Historia viva | Esequibo, nuevo frente de agresiones de Acnur

02/08/2023.- De nuevo se triangula ACNURC, SOS Guayana y el Centro Gumilla para atenazar de denuncias infundadas la opinión pública mundial, a objeto de solicitar recursos a la ONU y otros benefactores del norte para hostilizar a Venezuela en el ámbito mundial.

Es una historia vieja que tiene antecedentes en la infiltración de agentes de espionaje para generar desestabilización, teniendo como mampara a algunos poblados indígenas del sur.

Durante muchos años, el gobierno de Estados Unidos observó con "neutralidad capciosa" el asunto limítrofe entre Guyana y Venezuela, al tacto de la situación política interna, cuando a principios de los setenta un gobierno de corte socialista en Guyana, bajo el liderazgo progresista de Cheddi Jagan, "amenazaba" al norte que

... obliga a los Estados Unidos a no arriesgar su fuerte inversión en Venezuela al acudir activamente a la asistencia de Guyana. La preocupación por sus credenciales en el Tercer Mundo ha llevado al GOG (Guyana) en ocasiones a apoyar posturas muy críticas con los Estados Unidos. Ha establecido relaciones diplomáticas y comerciales con la RPC (China), de quien ha aceptado un programa sustancial de ayuda. Ha reconocido la Cuba de Castro y se está desarrollando. Comercia con él y lo más probable es que pronto establezca vínculos similares con Alemania Oriental.

Aquello era inaceptable para EE. UU.

En los setenta, los acuerdos en el orden diplomático se ajustaron cuando Venezuela cruzaba unas elecciones que ganó Carlos Andrés Pérez, quien retomó el asunto con Guyana y su propuesta de financiar la construcción de una represa hidroeléctrica gigantesca en la zona del Alto Mazaruni; el Banco Mundial le prestaría los recursos a Venezuela, pero Guyana tendría que buscar los suyos aparte. El proyecto hidroeléctrico se quedó en papeles, porque el Banco Mundial retiró su apoyo y aunque los gobiernos de Guyana han continuado con la idea en secreto, ha habido durante estos años una fuerte resistencia indígena para la construcción del mismo, toda vez que acabaría con poblados que habitan esa región alta del río Mazaruni en el centro selvático de la zona en reclamación.

En términos de la reclamación territorial, pareciera que todo ha estado a favor de Guyana: su consecuente plan de colonización iniciado con fuerza desde 1966 a contrapelo del Acuerdo de Ginebra; las políticas exteriores de Venezuela de Caldera I (1969) a Caldera II (1998) fueron nulas; al final del tiempo puntofijista se habló de una negociación para la cooperación ecológica y sostenimiento del medio ambiente y se planearon iniciativas empresariales turísticas, comerciales, agrícolas y petroleras, que el gobierno de Guayana anotaba como "buenas ideas", pero luego las proyectaba y realizaba unilateralmente, ¿y el Acuerdo de Ginebra? Bien, gracias. De nada.

Luego, en tiempos de Chávez, ante las constantes amenazas del gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela, la estrategia bolivariana perfiló una táctica de no confrontación para no entrar en el juego de "amenaza inusual" y retomar el Acuerdo de Ginebra otra vez. Mientras tanto, el gobierno de Guyana sigue sus negocios con la ExxonMobil en el mar territorial venezolano, hasta hoy, cuando suenan las alarmas de nuevo y otra vez vamos al combate diplomático.

La verdad es que el estado de Guyana colonizó y se posicionó del territorio Esequibo y se ha concretado en el imaginario de sus habitantes un sentido nacional guyanés; hasta su himno se refiere a la zona del Roraima. Aquellos ganaderos de Rupununi, vencidos por la inasistencia del gobierno de Guyana, que pidieron apoyo a Venezuela en 1969 para anexarse, desaparecieron. Quedan los pueblos indígenas de Pomerón, Moruca, Mazaruni, Camarang y muchos otros del vasto Cuyuní hasta bien al norte con el océano Atlántico, quienes continúan desasistidos.

Ahora observamos una nueva arremetida con las mismas tácticas descalificadoras. Es lógico que se repitan episodios de supuestas violaciones a los derechos humanos, la afectación ecológica de las montañas vírgenes en el entorno de los tepuyes ancestrales, en fin, toda una catajarra de denuncias que se enmarcan en los proyectos que diseña y actualiza el gobierno de Estados Unidos para hostilizar a Venezuela.

La diplomacia de paz, con el control territorial y la neutralización de agentes extraños de poco crédito moral como Acnur que se han instalado en el territorio guayanés para promover el descrédito del Estado venezolano entre los habitantes, especialmente contra la FANB como primer blanco de sus ataques, debe tener una respuesta del pueblo de Bolívar.

 

Aldemaro Barrios Romero

venezuelared@gmail.com


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