25/07/2023.- Un lugar común entre los políticos de derecha consiste en señalar que el socialismo ha fracasado dondequiera que se ha aplicado, a diferencia del capitalismo, que ha sido unánimemente exitoso.

Esta afirmación, aparte de falsa, es perversa. Muy perversa. Y lo es porque el concepto de éxito aplicado al capitalismo por él mismo es una de las mayores falacias que se han propagado.

El capitalismo no ha erradicado las desigualdades ni la pobreza en el mundo. Por el contrario, las ha exacerbado. No ha hecho dichosas a las personas, dado que para su mejor funcionamiento requiere de la infelicidad de la mayoría y la exclusiva ventura de unos pocos. No ha creado excelentes condiciones de vida, salvo para quienes se lucran con la miseria ajena.

Promueve las guerras y no la paz, porque es la única forma de mantener la economía de los grandes capitales. Esto no es un secreto y cualquier economista, sin importar la ideología que profese, puede confirmarlo.

El capitalismo es fuente permanente de problemas psicológicos, en especial, de angustia, fracaso y soledad, ya que el sostenimiento de la sociedad de consumo genera tantas necesidades artificiales que resulta imposible —incluso para los adinerados— satisfacerlas.

No ha eliminado ningún trastorno ecológico. En cambio, ha generado la mayoría de los que padece el planeta, como la extinción de plantas y animales y el ya indisimulable calentamiento global. No procura el crecimiento personal ni espiritual de las personas, dado que antepone el dinero al amor y estimula las ambiciones económicas, no el deseo de adquirir sabiduría y felicidad.

Promueve el culto a la individualidad y rechaza las soluciones colectivas a los problemas sociales.

Entonces, pregunto: ¿en qué consiste el éxito del capitalismo? ¿En generar la ilusión —no es más que esto— de que cualquiera puede ser rico solo con proponérselo?

Si se hiciera una encuesta a nivel planetario para saber cuántos han creído esta falacia y cuántos en verdad han logrado sus fines, quedaría al desnudo la enormísima mentira oculta tras semejante proposición. Asustaría el descubrimiento de que apenas una o dos personas, entre millones, lo consiguen, y no tanto por sus capacidades, sino, y casi siempre, por su falta de escrúpulos.

Por otra parte, cada país que ha tratado de implantar un gobierno socialista, lo ha hecho rodeado de naciones opuestas a tal forma de afrontar la existencia.

Si usted es la única persona de piel oscura en un vecindario de blancos, sabe a qué me refiero. Igual si profesa determinada fe en una zona donde la dominante es otra o, mediante matrimonio, ha ingresado a una familia con cuyos intereses usted no concuerda.
Una sociedad socialista rodeada de países capitalistas es difícil que salga indemne. Sus vecinos siempre se unirán para hacer que tal experiencia fracase. ¿Por qué? Porque si triunfa, pondrá en evidencia toda la podredumbre económica y moral sobre la cual está levantado el tinglado capitalista.

Armando José Sequera