30/07/2023.- En la Antigüedad, el imperio chino (2727 a. C.) al igual que la India utilizaron la planta cannabis sativa con fines medicinales y/o recreativos. El cultivo de esta planta se extendió probablemente desde Asia Central hacia Occidente, haciendo que el consumo del cáñamo, como sustancia psicoactiva, fuera muy común en algunas sectas islámicas.

Al continente americano llegó de manos de los españoles en la primera mitad del siglo XVII, popularizándose en el mundo occidental hacia los años 70, entre los jóvenes de esa época. Desde ese entonces, su consumo ha ido aumentando en muchos países al igual que su legalización, destacando que su consumo junto con el alcohol es quizás una de las drogas de abuso más popular.

La marihuana o cannabis posee aproximadamente 400 compuestos activos de los cuales 60 son llamados cannabinoides, encontrando la principal sustancia psicoactiva en sus flores y hojas, estas sustancias interaccionan con receptores específicos localizados en el sistema nervioso central, específicamente en los ganglios basales, hipocampo y cerebelo.

Ha sido utilizado para tratar el paludismo, disminuir los efectos colaterales de la quimioterapia, estimula el apetito en pacientes con sida, hepatitis, reduce la espasticidad en esclerosis múltiple y lesiones medulares, es usada en el tratamiento del dolor, parestesias, epilepsia, distonía, temblores y ataxia, también en presión intraocular por glaucoma.

El cannabis se utiliza con fines terapéuticos ya sea fumado, aplicado como cataplasmas o compresas, inhalado, en infusiones, etc. También ya se comercializan medicamentos, que se administran por vía oral a base de compuestos activos de la planta, tales como el dronabinol que contiene THC sintético y la nabilona que contiene CBN sintético. 

Como toda sustancia que es introducida al organismo, además de sus posibles efectos terapéuticos, también presenta efectos adversos, tales como catalepsia, confusión y dificultad de la memorización, disminución de la secreción de hormonas importantes como FSH, LH y prolactina, taquicardia, hipotensión, bronquitis, efectos psicopatológicos como psicosis cannábica, crisis de pánico, fobias, entre otros.

No existen muchas evidencias científicas sobre los efectos terapéuticos de las cannabinoides, bien sea en forma natural o de manera sintética, las evidencias son "experiencias anecdóticas" de pacientes que han utilizado los productos de la planta, o de efectos accidentales. El uso del mismo se indica para pacientes en donde la terapia convencional no ha dado resultados satisfactorios.

Ydalmis Bravo