Historia viva | El "fantasma" constituyente del 5 de julio de 1811
05/07/2023.- Ya es sabido que el 5 de julio de 1811 fue el acontecimiento crucial que dio a luz al primer Estado nación en Nuestra América, cuando los venezolanos decidieron darse una patria republicana al declararse independientes de la "supremacía" monárquica española. Cuando en el resto de las colonias españolas a lo largo del continente se debatía sobre la legitimidad o no de las Juntas Defensoras de los derechos de Fernando VII, ya en estas tierras habíamos dado el salto histórico hacia la república, que se alcanzó con una guerra que derramó caminos de sangre durante más de una década.
El texto del acta firmada el 5 de julio para proclamar la independencia señala en su introducción las nociones que en aquel momento imbuían el espíritu de los revolucionarios republicanos venezolanos, dirigidos por hombres de vanguardia del pensamiento ilustrado como Francisco de Miranda y los redactores de aquella acta trascendente:
En el nombre de Dios Todopoderoso, nosotros, los representantes de las Provincias Unidas de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo, que forman la Confederación americana de Venezuela en el continente meridional, reunidos en congreso, y considerando la plena y absoluta posesión de nuestros derechos, que recobramos justa y legítimamente desde el 19 de abril de 1810, en consecuencia de la jornada de Bayona y la ocupación del trono español por la conquista y sucesión de otra nueva dinastía constituida sin nuestro consentimiento, queremos, antes de usar de los derechos de que nos tuvo privados la fuerza, por más de tres siglos, y nos ha restituido el orden político de los acontecimientos humanos, patentizar al universo las razones que han emanado de estos mismos acontecimientos y autorizan el libre uso que vamos a hacer de nuestra soberanía.
Este texto se convirtió en la bitácora revolucionaria que animó a la gente a salir a las calles de Caracas para alimentar la algarabía y la felicidad popular por una victoria entusiasta que muy pronto tuvo una respuesta violenta y atroz por parte de la Corona española.
Por estas décadas del siglo XXI, a más de doscientos años de la firma del Acta de Independencia, el musicólogo venezolano Diego Silva Silva sigue despertando la conciencia histórica con documentos musicales de incuestionable originalidad, donde estaban escritas letras, armonías y melodías del siglo XIX que retratan con virtuosismo la efervescencia revolucionaria que bullía en el pueblo. Silva Silva y su trabajo junto a un equipo de investigadores Los testimonios sonoros de la libertad de Venezuela nos puso a leer y a escuchar la otra historia encontrada en archivos ocultos para prender de nuevo la mecha revolucionaria que, como semilla latente, se conservaba en el corazón del pueblo venezolano.
La pasión rebelde que muestran las letras de canciones patrióticas nos permite entender el espíritu revolucionario del siglo XIX y compararlo con el alma revolucionaria de hoy. Muestra cómo la poesía y la música resultan una fuente histórica que describe contextos sociales de la época de independencia, como una canción de 1811: "Aunque pobre y sincamisa, un baile tengo que dar, y en lugar de la guitarra, cañones sonarán". Era una variación de la Carmañola americana de 1795, cuando el alzamiento de Gual y España.
Son documentos que sorprenden por la similitud de la voluntad revolucionaria que el pueblo venezolano ha mostrado en dos décadas de transformaciones en el siglo XXI y que el poeta Gustavo Pereira plasmó en el preámbulo de la CRBV en 1999:
El pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna…
El acta del 5 de julio de 1811 cierra su pronunciamiento de esta manera:
El Supremo Poder Ejecutivo, finalmente, exhorta y requiere, ordena y manda a todos, y a cada uno de los habitantes que, uniéndose de corazón y resueltos de veras, firmes, fuertes y constantes, sostengan con sus facultades corporales y espirituales la gloria que con tan sublime empresa adquieren en el mundo, y conservarán en la historia con inmortal renombre.
El espíritu constituyente del 5 de julio y las canciones patrióticas de entonces deben leerse y escucharse hoy para comprender que los "fantasmas" revolucionarios que percibieron los monarcas del siglo XIX son los mismos que tremolan en las mentes del imperialismo norteamericano y los gestores de la guerra contra Venezuela. Por eso, podemos afirmar que esta lucha de hoy es la continuación de lo que vivió el pueblo venezolano hace más de dos siglos.
Aldemaro Barrios Romero
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