EstoyAlmado | El destornillador 

20/05/2023.- Estas líneas se las quería dedicar al plan que fragua el antichavismo para escoger a su candidato presidencial. También al dinero que utilizarán para financiar ese espectáculo. Pero mientras redactaba me preocupó la cantidad de destornilladores que tengo en el carro sin facturas. Y esa preocupación le ganó a la necesidad de revelar los detalles que obtuve de las primarias de la derecha.

Ocurre que debo tener destornilladores a un lado de las puertas del carro, en la maleta y hasta en la guantera. De ninguno tengo facturas, obviamente, y no pienso retirarlos porque, la verdad, forman parte del vehículo. 

De modo que si un policía me pide facturas por cada uno de ellos, supongo que me caerá la cadena perpetua.

En esa situación, el celular puede ser una salvación. Tal cual como lo hizo el motorizado que publicó en redes el video donde el policía le indica que podría presentarlo ante la Fiscalía por no presentar la factura de un destornillador. 

Claro que el accionar de ese efectivo policial no representa la formación impartida en la institución a la cual estaba adscrito el policía. De hecho, el funcionario se encontraba en periodo de prueba para ser admitido. 

Sin embargo, un comunicado del organismo policial, rechazando y desmarcándose del insólito hecho, tal vez hubiese ayudado. Porque el que calla siempre otorga. 

Además, un comunicado o una declaración oficial hubiese sido conveniente para aclarar que nadie debe portar la factura del destornillador que carga encima, ni mucho de la ropa, el reloj, los lentes, los breakers dentales, el celular, la correa o los zapatos que llevas puestos.

Sobre ese incidente, hasta ahora lo que reina es el silencio por parte del organismo policial involucrado. Un medio digital esparció una especie de extraoficial donde se comenta que el policía fue destituido, y todos (influenciadores o no) lo replicaron hasta la saciedad como santa verdad. 

Incluso, ya dan por sentado que el policía fue destituido y, por tanto, todos somos “libres” de andar con un destornillador sin factura, como si alguna vez estuvo en duda que cargar esa herramienta no constituye delito alguno.

Del motorizado nunca se supo qué ocurrió, pero con su video publicado dejó claro que, a diferencia del pasado, ahora en tiempos de redes, los mortales comunes tienen un arma efectiva (el celular) para defenderse cuando la arbitrariedad intenta hacerse cotidiana. 

 

Manuel Palma

 

 

 


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