Memorias de un escuálido en decadencia | UCVota

08/06/2023.- —¡Empujad hacia el alma la vida en mensaje de marcha triunfal! Otra vez volvemos al mundo de azules boínas. Aquí vamos a la U, U, UCV a votar. Esta vez vamos confiados. Creemos que la compañera García Arocha no puede seguir cometiendo errores porque ya se le agotó la cuota. No puede cometer más errores ni haciendo una llamada a un amigo. Así que vamos por segunda vez a votar, y aunque dicen que nunca segundas partes fueron buenas, nosotros confiamos en que esta sí porque, repetimos, la compañera rectora no puede seguir cometiendo errores. Lo mejor es que vaya pensando qué va a decir cuando esté en el exterior dándose la buena vida y le pregunten de qué vive, para que no le pase lo que le pasó al compañero Guaidó, que dejó a los ingenieros mal puestos porque casi todos son unos limpios, y Guaidó, siendo ingeniero, no solo le puso full la nevera a la fabulosa Fabi, sino que tiene para vivir tranquilo y sin nervios muchos años más. Cuando el periodista le preguntó de qué vivía, Guaidó no sabía por dónde empezar, no sabía si decir: "Porque tenemos el oro en Inglaterra" o "Monómeros me permite llevar este paso más chévere" o "Gracias a Citgo, te estoy queriendo tanto que ya no puedo quererte más". En fin, compañera Cecilia, vaya preparando sus argumentos, porque como usted misma nos dijo: "Me voy el 14 de julio". El día que se produjo la toma de la Bastilla en 1789. Buena fecha para irse, compañera.
Son siete candidatos. Siete hombres y un destino: ser rector de la máxima casa de estudios. Ahora sí será la máxima, porque con la compañera Cecilia, ahí llegamos al mínimo común múltiplo. De esos siete hombres, seis ofrecen darle continuidad a la política de la compañera Cecilia. Hay que tener un poco de vergüenza, pero ya la gente sabe que nosotros no le paramos la mínima bola a esa palabra; que le paren otros, porque a nosotros nos sabe. Y el otro candidato que queda es el más peligroso, porque es el que más trabaja y el que está dispuesto a hacer las cosas bien y demostrar que sí se puede ir al lado de los acontecimientos. Volver a las investigaciones. Volver a ubicarse en el centro del mundo universitario, y mejor no sigo, porque sería hacerle propaganda a la dictadura. Y eso nos pasa porque nosotros nos hemos acostumbrado tanto al robo y a la complicidad, que siempre confiamos en la gente, a pesar de que la gente sabe quiénes somos nosotros. No sabemos hasta cuándo nos van a apoyar.

Así que vuelven a la UCV los profesores activos y los jubilados, los estudiantes, los trabajadores, los empleados, en fin, vuelven con la frente marchita porque lo que pasó en las elecciones del 26 de mayo no se puede olvidar así tan fácil, y tampoco se puede querer, porque no sienten lo que yo siento. Eso hay que cobrárselo a la compañera Cecilia, para ver si aprendemos a ser responsables y decentes. Ahora, nuevamente, la UCV es una fiesta que no se acaba nunca.

El papá de Margot llegó cantando el himno de la Universidad Central: "Campesino que estás en la tierra, / marinero que estás en el mar, / miliciano que vas a la guerra / con un canto infinito de paz; / nuestro mundo de azules boínas / os invita su voz a escuchar: empujad hacia el alma la vida / en mensaje de marcha triunfal". Y se paró en el medio de la sala y cambió el tono y siguió cantando: "Se va, se va, se va, la compañera Cecilia se va". Y dejó el canto y dijo: "Ahora sí, ha llegado el momento, no tienes que decirlo, me he dado cuenta". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro, que la vecina salió gritando: "Yaaaaaa, muérgano".

—El sol nos dice que llegó el final... —me canta Margot.

 

Roberto Malaver


Noticias Relacionadas