Horizonte de sucesos | Realidad y cultura II

La cultura es la inseparabilidad del todo

Siguiendo un poco la idea anterior, aquella donde cultura era una suerte de corretaje por donde transita todo lo que se dice, lo que se piensa, pero además la forma en la que se dice y se piensa todo, se puede decir que la cultura es la inseparabilidad del todo, que recoge el pensamiento completo de la sociedad en tanto que no hay conflicto en la manera redonda de ver el mundo. 

Y si decimos lo de ver el mundo de esa forma, es porque en la redondez no hay lados ni caras, hay unidad y, por tanto, una sola cosa. No hay mejor manera de representar una unidad que un círculo y eso lo saben los niños cuando empiezan a dibujar a las personas o a ellos mismos. Vicente Gerbasi también lo sabía cuando dijo que los búhos miraban con ojos de planeta. 

Y es que cuando empezamos a ver el mundo de esa forma, no perdemos el tiempo buscando una cara de la realidad, un extremo para contrastarlo con otro, sino que lo vemos sin aristas y nos integramos de forma armoniosa a él, como si no hubiera una diferencia entre aquello y nosotros. 

La cultura en tanto que es una entidad que nos engloba a todos y tiene demasiados componentes como para que podamos asirlos, no es algo que podamos registrar del todo. Sí vive y se cabalga, pero no puede enfrascarse por el simple hecho de que es un elemento vivo cuya dinámica es el constante hacerse y deshacerse. Es como cuando no vamos a una fiesta y uno de los presentes trata de contarnos los detalles, las conversaciones y demás pormenores del evento. Jamás podríamos tener una mirada panorámica de lo que pasó. 

Recientemente en una conversación entre amigos se hablaba de que era imposible registrar un momento de esos que no se planifican, pero que parecen condensar la realidad entera, y eso es porque casi todo está hecho de emociones. Por más recursos retóricos que se tengan, no se pueden plasmar en un relato. 

Si grabamos una parranda, tal vez lo que escuchemos luego sea ruido puro, y es precisamente porque la parranda tiene sonidos que van más allá de la música. También tiene el sonido del ambiente, varias conversaciones, risas, el golpeteo del baile y hasta las masticaciones. Si le quitamos todos esos sonidos exteriores, es posible que tengamos mejor sonido, pero deja de ser una parranda. 

 

 

 

 


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