Al derecho y al revés | Ecuador y Argentina

16/08/2023.- Tal como era esperado por quienes hacen sus análisis a partir de la verdad y así escriben, en Argentina y Ecuador se llevaron a cabo unas elecciones como un prólogo que, sin duda, gravitará en los resultados finales. Para estos analistas, los resultados caen dentro de "lo esperado".

No obstante, los miembros de la jauría mediática, verdaderas hienas con acreditación de periodistas, enseguida calificaron los resultados como "sorpresas", unas a favor de sus candidatos, otras en contra.

A favor y con alborozo —debido a la ignorancia más bien—, se recibió el triunfo de Milei con la supuesta sorpresa —que no era tal— y fue bien recibida porque, en estas elecciones, el peronismo —que lleva más de setenta años gravitando en la política de aquel país— salió mal parado.

Con tan malos resultados económicos y la violencia desatada, el oficialismo, con sus dos caras —porque hay peronismo de derecha y de izquierda—, más bien salió derrotado. Pero, ojo, el gobierno no está acabado.

Y tal como lo anuncié en mis columnas de la semana pasada, el crimen de la niña Morena gravitó en los resultados, ayudando a Javier Milei, quien ha venido denunciando a todos los políticos como ladrones ineficientes hasta convertirse en el único candidato que podía recoger la indignación de una muerte que en varios aspectos luce como planificada.

Entre otros, señalo como parte de esos "aspectos" el que la niña fue arrastrada con saña para robar una mochila donde a lo sumo habría un celular viejo y que el video donde aparecen los delincuentes atracando a Morena Domínguez se hizo viral en segundos. Todo parece una operación más bien del crimen organizado que de unos gamberros en moto.

Ahora Milei, que abrazado a la antipolítica ha rechazado dialogar o recibir apoyo de ningún grupo político, salvo de los liberales austríacos o libertarios, tiene el mayor chance de ganar la presidencia.

Pero, ojo, que Argentina está separada en tres trozos, de los cuales el de Milei es el mayor, pero por poco, aunque es el candidato que tiene más chance de reunir votos entre los abstencionistas, los que anularon sus tarjetas y los que ni siquiera fueron a votar. Así, los otros pueden jugar a las alianzas para dejar fuera a Milei, a quien en realidad no lo quiere la oligarquía porteña, los militares ni los partidos.

Veremos.

En Ecuador, la "sorpresa" de los medios no fue por el resultado, sino porque los fablistanes esperaban que el correísmo se desmoronara tras el asesinato de Fernando Villavicencio, cosa que no ocurrió a pesar de que Rafael Correa apareció en un video jaquetoneando una venganza que se suponía sería contra Villavicencio.

En Ecuador prevalecieron, más que la corrupción asociada al gobierno de Correa, sus obras de cuando por un decenio fue Presidente.

La obra de Rafael Correa realmente modernizó Ecuador, transformando caminos en autopistas y adaptando los aeropuertos de ese país al siglo que se suponía de la globalización.

Dejó intacta Correa la dolarización, que se suponía iba a revertir, al enterarse de que en Ecuador es más popular el dólar que la revolución.

Nada nuevo. En Venezuela sucedió algo similar cuando los electores caraqueños hicieron a Marcos Pérez Jiménez su senador, olvidando su dictadura y desmanes, pero recordando a diario las autopistas y edificaciones que levantó el dictador.

A veces como que el electorado recuerda más las grandes obras que las escalinatas en los barrios, los liceos y servicios, a contrapelo de lo que creía el presidente Betancourt.

 

Domingo Alberto Rangel


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