Palabra rota I El sexo de los ángeles

Religión, patriarcado y  sexodiversidad divina

08/08/2023.- En el Imperio bizantino, cuando los turcos invadieron Constantinopla, los cristianos ortodoxos que habitaban la ciudad no se dieron por enterados de la entrada a sangre y fuego del enemigo. Estaban ocupados tratando de discernir cuál podía ser el sexo de los ángeles. El asunto era de gran trascendencia, puesto que en varias partes de la Biblia parecen sugerir que en tiempos remotos algunos ángeles se habían entretenido con humanas, en descarada ofensa, por cierto, a Adán y sus descendientes. Además, dado que conocían las distintas clases de ángeles como si las hubiesen visto en vivo y en directo, era esencial saber si se habían cruzado entre ellos, lo que habría dado como inaceptable resultado el nacimiento de ángeles mestizos; en el caso, se entiende, de que hubiese ángeles y ángelas.

De esa y de otras papas calientes con las que se entretenían los de Bizancio viene la frase “discusión bizantina”, para aludir a una diatriba absurda. 

Hasta ayer creíamos que discusiones de ese tipo habían quedado definitivamente en el pasado. Pues no, ahora resulta que el mismísimo arzobispo de York, en Inglaterra, pone en cuestión nada más y nada menos que el sexo de Dios. En tiempos de sexodiversidad y de lenguaje inclusivo le parece al arzobispo que el inicio del Padrenuestro puede ser conflictivo. No le falta razón y él lo sabe bien: la cosa suena muy patriarcal, pero además, si Dios es un espíritu puro cómo es eso de que es varón y por lo tanto padre? 

También dice el arzobispo que recordarle el padre a quien no les fue muy bien con un abusivo progenitor terrenal es, cuando menos, poco piadoso. Y otro tanto sucedería con quienes desde su infancia han tenido que soportar el peso de una sociedad patriarcal.

En ese contexto, uno podría pensar que el señor arzobispo se equivocó de profesión. Al fin y al cabo, es imposible que exista hoy en día una institución que sea, y haya sido desde sus inicios, tan esencialmente patriarcal como las iglesias cristianas, de una de las cuales él es miembro destacado. Recuérdese que la Iglesia anglicana no hizo otra cosa que sustituir al papa de Roma por el arzobispo de Canterbury.


Siendo el Imperio romano una organización estrictamente patriarcal, la Iglesia , en sus inicio, tuvo buen cuidado en copiar el modelo de gobierno del imperio. El emperador pasó a llamarse papa; el senado, cardenales; y así con todo lo demás. Solo que el Kmperio romano tuvo la delicadeza de dividirse y luego desaparecer hace ya mucho tiempo, en tanto que la Iglesía, romana o inglesa, sigue aquí después de veinte siglos, dando tumbos, pero aún coleando.

Así que el camino que le espera al arzobispo de York, si quiere cambiarle el sexo a Dios, es arduo y cuesta arriba. Aunque es de suponer que no le faltará ayuda en el intento, dada la proliferación de individuos de la sexodiversidad en tan santa institución.
 

Cósimo Mandrillo 


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