Al derecho y al revés | Cruz Roja enchiquerada
09/08/2023.- ¡Albricias! Después de cinco años de haber participado el presidente de la Cruz Roja de Venezuela, don Mario Villarroel, en aquel concierto de mala leche, en la frontera con nuestro país, del que nunca sus responsables rindieron cuentas por los millones recibidos, antier se le acusa por "desconocer al presidente Nicolás Maduro" y sobre esa base y otras linduras el TSJ lo destituye después de décadas haciendo lo que le daba la gana en la vieja institución.
Las malas prácticas de la Cruz Roja Venezolana eran conocidas desde hace mucho tiempo, y lo extraño es que nunca se develaron ni por los opositores, que dicen querer "un país mejor", ni por afectos al Psuv, que posiblemente se enteraron de que Mario Villarroel era la correa trasmisora de dinero fluido desde el norte —a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés)—, por donde se manipulaba a los partidos opositores con el viejo truco del látigo o la zanahoria.
Bien, ¿pero cuáles fueron las pillerías de Villarroel al frente, por décadas, de la Cruz Roja en mi país?
Lo básico ha debido exponerlo, en su programa La hojilla, el diputado Mario Silva, pero la exposición desorganizada y que coloca la acusación en hombros de una institución que el propio Mario, siempre que puede, desprestigia —la Usaid— deja a la gente confusa.
En primer lugar, lo que se debería preguntar cualquier acusador es: ¿por qué, si la Cruz Roja Venezolana durante el reinado de Villarroel pasó de recibir un presupuesto más bien escuálido a "administrar" decenas de millones de dólares, sus instalaciones son casi las mismas de hace ochenta años, cuando en verdad era importante? ¿En qué se usó ese dinero?
Una investigación somera, en vez de encaramarse sobre los hombros del equipo contralor de la Usaid —que prácticamente acusa a Juan Guaidó de ladrón—, ha podido comprobar que la Cruz Roja de Venezuela entregó decenas de autos de lujo a quienes cobran por llevar gente a las reuniones opositoras, acción que nada tiene que ver con la salud de los venezolanos.
Pero hay más...
Mario Silva, amparado en su fuero de parlamentario debe —¡ojo, debe!— investigar a quiénes les entregó Mario Villarroel pasaportes diplomáticos como miembros de la Cruz Roja, sin serlo...
Gente de seguro envidiosa, pero cuya opinión no están lejana de la verdad, dice que esos pasaportes que permiten a venezolanos viajar a cualquier parte del mundo —sin visa— se vendían a varias decenas de miles de dólares.
Sobre los carros de lujo, les recuerdo a los que van a investigar que no los busquen por sus bellos logos rojos pintados sobre las puertas. Hace tiempo que los beneficiarios de esos regalos los despintaron para poder ir a la playa o a la discoteca sin llamar la atención.
Ahora la Cruz Roja Venezolana está intervenida y reestructurándose. Para acompañar el proceso han llegado al país dos personeros enviados por la cúpula internacional del organismo, a la que pertenece, por cierto, Mario Villarroel.
Sería bueno que esos viajeros estuviesen al tanto de las graves acusaciones de maltrato y bajos salarios que ganan los empleados, incluidos médicos y enfermeras, a las que se les impedía ejercer el derecho a la protesta con violencia, de parte del personal de seguridad dotado de carnets, como si de policías se tratase.
Que se enteren de la inexperiencia del expresidente de Fedecámaras, al que han colocado al frente de la reestructuración... personaje que saltó la talanquera y pasó, sin avisar, de ser operador de la oposición que luego fue interina a acompañante del proceso.
Cada quien hace con su camisa un sayo si así lo desea, pero a mí me parece que en el gobierno, la FAN o el partido hay mejores candidatos.
Salvo que quieran alimentar a los traidores del futuro.
Domingo Alberto Rangel