AfroUrbe | En hermandad, avanzamos con San Juan

Junio de devocionalidades en el calendario de festividades tradicionales en Venezuela

25/06/2023.- En la Caracas AfroUrbe recibimos el 24 de junio con un palo de agua en la madrugada: es la lluvia que limpia, lluvia que arrastra aquello que no hace falta.

En la mañana, la garúa nos ratifica un día lleno de bendiciones por parte de Juan el Bautista. Así, las cofradías se han preparado un año para honrar al hoy Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad: el ciclo festivo alrededor del culto y devoción a san Juan Bautista.

Para nosotros y nosotras, simplemente Juan, nuestro santo bonito, el de la libertad, el profeta de la lengua de fuego, el hijo de Isabel, el que bautizó a Jesús en el río Jordán. Cada cofradía tiene sus dinámicas, sus cadencias, sus particularidades de organización. En nuestro caso, sumamos nuestro granito de arena a la Hermandad de la Ceiba de San Agustín del Sur, impulsada por el eterno maestro Jesús "Totoño" Blanco, también Patrimonio Cultural Viviente de Caracas, hoy patrimonio en nuestros corazones, y nos agrupamos en el pasaje 12 de San Agustín, frente a la Virgen, para dar inicio a nuestra celebración.

El capellán David Daniel, con sus palabras nos impulsa como Juan a ser "precursores para llevar adelante nuestras tradiciones. Les invito a que cada año seamos más como Juan, quien decididamente se apartó del mundo y asumió la misión que se le encomendó con profundo amor a su prójimo".

Tras esa bendición mutua entre el capellán David y nosotras y nosotros cultores de la tradición afrovenezolana que exalta la libertad, la alegría, el agradecimiento ante lo dado y el porvenir lleno de posibilidades, iniciamos las sirenas —o ese canto a capela que en su mayoría mujeres en la hermandad realizan en honor a Juan—:

El amor por lo nuestro, por nuestro ser venezolano.
San Juan, yo te pido tanto, ay loeeeee...
porque ya somos hermanos, que nos des felicidad, ay, san Juan.
Lo que nos dé felicidad, yo te canto mis amores.
Yo te canto mis amores y te pido, san Juan Bautista, para que no nos abandones.

Entre hermanas y hermanos, en la feligresía y ritualidad a este profeta —en paralelismo fraguado en la cristiandad para seguir cultivando a través de los tambores la libertad del ser—, iniciamos ese largo sangueo, ritmo que se interpreta con los tambores para recorrer caminando, entre cantos al santo, toda la barriada de San Agustín del Sur.

Barrio adentro, cada familia que honra, paga promesa, siembra peticiones para el ser y hacer se pasa toda una jornada en la energía colectiva de la alegría y el fuego que nos constituye.

Y así nos vamos despidiendo y dando gracias por este recibimiento, ay loooeee...

Hoy es un momento que es un instante en familia, sin embargo, tengamos presente que Juan y el tambor son un latir constante.

 

Mónica Mancera-Pérez


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