Organopónico Carlos Lanz volvió a poner Manos a la Siembra

Cual árbol que retoña, reverdeció gracias a la voluntad de sus trabajadores

Además de las Mesas Orgánicas, los cauchos usados de carro también son propicios para la Siembra Urbana.


11/08/23.- Estamos arribando al 14° aniversario de existencia, y para compartir el júbilo con nuestros lectores, como parte de nuestra celebración, queremos dar a conocer algunas actividades que tienen lugar en las distintas áreas que conforman la Fundación Para la Comunicación Popular CCS (FPCPCCS), las cuales no están a la vista de quien nos lee, verbigracia, el Organopónico Carlos Lanz (OCL).

Ubicado en el último piso del edificio Gradillas, sede de la Fundación, este espacio se dedica al cultivo ecológico urbano, empleando técnicas de agricultura orgánica, las cuales no necesitan de agroquímicos ni de procedimientos que conlleven al deterioro del ambiente, y más aún, esta locación además de proporcionar acceso a oportunidades de trabajo de los que allí laboran, también suministra algunos de los ingredientes que son utilizados para la elaboración de los platillos alimenticios que degustan obreros, personal administrativo, periodistas, fotógrafos, personal de seguridad, en fin, todos los trabajadores de la Fundación a la hora del almuerzo.

Vale acotar, que este sistema de cultivo, el cual tiene su origen en Cuba, y surgió como una respuesta a la falta de garantías en el suministro de alimentos tras el colapso de la Unión Soviética, llegó a Venezuela gracias al convenio con la mayor de las Antillas, a fin de garantizar la soberanía alimentaria del pueblo venezolano.

El Carlos Lanz, está a cargo de la señora Petronila Isabel Millán Abad, quien nos cuenta que motivado a la pandemia,  el proyecto que originalmente estuvo en el piso 3 se vio afectado por la orden presidencial de cuarentena nacional, la cual exhortó a todos a permanecer en sus hogares para evitar el contagio, obligando a quienes allí trabajaban a abandonar el espacio, por lo cual poco a poco se fue deteriorando. Sin embargo, pasada la emergencia, decidieron retoñar, cual árbol que no se da por vencido. Desempolvaron su principal herramienta: querer es poder, sembraron otra vez las semillas de no nos demos por vencidos, las regaron con gotas de esfuerzo, y lograron que el proyecto volviera a dar frutos, literalmente.

Además de las especies alimenticias el OCL también cultiva plantas ornamentales y medicinales.


 “Nuestro organopónico lleva el nombre de Carlos Lanz por ser éste uno de los propulsores del programa Todas las Manos a la Siembra en todo el sistema educativo venezolano, y junto al apoyo de la FPCPCCS estamos de nuevo produciendo y contribuyendo con la soberanía alimentaria”, explicó Petra.

Es importante señalar, que a partir de Todas las Manos a la Siembra, se empiezan a dar en el país experiencias en educación escolar, de escuelas en las cuales estudiantes, personal docente, administrativo y obrero, comunidades y familias se incorporan a la siembra como parte del currículum y práctica permanente en sus instituciones educativas.

—¿Cuántas personas laboran en el OCL?

—Aunque fuimos 15 en un principio, los que aún continuamos somos ocho personas: 5 hombres y 3 mujeres. Yo funjo como coordinadora del grupo y tenemos una persona asignada por la FPCPCCS, quien nos da instrucciones, nos informa y nos guía.

—¿Cómo obtienen las semillas?

—Nos las suministra el Ministerio de Agricultura Urbana (MINPPAU) a través de la Fundación de Capacitación e Innovación para apoyar la Revolución Agraria (Ciara).

Vale acotar, que La Fundación Ciara, es un ente adscrito al MINPPAU, la cual potencia la participación de las comunidades rurales, urbanas y periurbanas del país, a través de un proceso de formación socioproductivo, en pro del incremento de la producción de alimentos con presencia en todo el territorio nacional.

 

—¿El personal que labora con usted ha sido formado, o tiene una preparación autodidacta, empírica?

—Hemos recibido formación por parte del mismo ente que nos suministra la semilla para ser sembradas en mesas orgánicas y cauchos (neumáticos); viene un técnico puntualmente todos los miércoles, pero también hemos tenido la oportunidad de estar en los talleres que dicta el MINPPAU en su sede. Además, estamos en contacto con un profesor del Instituto Nacional de Cooperación Educativa Socialista (Inces) quien nos da información muy importante para nosotros.

—¿Qué cultivos podemos encontrar en las mesas organopónicas del OCL?

—En este momento tenemos pimentón, tomate, cebollín, cilantro; también tenemos otras plantas como albahaca, ajo chino, oreganito; también sembramos melón, auyama, y nos ha resultado muy positivo todo lo que se conoce como la Siembra de Ciclos Cortos. En cuanto a la duración, el proceso tiene sus particularidades; hay rubros que duran 3 meses y hay otros que duran 30, 40 y hasta 60 días.

—Una vez que se tiene la cosecha ¿cuál es su destino?

—Para consumo interno y externo también. Por ejemplo: el cebollín, el ají y el cilantro van para el comedor. Pero también sembramos plantas medicinales; esas, además de ponerlas a disposición de los trabajadores de la institución las exponemos a la venta para la calle, ya que aunque recibimos financiamiento por parte de la Fundación, tratamos de que este proyecto sea autosustentable.

—Como practicantes del Cultivo Ecológico, no usan fertilizantes químicos. ¿Con qué lo sustituyen?

—Hacemos nuestro propio abono, conocido como Compost*. Vamos al hipódromo y pedimos la cáscara del arroz, con que alimentan a los caballos. La limpiamos y elaboramos nuestro propio fertilizante de manera natural, sin dañar el ambiente. Igualmente, nuestros repelentes para la plaga son naturales.

El abono usado como nutriente es preparado en los propios espacios del organopónico.

 

*Es preciso indicar, que el Compost al que se refiere la entrevistada, es una alternativa para fertilizar todo tipo de cultivos; y que puede ser de origen animal (estiércol), o de origen vegetal, el cual se obtiene de la materia orgánica de los deshechos vegetales del consumo diario doméstico –como el que explica Petra-.

La entrevista con la coordinadora del Organopónico llega a su fin, dándonos un consejo para espantar los zancudos y mosquitos que abundan en la sala de redacción y que tanto mortifican a los periodistas: “materos con plantas de romero y albahaca; santo remedio”, dijo.

El Organopónico Carlos Lanz es un ejemplo que vale resaltar; luego de haberse marchitado, logró reverdecer, por una parte con el apoyo del Gobierno Bolivariano, pero sobre todo con el empeño de cada uno de sus empleados, y con el riego de fe y amor al trabajo de la señora Petra, definitivamente un modelo a seguir.

 FIDEL ANTILLANO / FOTOGRAFÍAS: JAVIER CAMPOS / CIUDAD CCS


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