Punto y seguimos | Nubes blancas, cielo amarillo
Disfrutar la obra de Jesús Soto, en su centenario
27/06/2023.- Cuando era niña fui en una visita guiada al Teatro Teresa Carreño, visita de la que solo tengo un recuerdo en particular: el de una cosa preciosa de "palitos" que colgaban del techo y la voz femenina de la guía que nos la describía y nos hacía repetir: "Nubes blancas, cielo amarillo", como si fuera el verso de una canción, una cuya melodía la marcaba la brisa al acariciar los "palitos". Jamás he olvidado ese día cuando descubrí a Jesús Soto, ni aquella sensación de maravilla ni la frase que le robó el nombre a esos Cubos virtuales blancos sobre proyección amarilla.
Si bien el nombre oficial nunca llegó a mi corazón, sí que lo hizo el maestro Soto con sus obras, a las que he buscado, visitado y revisitado por todas partes, por el placer de reencontrarme con aquel asombro de la infancia, con aquel encanto hipnotizador que solo nos saca el arte y con el orgullo de sentir esos hilos primorosos que me conectaban con Venezuela, cuando lo veía expuesto en grandes museos y ciudades de otras partes del mundo. Los cielos de colores, los penetrables, las piezas tridimensionales y sus ilusiones ópticas, los colores vibrantes, la música del viento en las obras móviles, la geometría y toda esa magia cinética es un patrimonio de este país, y tenemos la suerte de que gran parte de su colección esté a nuestro alcance, en museos y espacios públicos.
El pasado 5 de junio se cumplieron cien años del natalicio de Soto y el sábado 10, la Fundación Museos Nacionales (FMN) inauguró la muestra "Cosmos en estado de vibración" para homenajear a uno de nuestros mejores artistas plásticos en su centenario. El Museo de Bellas Artes (MBA) de Caracas recibió a una multitud, y expondrán, gratuitamente y durante un año, 58 obras del artista pertenecientes al Estado venezolano (FMN y Banco Central de Venezuela). No hace falta ir a París, Bruselas, Bilbao, Beijing, San Pablo, Seúl, El Cairo, Madrid, Abu Dabi, Nueva York, Milán, Roma, Londres o Berlín para disfrutar de uno de los principales exponentes del arte cinético del mundo, aunque, si tiene la oportunidad de ir, allá también puede encontrar sus creaciones (sí, en todas las citadas y más); pues la obra de Soto honra y engalana esas ciudades.
Les invito, desde este humilde espacio, a que visiten el Museo de Bellas Artes de Caracas, el Museo Soto de Ciudad Bolívar, el Museo Nacional de Arte Moderno de Mérida, la autopista Guaicaipuro, el Teresa Carreño y lleven a mayores y a pequeños, especialmente a estos últimos, para que de igual modo se encuentren con los inolvidables "palitos" que forman cielos, nubes y formas que penetran en la cabeza y en el corazón.
Mariel Carrillo García