Comentarios noticiables | Con la paz, hacer causa común en el planeta

Con un nuevo modo de pensar

10/06/2023.- El mundo necesita, para la paz, de encuentros francos y amistosos diálogos. La paz necesita de líderes mundiales con sentimientos de amistad revelados como los que profesan los jefes de Estados de China, Rusia, Türkiye, Irán, Siria, Cuba, Venezuela, entre otros. Con sobradas razones, los líderes de esos países, como Xi Jinping, Vladímir Putin, Recep Tayyip Erdoğan, Ebrahim Raisi, Bashar al-Asad, Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro, permanecen abiertos a la comprensión y respeto de otras culturas, de otro modo de pensar, de otras costumbres y, finalmente, de otro sistema político, siempre y cuando no sea terrorista, neonazi, fascista o tiránico.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene como objetivos: 1) mantener la paz y la seguridad internacionales y 2) fomentar entre los Estados relaciones de amistosa cooperación, con el apoyo de los principios garantizadores de la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos, el arreglo de las controversias entre sus miembros por medios pacíficos y la abstención de recurrir a formas incompatibles. Esto es parte de los propósitos contemplados en la Carta de la ONU.

Hoy, a casi 78 años del Día de las Naciones Unidas, existe un enorme debilitamiento de la paz mundial causada por la dirección político-militar de Estados Unidos (EE. UU.) con el apoyo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en su intento emprendido para cambiar la situación política y militar en Europa y en el mundo, en detrimento de los intereses legítimos de Rusia y China y sus aliados, desde posiciones de fuerza, medidas coercitivas políticas, económicas y comerciales. Un aspecto económico a resaltar son las ganancias de las grandes corporaciones interrelacionadas con el complejo militar industrial (CMI) de EE. UU. para prolongar operaciones de guerra en regiones alejadas de ese país, según se desprende de documentos oficiales del Pentágono.

La tendencia bélica occidental manifestada con acentuada nitidez en la administración Biden no ha evolucionado hacia la consagración de la paz en Ucrania y la disminución de la guerra. Por el contrario, mantiene la escalada de la carrera armamentista que ocasiona y sigue ocasionando grandes calamidades a la población civil de la zona del Dombás, ahora territorio ruso.

EE. UU. y la OTAN engrandecen la amenaza de la guerra nuclear a sabiendas de las consecuencias catastróficas que para la humanidad pueda traer. Preparar y hacer guerras agresivas en todo el planeta en la realidad del mundo contemporáneo es el objetivo. En este caso jamás se debe subestimar la estupidez humana de los líderes de Occidente. En una guerra nuclear con las potencias de Rusia y China no puede haber vencedores; librarla sería un hecho catastrófico. Según cálculos simulados de la norteamericana Universidad de Princeton, 91,5 millones de muertos se causarían en cinco horas en una guerra nuclear imaginaria.

Occidente debe ejercer la moderación y la disuasión para hacer causa común con la paz y que esta impere en el mundo. Un nuevo modo de pensar debe acabar con el círculo vicioso que conduce a la ofensa, al enfrentamiento y al uso de la fuerza de las armas.

 

J. J. Álvarez


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