Carlos "Nené" Quintero: Un músico que colorea la percusión

Durante años ha sido uno de los instrumentistas venezolanos más solicitados y respetados

Nené ha logrado romper límites en la música sin encasillarse en algún género musical.

 

20/05/23.- La percusión venezolana ha contado con ejecutantes capaces de adaptarse a cualquier género, entre ellos la salsa, el rock, el merengue, el jazz, e interpretarlos con solvencia.

Uno de esos músicos que no descansa en aprender ritmos y sonoridades nuevas es Carlos Vicente Quintero de Jesús, mejor conocido como Nené, un percusionista oriundo de la populosa parroquia caraqueña de San Agustín, cuna del Grupo Madera, al cual pertenecieron sus hermanos Ricardo Rico y Jesús Chu Quintero, polifacéticos al igual que él y criados por la música a través de sus padres.

Ha compartido escenario y grabado con una larga lista de artistas nacionales e internacionales que confiaron en su destreza y versatilidad para acoplarse a una variedad de estilos.

Nombres como Yordano, Ilan Chester, Franco De Vita, Frank Quintero, Gerry Weil, José Luis Rodríguez, Simón Díaz, Soledad Bravo, Guaco, Celia Cruz, La Lupe, Ray Barretto, Armando Manzanero, Barry White, Eros Ramazotti, Rocío Durcal, entre otros, fueron testigos, junto al público, de su talento y creatividad en cada golpe de conga, batería o cualquier instrumento con un sonido particular.

Respecto a un género musical que le resultó complejo interpretar, Nené expresó que cuando se habla del mismo, cada uno posee una cadencia armónica y rítmica que se debe respetar.

"Si se desconoce dicho género y además no se domina el instrumento, sin duda habrá dificultad en la interpretación; en mi caso, estar abierto a todo género musical ayuda, aun así, siempre hubo dificultad al principio, con todos”, señaló.

Recordó que en su juventud se inscribió en la Escuela de Artes Plásticas "Cristóbal Rojas", donde logró adquirir conocimientos sobre la pintura en diversas disciplinas.

“Aunque dejé los estudios de artes plásticas, continué dibujando, no con pinceles, sino con instrumentos musicales”, resaltó.

Relató que estudió teoría, solfeo y armonía con el maestro Daniel Milano, un notable director, compositor, clarinetista, arreglista y docente venezolano, a quien agradece sus enseñanzas y recuerda con cariño.

Un músico inclasificable

En 1970, Nené Quintero y su hermano Jesús Chu crearon el Grupo Pan, una banda llamada al principio como Los hijos de Zoila, por su progenitora. Fusionaban el rock con ritmos latinos y eso significó una propuesta similar a la que llevaba a cabo el guitarrista mexicano Carlos Santana en Los Ángeles pero más arraigado en la percusión afrocaribeña.

Carlos Quintero y el Grupo Pan. Año 1970.

 

Su único álbum publicado en ese mismo año por el sello Souvenir es un referente del rock venezolano y sobre esta etapa musical afirmó que guarda buenos recuerdos y grandes experiencias.

“Tuve un gran aprendizaje como guitarrista, que ese no era mi instrumento sino la percusión; como compositor aprendí a seguir intentando y como arreglista a dedicarle más tiempo”, apuntó.

Después de esa experiencia, participó en bandas como Una Luz, La Ofrenda de Vytas Brenner, Frank Quintero y los Balzehaguaos y El Trabuco Venezolano, una agrupación reunida por el baterista y director Alberto Naranjo, donde participaron sus hermanos y otros exponentes del barrio Marín, junto a músicos de diferentes orquestas que ejecutaron una mezcla entre la salsa con el jazz, el funk y la música folklórica venezolana de una forma nunca antes escuchada en otra orquesta.

Cuenta Nené que durante la década de los años 70´ formó sets de percusión para cada situación, que sentaron las bases para crear la baticonga.

“La baticonga es una combinación de batería e instrumentos latinoamericanos como las congas, bongós, cencerros, se toca con las manos y sin baquetas, aunque hay quien la toca con ambas. En los ochenta fue haciéndose más popular la combinación baterías-congas y se le dio ese nombre”, detalló. Este instrumento lo ha tocado con su banda formada en Francia: Nequin Group.

Respecto a su clasificación entre jazzista o rockero, se considera un músico dispuesto a tocar y disfrutar lo que salga.

“Amo el jazz y el rock, me gusta tocarlo, pero no me considero jazzista ni rockero”, añadió.

La admiración que le ha expresado el público en sus años como profesional lo mantienen frecuentemente requerido por sus colegas, periodistas deseosos de conocer más sobre su vida, así como jóvenes que se inician en el mundo de la música y quieren escuchar, de su propia voz, secretos para el dominio de la percusión, según los instrumentos, además de anécdotas vividas de figuras reconocidas con las que tuvo la oportunidad de alternar en vivo o en un estudio de grabación.

Acerca de su sensación al ser solicitado para impartir clases sobre sus conocimientos en el uso de cada instrumento o acompañar a una banda, opina que “cuando me llaman músicos jóvenes y mayores, certifico que la música no tiene edad, y me doy cuenta que no me equivoqué cuando me dediqué a ella; cuando amas tu trabajo, pasa a ser una diversión y la actitud es otra, creo que ese es el secreto”.

EMMANUEL CHAPARRO RODRÍGUEZ / CIUDAD CCS


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