en Waterloo (1815).

A los dieciséis años de iniciada la invasión europea, se producen los acuerdos de Giáp Thân, en los cuales los franceses dividen a Vietnam en tres regiones: Nam Kỳ (La Cochinchina), Bắc Kỳ (Tonkín) y Trunng Kỳ (Annam), bajo el protectorado de los colonialistas, de tal manera que la palabra Vietnam fue borrada del mapa indochino por ochenta años.

"Educado en las tradiciones patriotas de rechazar firmemente el resignarse a ser esclavo, el pueblo vietnamita se levantó en armas constantemente durante la ocupación francesa", expresa Nguyễn Huy Tân, en la página 7 de su libro Vietnam, guerra de liberación (1945-1975). A partir del alzamiento de Trương Đình, hubo otros 26 alzamientos militares, que se convirtieron en prolongadas guerras, y aunque fueron aplastadas, los franceses no tuvieron descanso durante esos 96 años de ocupación.

De regreso a la patria, tras años de formación política en Francia, Hồ Chí Minh se puso al frente de la lucha de liberación nacional en 1930 y quince años después nace el Việt Minh, que de inmediato llamó a un levantamiento general para hacer frente a los invasores japoneses, que fueron derrotados, quedando en evidencia que el pueblo vietnamita estaba listo para retos mayores, con el Tío Hồ en la vanguardia. Ese movimiento se llamó la Revolución de agosto, que abrió camino a la independencia de la parte norte de Vietnam, el 2 de septiembre de 1945, con su máximo líder como Presidente de la República Democrática Popular de Vietnam.

 

Una salida honrosa

Debieron pasar nueve años para que llegara ese segundo Waterloo que conmovió al imperio francés, tanto así que en una visita relámpago a París del secretario de Estado gringo, John Foster Dulles, este sugirió al ministro de Asuntos Exteriores francés, Georges Bidault, el lanzamiento de una bomba nuclear en Điện Biên, ante la evidente derrota de las tropas francesas.

Al parecer, en primer momento, Bidault no escuchó bien la propuesta de Foster Dulles, quien repitió: "¿Y si le diera dos?".

"Dos bombas atómicas…", aclaró el secretario de Estado estadounidense, del que Vuillard traza unas páginas de su currículum internacional derrocando Presidentes, provocando golpes de Estado e instaurando dictaduras. Operaciones como la que derrocó a Jacobo Árbenz, presidente de Guatemala, que se disponía a hacer una reforma agraria y repartir 90.000 hectáreas a campesinos pobres, lo que iba en contra de los intereses de la United Fruit Company, de la que los Dulles eran accionistas.1

A las 5:30 p. m. del 7 de mayo de 1954 había caído Điện Biên Phủ, con sus fortalezas de hormigón armado que habían construido los franceses desde noviembre de 1953, con la ayuda de los otros derrotados, los asesores estadounidenses.

Durante 55 días y 55 noches, los batallones de milicianos, con todo tipo de transporte de carga, incluyendo bicicletas, habían llevado a la retaguardia vietnamita cuatro mil doscientas toneladas de arroz (4.200 Tn), cien toneladas de legumbres (100 Tn), otras cien toneladas de carne (100 Tn), ochenta (80 Tn) de sal y doce de azúcar (12 Tn), todo trasladado por accidentados caminos de 500 km, bajo una lluvia de metralla aérea, por 14.500 milicianos decididos a vencer, relata el general Giáp, en la página 51 de su obra La cita de la historia.2

Todo había comenzado el 9 de marzo de 1954. Cincuenta y cinco días después, cuando el sol se escondía tras las nubes, una procesión de miles de efectivos militares integrados por franceses, africanos y vietnamitas del sur al servicio de los franceses, encabezados por el general Christian de Castries, 16 coroneles, 1749 oficiales y suboficiales, integrantes de diez batallones de infantería, siete de paracaidistas, tres de artillería y casi un batallón de ingeniería, cabezas gachas se entregaban a las tropas descamisadas del general Giáp. Hasta ese 7 de marzo del segundo Waterloo, un cuarto de las tropas invasoras (112 mil efectivos), equivalente a 25 batallones, habían quedado sobre el campo de batalla, todo por la arrogancia de los europeos de subestimar la fuerza de los pueblos que luchan por la liberación nacional.

 

Los éxitos logrados durante la resistencia contra la agresión francesa elevaron la teoría militar vietnamita a un nuevo nivel, una calidad y fuerza nueva, y se constituyó la teoría militar vietnamita de la época de Hồ Chí Minh.

Võ Nguyên Giáp

 

Ángel Miguel Bastidas G.

 

1 Vuillard, É. (2023). Una salida honrosa. España: Tusquets Editores. Colección Andanzas. Traducción de Juan M. Salmeron A.

2 Giáp, V. N. (2006). La cita de la historia. Hanói: Thế Giới


Noticias Relacionadas