Historia viva | La soberanía sobre la perfidia

14/06/2023.- Simón Bolívar: Brigadier de la Unión, General en Jefe del Ejército del Norte Libertador de Venezuela [...] Un ejército de hermanos ha venido a libertaros [...] somos enviados a destruir a los españoles [...] que desaparezcan del suelo colombiano los monstruos que lo infestan [...] que su escarnio sea igual a la eternidad de su perfidia…

Era la proclama que firmó Bolívar en Trujillo el 15 de junio de 1813 ante la barbarie realista luego de la caída de la Primera República.

Era la respuesta de los patriotas ante las atrocidades cometidas por los realistas contra los americanos inocentes o no luego de 1812. Además, Bolívar sobre todo visionó la necesidad de reagrupar a los americanos por una causa justa y promover a categoría internacional un conflicto entre la monarquía española y los patriotas americanos, para poder entrar en el juego geopolítico de las potencias emergentes como Estados Unidos y Gran Bretaña, donde se corría la suerte de la distribución del mundo y sus riquezas territoriales.

Pero Bolívar también invitó a la buena fe, a la conciliación para aquellos españoles y canarios que conspiraban contra la tiranía monárquica, con lo que serían tratados como americanos. Incluso dio inmunidad y amnistía contra aquellos americanos que se opusieran al ejército patriota.

Augusto Mijares señala en su libro El Libertador que lo que se conoce como Decreto de Guerra a Muerte en realidad fue una proclama y la compara analógicamente con la Ley de Sospechosos de los franceses, promulgada en 1793, en la cual eran condenados a muerte "los que sin haber hecho nada contra la libertad, no hubiesen hecho a favor de ella".

El mismo Mijares señala en su libro que el Libertador fue más enunciativo y amenazante que lo que en realidad pudo haber realizado para dar cumplimiento a la proclama de Trujillo de 1813 en tanto cita al regente Heredia: "... la reconciliación general con entero olvido de lo pasado, y el permiso de emigrar los que quisiesen", que promovió Bolívar al entrar en Caracas durante la campaña Admirable.

Igualmente, Bolívar hizo propuestas de canje de prisioneros que favorecían cuantitativamente y cualitativamente a Monteverde quien

rechazó también la oferta de Bolívar de entregar los dos mil españoles apresados en Caracas si Monteverde liberaba los cuatrocientos patriotas que quedaban en Puerto Cabello. El Libertador todavía intentó, sin embargo, salvar a aquellos infelices expulsándolos a las Bahamas o a Barbados y con ese fin se contrataron cuatro goletas para embarcarlos por La Guaira, y se ordenó que del dinero que se tomara a los propios españoles y canarios se hiciera un fondo especial "para pagar el flete de los buques que conduzcan fuera del Estado a aquellos individuos".

Entendemos entonces la expresión de una doctrina bolivariana que privilegia el derecho humano ante la arbitrariedad imperial y nos afirmamos en considerar el pensamiento bolivariano para el tratamiento de casos similares en nuestros tiempos contemporáneos, cuando un sector oposicionista desató una guerra contra la paz del pueblo venezolano y la respuesta del presidente Maduro fue firme al hacer uso proporcional y progresivo de la fuerza para controlar la violencia política y llamar a dialogar a los violentos con fórmulas políticas.

Desde 2017, en Venezuela encontramos una de las "capitulaciones" más largas que le ha tocado enfrentar al imperialismo norteamericano en la historia contemporánea, cuando sus peones se siguen embriagando de recursos espoliados al Estado venezolano a través de los bienes "embargados" o más bien robados a la nación para ser entregados a bandas delincuentes de partidos como Voluntad Popular, Primero Justicia y otros innombrables seudolíderes que intentan dar lecciones de democracia, con las manos manchadas de sangre del sufrimiento del pueblo venezolano generado por las medidas coercitivas del gobierno de EE. UU. y sus adláteres en Europa.

Bolívar sentó un ejemplo en la práctica política y militar que es digno de analizar ante las locuras de los realistas, tal cual las locuras de los oposicionistas venezolanos y sus asesores norteamericanos hoy, y es que la dignidad de la investidura y el honor del Libertador otorgada por el pueblo de Mérida meses antes de la proclama del 15 de junio, que le confiere la magnanimidad que suscribe su apostolado sobre los derechos fundamentales del ser humano.

A pesar de todas las atrocidades y barbaridades extravagantes cometidas por los oposicionistas, incluso contra sus propios partidarios, en lo que va del siglo XXI, el chavismo en la persona del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela les ha permitido integrarse al proceso político con una sola condición: el respeto a la Constitución.

Tal cual lo hizo Bolívar al entrar triunfante a Caracas ese mismo año de 1813: "La reconciliación general con entero olvido de lo pasado, y el permiso de emigrar los que quisiesen". Es duro aceptar el olvido de la violencia política porque son como las manchas de sangre en la tela de la vida: imborrables. Pero la soberanía se impone ante la perfidia.

 

Aldemaro Barrios Romero

venezuelared@gmail.com


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