Arrimando la brasa | Oscura memoria del futuro

Estemos alerta, porque los humanoides están sueltos

Una serie de televisión de las transmitidas por cable en el país nos muestra la posibilidad de vernos rodeados, sin saberlo, de robots perfectamente iguales a cualquier fisonomía humana, de manera que se hace imposible el descubrir las diferencias, y estos actúan airosamente para la destrucción sistemática de los verdaderos representantes de la especie.

La crueldad, la realización de tareas en las cuales es imposible descubrir la diferencia del ejemplar humano y el ficticio, los segundos dominan y se imponen, y cada noche temblamos observando el desarrollo de las mil y un tretas de esos humanoides, en su sistemática tarea de destruir sin dejar huellas, mientras paralizados por el pánico observamos el transcurso de los hechos en la pantalla del televisor.

Series como estas nos detienen a pensar, entre el sarcasmo, el chiste y el miedo real, en todos los aspectos vulnerables de nuestra “especie”,  la que ignorándolo, o queriendo hacerlo, no se percata de su fragilidad.

Pensamos en el juego de la construcción de la trama, que descansa fundamentalmente en aquello a lo que aspiramos los humanos en el camino elemental de nuestras trayectorias de vida, deseos, aspiraciones, búsquedas, rutinas; y las tramas se van construyendo sobre el equilibrio o desequilibrio de personajes, que están siendo sustituidos por máquinas sin que los de su entorno se den cuenta (o los “protagonistas”), todo tiene que ver con las estructuras de poder por una parte, otros con los sentimientos, las inseguridades sobre lo amoroso y los comportamientos de pareja (aquello de ¡me quiere o no me quiere!), los deseos  y su satisfacción o negación.

Pesa, con fundamento asfixiante, la competencia, en todos los sentidos, desde aquello relativo al oficio o cualidades de los personajes hasta lo que descansa en el tener o no tener. La vida pende de un hilo por cada uno de estos detalles.

Los humanos protagonistas tienen conciencia frecuentemente de cuál es el humanoide, porque hasta los contratan, pero también el juego de engaños planificados por el enemigo confunde a quien se quiere confundir, en función de algo por conseguir, generalmente circunstancias que tienen que ver con el poder en todas sus circunstancias.

El impacto que nos causa la trama, manteniéndonos tensos en nuestros asientos mientras la seguimos, solo es un indicativo de lo que sentimos con relación a lo fácil que es hacernos frágiles ante los juegos del poder.

Pero vale la pena analizar los nudos de estas tramas ficticias y compararlas con sus paralelos en la realidad cotidiana. El día a día es una oportunidad para descubrir reflejos de lo diseñado por los guionistas de la serie y lo que sucede en el mundo real en el entorno inmediato (que, sin lugar a dudas, es la fuente de ideas de quienes escriben el guion de la serie).

Es interesante concebir cómo hay personajes que tienen certeza de que tienen enfrente un humanoide, porque lo compran con etiqueta de tienda y lo buscaron con un fin específico, sin saber hasta dónde puede llegar el poder de esa máquina, otros personajes simplemente son atacados, engañados o hasta sustituidos por los humanoides, sin tener una mínima idea de lo que les ocurre.

Pues, estemos alerta, porque los humanoides están sueltos y no sabemos por dónde ni cuándo realizarán su tarea de sustituirnos.

 

 

 


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