Memorias de un escuálido en decadencia | UCV
25/05/2023.- —¡UUUCV! Después de más de catorce años de lavar bien su ropa en la UCV, la doctora Cecilia García Arocha parece que abandona la casa que vence la sombra, porque este viernes 26 hay elecciones para elegir nuevas autoridades. Y ojalá ganemos nosotros, que desde que nos vimos estamos deseando salir de esta dictadura. Ahí van seis compañeros luchando contra un representante de la dictadura, un tal Miguel Alfonso. Es verdad que es el único de todos los que han estado ahí que ha reclamado y protestado ante tanta vagabundería que hemos hecho nosotros que nos cagamos en la alma mater. Es verdad que ha estado solo en esa lucha, pero ahora parece que lo está acompañando mucha gente. De los otros seis candidatos, que son uno solo, rescatamos al compañero Belmonte, pero también es cierto que ha sido cómplice de todas las marramucias que la doctora García Arocha no ha asumido en esa casa de estudios. Cómo será la vaina que convertimos el Aula Magna en una casa de la oposición, donde nos invitamos a nosotros mismos para que aquellos, que nunca habían ido a una universidad, por lo menos asistieran por primera vez. Y los llevamos al Aula Magna, y allí "la rectora recibió más aplausos cuando reconoció a Guaidó como presidente encargado en su discurso de bienvenida". Según dijo Luisa Salomón en la página Prodavinci el 09/02/2019. Bajo los móviles de Calder estuvimos compartiendo con el interino, que nunca supo lo que tenía allá arriba, es decir, los móviles de Calder. Hicimos ahí lo que nos dio la gana y el compañero Belmonte que no nos venga ahora a decir que va a luchar contra la corrupción y va a darle vida académica a la universidad y, ni de vaina, Belmontico, nosotros nos conocemos muy bien. Hasta un vicerrector administrativo, que ya ni recuerdo cómo se llama, protestó y renunció porque aquello apestaba y no le alcanzaba el pañuelo para taparse la nariz; tenía que pedir una unidad prestada.
Así que el viernes 26 la gente va a votar. Los obreros —carajo, qué vaina con esa gente—, los empleados, los estudiantes, los graduados, los profesores jubilados y activos, en fin, un gentío al que le encanta votar, sobre todo a los chavistas, que no pueden ver una escuela abierta porque creen que hay elecciones y se ponen a hacer colas para votar. La cosa se puso seria. Ya nos hemos dado a conocer bastante como unos linces para robarnos toda vaina. Se ha dicho todo tipo de vainas en la UCV. Y nosotros no las hemos desmentido porque sospechamos que todas más otras son ciertas. Estas elecciones deben servir para medir el grado de oportunidad que tenemos para ganar en el 2024. Aunque da mucha pena lo que estamos haciendo, díganme ese comercial de intriga del Flaco Embajada Radonski, ¡qué bolas! ¿Ustedes creen que con vainas así se puede llegar a Miraflores? No me jodan. Pero eso es lo que tenemos. María —Súmate— Machado suspende sus actos porque llueve, lo que quiere decir que si llega a Presidenta no va a gobernar mientras esté lloviendo y se estén cayendo los ranchos en cualquier barrio caraqueño.
Otra vaina que nos jodió fue que el compañero rey en Inglaterra envió una carta diciendo que no reconocía un carajo al Guaidó ese que nos impusieron desde Estados Unidos como Presidente de Venezuela, pero, eso sí, el oro de Venezuela es nuestro. Así decía más o menos la carta. Hay un chavista que la envió por Twitter y decía así. Ese chavista ahora tiene un cargo contra el bloqueo, ha pasado por un montón de cargos, cómo les encanta a los chavistas, que no tienen una sola vaina, sino un montón de vainas para joder mejor. Ese tipo, que antes estaba en foros en el canal ocho, enseñándonos a comer bien y sin azúcar, ahora está de frente contra el bloqueo y declarando todos los días. Ojalá que así como ese tipo declara, declararan impuestos todos los venezolanos. Seríamos un país multimillonario.
El papá de Margot llegó diciendo que "ojalá la dictadura no nos joda en la universidad, porque entonces sí es verdad que se nos subió el mono, perdón, la gata a la batea". Estuvo tentado a sentarse a ver televisión, pero dijo: "Yo sé todo lo que me va a decir ese aparato. Mejor me voy al cuarto". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo, tan duro, que la vecina salió gritando: "¿Ya votaste en la UCV o te botaron, muérgano?".
—Este mundo de azules boinas... —me canta Margot.
Roberto Malaver