Entrevista | José Antonio Varela: siempre va a haber cine venezolano

Presenta Un Cupido sin puntería a estrenarse en las salas de cine el próximo 18 de agosto

 

Con 30 años de trayectoria ha participado en la producción de 50 películas.

09/08/2022.- La 18a edición del Festival de Cine Venezolano en Mérida 2022 demostró una vez más la calidad del séptimo arte nacional. Grandes películas, como la comedia romántica: Un Cupido sin Puntería brilló, destacó y protagonizó el repertorio de más de 20 largometrajes de ficción participantes.

José Antonio Varela, su director, cuenta con casi 30 años de trayectoria cinematográfica, llegó a ser presidente de la Fundación Villa del Cine y ha participado como productor y productor ejecutivo en más de 50 obras, tales como Brecha en el silencio (Luis y Andrés Rodríguez, 2012), ganadora del Premio Fipresci en el Festival Internacional de Cine de El Cairo; Azul y no tan rosa (Miguel Ferrari, 2012), ganadora a mejor película iberoamericana en los Premios Goya; Boleto al paraíso (Gerardo Chijona, 2010), nominada en Sundance, los Goya y ganadora de mejor película latina en el Festival de Málaga; La casa del fin de los tiempos (Alejandro Hidalgo 2013), nominada en Fantasporto y Fangoria; Tierra Sublevada (Pino Solanas, 2012), merecedora del Cóndor de plata al mejor documental; Liz en Septiembre (Fina Torres, 2014), premio de público en Miami Gay and Lesbian Film Festival.

Varela visitó nuestra redacción para presentarnos, contarnos e invitarnos a disfrutar de Un Cupido sin Puntería, su cuarto largometraje como director.

—Háblenos un poco sobre Un Cupido sin Puntería

Es mi cuarto largometraje como director. Es una comedia romántica y surge de una obra de teatro que se llama Mi amor te devuelvo a tu esposo, de mi autoría junto a mi hermano José Luis Varela, tenemos toda la vida escribiendo juntos. Recuerdo que antes de la pandemia un productor de teatro nos pide que hagamos una obra de sofá que se iba a montar en Caracas, Bogotá, Miami y Madrid, un esquema que se está usando mucho. Entonces escribimos esa obra y faltando cinco días para su estreno llegó la pandemia. Seis meses después, el mismo productor me propone hacer una adaptación de cine, lo hicimos y nos gustó. Allí comenzamos a buscar alianzas y recursos, al final yo me separé de esa primera propuesta de producción, monté otra e hice la película en febrero del año pasado en plena pandemia. Aproveché que recién habían comenzado a salir los protocolos para filmar en pandemia, con la ayuda del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía  (CNAC), la Asociación Nacional Autores Cinematográficos (ANAC) y la Asociación de Productores y se hizo este protocolo de trabajo y fuimos una de las primeras películas que empezó a trabajar en pandemia, así nació Un Cupido sin puntería.

Cuenta la historia de Aquiles, un museógrafo del Museo de Ciencias de Caracas, es un personaje meticuloso y maniático. Su esposa lo deja y él queda completamente destruido. Su mejor amigo de la infancia, Víctor, también se separa de su pareja por esa misma fecha. Entonces es como un encuentro de los dos amigos de la infancia, uno muy despechado y el otro más tranquilo, esa unión con su mejor amigo hace que Aquiles supere la parte más chimba del despecho porque tiene mucha ansiedad, no puede dormir, está muy triste, pero su amigo es muy distinto a él, le hace la casa un desastre, empieza a meter amigas ahí todo el tiempo. Entonces él –Aquiles– dice qué bueno que estuvo aquí, pero quiero que se vaya y llega a la conclusión de que la única forma de que su amigo se vaya sin ningún problema, es que se reconcilie con su esposa, por eso se llama Un Cupido sin puntería, porque es él tratando de que su amigo se reconcilie con su esposa y se regrese a su casa.

­—Participó con este filme en la 18a edición del Festival de Cine Venezolano 2022 en Mérida, ¿qué nos puede contar?

Fue una experiencia muy agradable porque fue la primera vez que la presentaba ante el público. Tuvo una respuesta muy chévere, la gente se ríe, se divierte, recibimos buenos comentarios. Tuve una ponencia, que repetiré ahora en Caracas en algunas universidades, llamada “La vigencia de la comedia romántica: el caso de Un Cupido sin puntería”, y me pasó que hubo una función en un espacio en la Fundación Ciudad del Niño y muchos de los que estuvieron en esa ponencia después se fueron al intercambio, entonces tenían preguntas y visiones distintas. Fue una experiencia verdaderamente agradable.

Un Cupido sin puntería, se estrena el próximo 18 de agosto.

Sí, muy contento. La distribuye Cines Unidos y nos están dando más o menos 50 salas en todo el país. Es como un estreno muy grande, como de una película internacional, con muchas expectativas positivas.

 

Un Cupido sin puntería cuenta con un elenco nacional fantástico.

—Se mencionaba en el Festival de Mérida, que si una película venezolana no llenaba las salas de cine en dos semanas, la sacaban de cartelera ¿no? Entonces, ¿por qué el espectador venezolano tiene que ir a ver Un Cupido sin puntería?

Primero que nada es porque el que vaya se va a divertir. Es una película entretenida, divertida, con un elenco fantástico, contamos con Luis Gerónimo Abreu, quien posiblemente sea uno de los actores venezolanos hoy en día con mayor proyección internacional, viene de hacer Bolívar una serie que se vio en una gran cantidad de países y afortunadamente nos acompañó acá junto a su esposa Claudia La Gata, primera vez que trabajan juntos y también es una actriz fantástica; Adriana Romero y Vicente Peña, él tiene mucho arraigo en el público venezolano porque ha hecho personajes de comedias importantes, comúnmente se le dice el “muerde muslo” por lo que hizo en Papita, maní, tostón, que es nuestra película más taquillera, entonces la gente lo reconoce mucho y se divierte mucho con él. Además contamos también con Sheila Monterola que es una excelente actriz y Aníbal Grunn que es un Premio Nacional de Cultura Mención Teatro.

Es un elenco fantástico, es una película muy divertida e intentamos hacer un género, que es uno de los géneros más comerciales que hay que es una comedia romántica, pero adaptado a Venezuela y al presente, porque quizás la comedia romántica comercial es muy conservadora y lo que hace es como que reforzar unos valores que están quizás ya caducos. Nosotros intentamos con Un Cupido sin puntería utilizar elementos del género cinematográfico, para hablar de las nuevas relaciones y de lo difícil que es mantener una relación hoy día. Bueno después de la pandemia, hubo una cantidad importante de separaciones, y se trata un poco de reflexionar sobre eso. Creo que se logró, las películas para uno son como los hijos, uno los quiere, esperemos que al público le guste y le vaya bien.

—¿Por qué una comedia romántica?

Yo empecé este proyecto hace mucho tiempo y la razón fundamental es que a mí me convoca, hace unos años, un gran amigo que se llama Nelson Núñez, un director venezolano, a que lo ayude en un guion de una comedia romántica, se llamó Amor cuesta arriba, una producción de la Villa del Cine, dirigida por Núñez y bueno él me invitó a escribir con él y con mi hermano esa comedia romántica.

Yo no era ni fan ni conocedor del género, pero los guionistas tenemos la disciplina que si nos encargan una película de comedia romántica, la primera cosa que hacemos es leer sobre el género, estudiar sobre el género, buscamos en teoría las mejores películas, las descargas, las buscas, las compra y las ves. Yo pasé seis meses de mi vida leyendo, viendo comedias románticas, vi muchísimas, y me pareció muy interesante y me gustaron.

Hay comedias románticas extraordinarias, la comedia romántica tienen un origen fantástico en los años 30 y 40 en Hollywood, porque fue un género de vanguardia, las primeras películas hegemónicas de Hollywood donde las mujeres tienen una profesión y tienen igualdad con el hombre, son las comedias románticas. Antes nunca, antes eran objetos, las pateaban, las maltrataban, eran cualquier cosa y en las primeras comedias románticas tienen profesiones, casualmente en las primeras comedias románticas clásicas son de mujeres periodistas que tienen voz, que le reclaman al hombre, que tienen igualdad y que buscan la igualdad porque era un proceso histórico en los Estados Unidos donde la mujer por la guerra tuvo que tomar posiciones prominentes en la sociedad, entonces esa sociedad tuvo que reconocerla y uno de los primeros ejemplos fue la comedia romántica. Todos los géneros no son a priori ni buenos ni malos, son esquemas, son estructuras preelaboradas y uno ve qué hace de ello.

Toda esa experiencia con Nelson me dio mucha satisfacción, gané el premio al mejor de guion en Mérida con esa comedia. Estuvimos en una selección en la Asociación Mundial de la Crítica a las Comedias Románticas Alternativas con Amor cuesta arriba, también estuvo en Chicago Latino, en el Festival Internacional de Cine de Transilvania, algo que a lo mejor uno pensaba que era una película más modesta; resulta que de ahí viene mi relación con la comedia romántica, de la buena experiencia con Amor Cuesta Arriba. Después utilicé cosas personales de algunos amigos y escribí. Normalmente en guion se hace una sinopsis, un tratamiento y empiezas a concursar, yo hice ese guion, ese tratamiento y empecé a buscar, teniendo eso me pidieron la obra de teatro y después la obra de teatro la llevé al cine.

—¿Cómo ha sido ese proceso de cambio desde La Clase (2007) a Un Cupido sin puntería (2022)?

Chévere, muy bueno. Tengo toda la vida en esto. Mi primera película como guionista fue Muchacho Solitario con Servando y Florentino, ese guion lo escribí y también fui segundo asistente de dirección.

Vi clases con César Bolívar en la Universidad Central de Venezuela, soy egresado de la Central en Cine y de allí empezó un proceso de trabajo desde el 94, ya voy a cumplir 30 años de trayectoria. La Clase fue mi primera película en el 2007, antes había trabajado como asistente de dirección y guionista, me encanta mi película, he disfrutado muchas de mis películas. La Clase me dio muchas satisfacciones, fue selección oficial en La Habana, en Rio de Janeiro, en Guajaca-México, en Málaga-España, estuvo en salas de cine en Paris, donde di varias conferencias, en fin muchas satisfacciones. De mii vida en ese sentido, no me puedo quejar, he trabajado sin pausa desde el 94 hasta el día de hoy, siempre estoy escribiendo, produciendo, dirigiendo.

Un Cupido sin puntería es un accidente, no estaba en los planes. Si uno es guionista pasa todo el tiempo escribiendo, hay muchas más posibilidades de escribir que dirigir porque una película vale mucha plata, en cambio un guionista lo hace porque uno quiere, digo a veces te contratan también. Yo estuve en el equipo de guionistas de Carabobo, caminos de libertad por ejemplo, pero los guiones personales los escribes en tu tiempo y vas acumulando guiones y vas tratando de que se haga lo hagan otros a veces lo haces tú. Yo tenía esa idea allí y termine haciéndola yo y estoy muy contento con el resultado. Cada película ha tenido su encanto ya esta es la cuarta.

—En el debate “Juntos pero no revueltos” en el Festival de Cine en Mérida, algunos comentaban que al cine nuestro le falta promoción, otros se iban más hacia la idea de la creación de un canal de Streaming, ¿qué considera que le hace falta al cine venezolano?

Sinceramente no sé, porque el mundo cambió y nadie sabe qué es lo que viene. Bueno, vamos a decirlo así, pareciera que el mundo cambió porque a lo mejor es una etapa y el río vuelve a su cauce. Estamos pasando un momento muy raro, está la crisis mundial económica desde hace rato, después la pandemia y ahora la guerra, entonces ¿cómo se proyecta?, ¿quién proyecta qué? Con la pandemia hubo un bajón terrible de lo que es el espectáculo en las salas del cine en el mundo, no sabes ahora donde está la parte productiva del cine, si es en las salas, si va a permanecer en las salas, si hay que migrar a los streaming, pero estos son complicados porque ellos buscan es hacer su propio contenido, entonces todos estamos viendo cómo nos adaptamos y cómo nos reivindicamos. En ese sentido hay directores venezolanos y directoras venezolanas que han recorrido un camino que hay que tener presente y aprender todos.  

—Por último, ¿cómo ha visto el crecimiento del cine nacional?

Considero que estamos saliendo de un hueco, veníamos de un hueco muy duro que fue por toda la crisis y la pandemia. Ahora ves que hubo una cantidad de estrenos importantes, que son películas así hechas con las uñas y que cada quien resolvió como pudo. Ahora que aparenta haber una mejoría según los indicadores dicen que Venezuela va a levantarse económicamente, ahora hay mucho más movimiento en la calle. El tema de los espectáculos públicos es obvio que ha causado revuelo, el cine va mejorando, digo ojalá Un Cupido sin puntería tenga 50 o 60 mil espectadores. Es posible que esa mejoría de la economía empareje también con una mejoría de las instituciones, el CNAC aparentemente se está moviendo, va a empezar a reconocer cosas viejas y va a reactivar los mecanismos, pues ojalá.

El cineasta venezolano históricamente es muy aguerrido y busca la manera, siempre va a haber cine venezolano, con apoyo o sin apoyo siempre se va a buscar la manera, ojalá se construya otra vez unos mecanismos, sobre todo para los nuevos cineastas, porque un estudiante de cine realmente necesita que haya una nación que lo soporte para que él pueda crear y hacer cosas. Una película es muy cara y un privado no va a apostar por un joven talento, por eso tiene que haber una política que los apoye y los soporte.

Biografía mínima

José Antonio Varela es escritor, director, productor y docente universitario en el área audiovisual. Licenciado en Artes, mención Cine, por la Universidad Central de Venezuela (UCV), con un máster en Escritura de Guión por la Universidad Autónoma de Barcelona, España y un doctorado en el Centro Nacional de Estudios Históricos de Venezuela (CNEH). Su primera película, La clase (2007), fue selección oficial en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (Cuba) en la categoría de Ópera Prima; selección oficial en el Festival Cinesul de Río de Janeiro (Brasil), donde obtuvo mención honorífica del jurado; selección oficial del Festival Internacional de Viña del Mar (Chile); y selección oficial del Festival Internacional de Málaga (España), donde obtuvo una mención de Honor. También dirigió el largometraje de ficción Comando X (2008). Ha escrito los largometrajes Muerte en alto contraste (César Bolívar, 2010) y Bolívar, el hombre de las dificultades (Luis Alberto Lamata, 2012).

 

NAILET ROJAS / CIUDAD CCS

 


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