Historia viva | Bolívar en el Lago de Maracaibo, en julio de 1823
19/07/2023.- No niego que este título tiene un lance que, desde el estricto punto de vista documental, es una afrenta para algunos analistas "tradicionales" de los hechos históricos. Sin embargo, reafirmo que el Libertador Simón Bolívar estuvo presente en la batalla del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823. Lo demuestra el hecho de que sus órdenes e ideas fueron expresamente cumplidas por Santander, Mariano Montilla, Rafael Urdaneta y el propio José Prudencio Padilla, en la aplastante derrota propinada contra el mariscal de campo realista Francisco Tomás Morales, ese día glorioso cuando los patriotas confirmaron la independencia alcanzada en Carabobo.
Tampoco puedo dejar de lado el orgullo de los zulianos y de todos los venezolanos, como también de los nuestroamericanos, incluyendo patriotas marineros norteamericanos que apoyaron a los suramericanos en esta victoria patriota que arriba al Bicentenario. En esa fecha se enarbolaron las banderas de una de las más importantes batallas navales libradas durante el proceso de la guerra de independencia en Suramérica. Esto rebota en nuestra memoria y en nuestra conciencia como un hito histórico, bajo los preceptos de soberanía de la patria grande que hoy seguimos levantando.
A la distancia pudiéramos pensar si padecemos de "estreñimiento documental" porque a Bolívar poco le interesaba la suerte de Maracaibo, en tanto no hay muchos documentos sobre este episodio en los archivos del Libertador, toda vez que Morales permaneció en control de las orillas del Lago desde 1822. La respuesta nos la da el magíster en Ciencias de la Información e historiador Jorge Berrueta al señalar:
El hecho de que en los archivos no se encuentre abundante documentación sobre la Batalla del Lago de Maracaibo no quiere decir que el Libertador no estaba al corriente de lo que estaba ocurriendo. Muchos historiadores tradicionales han hecho un juicio de valor al respecto, sin sustento. El parte de guerra y los antecedentes a la batalla del Lago de Maracaibo están localizados en el Archivo Histórico Nacional de Colombia en Bogotá, con la única desventaja de que no están digitalizados y para acceder a ellos hay que viajar hasta Colombia; en cambio, los del Archivo del Libertador en Caracas están dispuestos en la web.
No obstante, en el Archivo del Libertador en Caracas recuperamos una carta de Bolívar a Santander de enero de 1823, seis meses antes de la batalla del Lago, que señala:
No dudo que seremos reconocidos por España y por el mundo entero; que pronto tendremos la paz. Que Morales será destruido con la inmensa fuerza que está contra él; también podremos subyugar a los facciosos porque la justicia y la fuerza son muy poderosas.
La historia lo absolvió, le dio la razón y sentido político.
Juan Romero, filósofo, magíster en historia y caraqueño, pero con ingénita marabina, señala que
el Libertador dio órdenes a Santander, a Urdaneta, a Montilla, al propio Páez para que tomaran acciones contundentes contra Francisco Tomás Morales y que tuvo como resultado la batalla que conocemos. Bolívar no estaba en el territorio de Venezuela, se encontraba limitado en Guayaquil y la toma de Maracaibo paralizó por casi ocho meses la Campaña del Sur. No fue sino después de la batalla del Lago cuando él reanudó su Campaña, él tomó la direccionalidad al indicar a Santander y a Padilla directamente sobre las acciones que debieron desarrollarse.
Imagino cómo era percibida por los comandantes realistas la figura fantasmal de Simón Bolívar. Era un verdadero estratega, más que un ganador de batallas, era un organizador de ejércitos y de giros políticos continentales. Tenía claro el mapa geoestratégico y entendía que Maracaibo era un centro neurálgico del Caribe, como lo sabían los españoles y lo entienden todavía hoy los estrategas del norte.
En 1940, el profesor y diplomático estadounidense Charles Griffin destacó en un trabajo publicado en Maryland Historical Review cómo la Armada española en 1821 ya estaba reducida a una flota desgastada luego de haber sido "la monarca" de los mares del mundo:
La parálisis del comercio marítimo español, el virtual fin de combates y la certeza de una victoria patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana, y la más estricta neutralidad y antipiratería legal de los Estados Unidos, tendieron a desalentar esta actividad.
La Armada que resguardó a Morales era lo que quedaba para echar el resto de los riesgos a su suerte, ya destinada a ser destruida por los patriotas. Aunque Bolívar se desesperaba por no tener toda la información sobre la situación en el norte caribeño, su conjuro echó por tierra la suerte del último bastión español marítimo en el Caribe suramericano. Así lo escribió a Santander en abril de 1823:
No sé nada de ese maldito Morales (…) Eso me tiene desesperado, porque mi determinación está pendiente de los sucesos del norte (…) siempre Morales nos dará mucho que hacer, porque yo no veo el conjunto que se necesita para una operación tan difícil como la de destruir en el golfo a un enemigo audaz y activo, aunque bruto y cobarde; porque hablando con verdad, si Morales no comete alguna falta, él prolongará la guerra por mucho tiempo…
Bolívar había conjurado a su Majestad con la verdad. No estuvo físicamente en Maracaibo, pero su espíritu sí, como hoy sigue aquí.
Aldemaro Barrios Romero
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