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Se encontró con el Chino y el Gato

20/06/2023.- El cadáver del infortunado fue localizado en el Guaire, atado de pies y manos, amordazado y con signos de estrangulamiento.

El Chino y el Gato eran delincuentes de poca monta. ¿Que eran peligrosos? Sí, pero no eran, o son, porque muertos no están, de lo más malo que ha parido la parroquia Antímano en cuanto a criminales se refiere. Eran capaces de robar a un transeúnte, pero también les daba por hurtar en un quiosco o hacerse de una que otra moto. Veinte años atrás, eran especialistas en robar radio reproductores de los autos, a los que les fracturaban cualquier vidrio con tal de abrirlos y robarse el equipo o algo de valor que el dueño o la dueña hubiesen dejado en su interior. Eran, y siguen siendo, dicho en el argot popular, "unos arañaos", pero no por ello dejaban de infundir cierto miedo entre sus habitantes.

Son, por decirlo de alguna manera, los típicos guapetones, que se las tiran de arrechos cuando están en patota, pero no son capaces de pelear ni meterse con nadie cuando están solos.

Todavía recuerdo cuando era adolescente: bien peleón que era yo. Había allá, en el sector El Mirador del 23 de Enero, un malandrito que se la daba de triarrecho (le decían "Guío") y todos le teníamos miedo, porque hasta cuchillo usaba. Una vez se metió conmigo y me dio mucha pena y rabia, porque lo hizo delante de un gentío, varios conocidos entre ellos. Por eso, me armé de valor y le di una zaparapanda de golpes que no lo dejé ni respirar. Afortunadamente, no cargaba el cuchillo ese día. Al pobre se le ocurrió comenzar a buscar piedras para intentar joderme. Craso error. Las piedras eran mi fuerte, pues andaba en plena época liceísta en la que había prácticas casi todos los días contra un enemigo tenaz: la policía. Lo cierto es que le eché una andanada de piedras y lo perseguí por un buen trecho. Más nunca se metió conmigo. Pero lo peor, para él, fue que desde ese día todo el mundo le perdió el respeto y todos querían pelear con él.

Esta historia no tiene nada que ver con elChino y el Gato, pero la traigo a colación por aquello de que en los barrios siempre hay guapetones que se las tiran de alzaos, pero no son capaces de arreglar nada ellos mismos, sino que hasta para resolver sus problemas personales buscan ayuda de la pandilla. Como diría la tía Felipa: es cuestión de falta de testículos.

Resulta que elChino, cuyo nombre es Víctor José Jiménez Rivas, de 41 años de edad, le leyó un mensaje del celular a su mujer y se enteró de que esta le estaba montando cachos con un tal Miguel Ángel Puche Ascanio, de 50 años de edad, quien laboraba como colector de un microbús, y que habían fijado una cita para mantener relaciones íntimas.

El Chino decidió vengar la afrenta, pero no él solo, como suelen hacerlo los hombres, sino que se buscó a dos de sus compinches para que lo ayudaran. El día de la cita, cuando llegó el infortunado, no vio a su amante por ningún lado, sino a los tres hombres malencarados, que ya lo habían rodeado. Intentó escapar, pero le cerraron el paso, lo agarraron y le dieron una golpiza. No conformes con ello, lo metieron a la fuerza en un auto y se lo llevaron. Lo amarraron de pies y manos y al llegar a otro sitio continuaron dándole golpes; luego lo estrangularon. Tras detectar que ya le habían arrebatado la vida, lo arrojaron al río Guaire a la altura de Antímano. Fue localizado, posteriormente, por los lados de Montalbán, pues el cuerpo se había atascado con una montañita de basura, palos y ramas.

Días después, el CICPC anunció el esclarecimiento del caso y, aparte de El Chino, fue detenido El Gato, identificado como Juan José Reyes Ferrer, de 29 años de edad. A ambos los agarraron en la avenida Intercomunal de Antímano. El Cicpc también anunció que un tercer hombre, de quien solo se conoce que le dicen Josué, está siendo buscado.

Se determinó que el Chino posee registros policiales por robo genérico, posesión ilícita de estupefacientes y violencia física, mientras que El Gato ha estado preso por porte, detención u ocultamiento de arma y robo genérico.

 

Wilmer Poleo Zerpa


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