Retina | La trapecista y el policía

01/08/2023.- Al ser preguntado sobre las dificultades y los trabajos que debía enfrentar para escribir sus libros, Andrea Camilleri respondía que amaba la imagen de la trapecista de circo. Decía que la vemos allá arriba, hermosa, sonriente, transmitiendo dulzura a todo el público. Explicaba que ella realiza un triple salto mortal, y lo que resalta es su sonrisa y su belleza, sin que seamos capaces de imaginar el duro entrenamiento que debe llevar a cabo para alcanzar la maestría en su arte. Aseguraba que hubiera abandonado la escritura de haberse convertido en trabajo.

Nacido en Porto Empedocle, Sicilia, el 6 de septiembre de 1925, murió en Roma, el 17 de julio de 2019. Camilleri fue un dramaturgo, poeta, guionista, director de cine y un destacado, exitoso y prolífico cuentista y novelista. En la década de los cuarenta se inscribió en el Partido Comunista Italiano y mantuvo sus posiciones de izquierda durante toda la vida.

El éxito como escritor le llegó a los 57 años, en 1992, pero se hizo mucho más contundente en 1994, a partir de la publicación de La forma del agua (La forma dell'acqua), la primera novela de la serie de Montalbano, que comprende 38 libros publicados.

Si bien el apellido Montalbano es un evidente homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, es absolutamente siciliano el universo de las historias que comprenden esta serie. La vida del personaje de Camilleri transcurre en el pueblo imaginario de Vigàta, pegado al mar y a la montaña.

Salvo Montalbano es jefe de la comisaría de este pequeño pueblo. Evade por todos los medios cualquier posibilidad de ascenso porque no quiere una vida distinta a la que tiene en su localidad, a pesar de haber alcanzado fama por su dedicación a resolver casos que parecían irresolubles y otros que aparentaban estar resueltos desde el inicio, pero que resultaron ser complejos crímenes perpetrados por factores de poder económico, político o mafioso.

Montalbano no es un policía que respete con religiosidad las normas y los procedimientos de la institución en la que trabaja, y, sin alardes ni teorías, Camilleri lo dota de una profunda sensibilidad social y popular, de la que hace uso en todas sus actuaciones. Es también un enamorado impenitente de la gastronomía siciliana y en cada una de sus historias nos deja ver su pasión por al menos un plato de su tradición marcada por delicias marinas.

La serie de novelas de Montalbano convirtió a Camilleri en uno de los escritores de mayor éxito de Italia. El personaje alcanzó el rango de héroe nacional y protagonizó una serie de televisión, supervisada por el propio Camilleri, que fue un éxito en toda Europa y que se puede disfrutar en internet.

Me resulta curioso que otro gran escritor italiano, Italo Calvino, defendió que "la levedad" debería ser uno de los rasgos a preservar en la literatura del siglo XXI. La imagen de la trapecista invocada por Camilleri se corresponde plenamente con la preocupación y la propuesta formulada por Calvino. Esa levedad, ese vuelo de la trapecista que nos deja ver su belleza y su sonrisa, es el gran regalo que ha dejado a la humanidad este comunista de siempre, este siciliano enamorado de Sicilia.

 

Freddy Fernández


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