Ahora los pueblos | Comuna decolonial II

La expansión de la modernidad no solo ha colonizado el saber, sino también nuestra espiritualidad.1

Ramón Grosfoguel

 

25/08/2023.- Los días 14, 15 y 16 de agosto se desarrolló, en la ciudad de Barcelona, la Segunda Escuela Decolonial "Comuna o nada", región oriente. En ella participaron comuneros y comuneras de 33 experiencias concretas de organización popular, procedentes de los estados Anzoátegui, Nueva Esparta, Sucre, Monagas, Bolívar y Delta Amacuro. La Escuela se desarrolló a través de clases magistrales de los referentes internacionales del pensamiento decolonial Ramón Grosfoguel y Katya Colmenares. En esta oportunidad contamos con ponentes nacionales como José Romero Losacco y Judith Valencia, con quienes tuve el honor de compartir esta responsabilidad. Se contó con la participación de más de trescientos asistentes, de forma presencial y virtual.

El sociólogo Ramón Grosfoguel señaló que la colonización impuesta desde la expansión europea de 1492 también nos impuso la colonialidad del saber, porque esta civilización nos gravó sus formas de producir conocimientos, su epistemología. En revolución tenemos que descolonizar las escuelas, porque adoctrinan a nuestros hijos e hijas con las narrativas de los colonizadores e imperialistas. No lograremos un cambio en la conciencia de las nuevas generaciones si los libros de texto repiten sus concepciones racistas, clasistas, machistas. Es decir, nuestro sistema educativo reproduce todo el paquete de relaciones de dominación; la cristiandad coloniza nuestra espiritualidad, colocando nuestros conocimientos ancestrales científicos, tecnológicos, astronómicos y culturales en un plano de inferioridad. Crearon un sistema económico capitalista mundial e impusieron una visión eurocentrista al mundo con sus jerarquías económicas, espirituales, epistemológicas, raciales y patriarcales. Se trató de una expansión civilizatoria que aún sigue presente.

Katya Colmenares, filósofa mexicana, reflexionó sobre cómo la Revolución Bolivariana representa una inspiración para el mundo, en su lucha por la humanidad. Las comuneras y los comuneros de Venezuela están dando un ejemplo de hacia dónde debemos impulsar el porvenir en el mundo. Puntualizó que el maestro Enrique Dussel propone una división distinta de la historia desde la Antigüedad, la Edad Media y la modernidad. En la Antigüedad se estudian todas las civilizaciones que fueron destruidas por Europa, a las que se les consideran atrasadas, y se pretende analizar al mundo como si la Edad Media hubiese ocurrido en todas partes y no solo en Europa. El conocimiento que tenemos del mundo ha sido realmente tergiversado; hasta los mapas que estudiamos no guardan proporción con los tamaños reales de las regiones para hacernos creer que somos menos. Lo hacen para que no nos reconozcamos, para que nos sintamos inferiores y eso debemos irlo cuestionando y problematizarlo hasta entender que debemos rehacer las currículas de nuestra educación. Cuando hagamos esas nuevas currículas debemos pensar en que necesitamos enseñarles para producir revolucionarios y revolucionarias, seres humanos que se conduelan del sufrimiento ajeno, que no puedan soportar la injusticia en el mundo y la destrucción de nuestra naturaleza. Ese debe ser el objetivo de la educación. Necesitamos formar seres humanos que no piensen en servirse, sino en servir a la humanidad. Ese es el cambio que necesitamos.

El antropólogo venezolano José Romero Losacco puntualizó sobre lo que significa pensar la descolonización desde la Venezuela del siglo XXI. La historia que nos contaron de Venezuela no nos permitía comprender la dimensión colonial del sistema político que se instauró a partir del siglo XX. En la escuela nos enseñan que la independencia formalmente concluye en 1830, haciéndola coincidir con la muerte del proyecto bolivariano por la separación de Colombia y Venezuela, así como la desaparición física del Libertador. Los conflictos del siglo XIX fueron la continuación de los conflictos entre la élite venezolana, que se debatía entre quienes se beneficiaban con el monopolio comercial con España y quienes defendían el contrabando con Inglaterra. El periodo gomecista fragua la modernidad en Venezuela, las bases y lógicas del sistema político que se instauró y que seguimos reproduciendo. En la visión dualista de la modernidad, en Venezuela se consideraba la separación entre el cuerpo social de la nación y el cuerpo natural. La idea se sostiene en la premisa de que el desarrollo del cuerpo social estaba en la explotación del cuerpo natural, en un sistema de reproducción del capital como forma de dominación, la extracción y la destrucción de la naturaleza. Los británicos y estadounidenses se plantearon la explotación petrolera en Venezuela con una fórmula que evitara la reedición de la Revolución mexicana, logrando así casar el futuro de la empresa petrolera con el futuro del Estado y el futuro de la nación. La mal llamada nacionalización fue parte de un proyecto global que conllevó la separación de las trasnacionales de los procesos más costosos en la industria petrolera.

La maestra Judith Valencia proclamó la conjunción temporal Chávez-Fidel como una conjunción mágica, porque nos permite ordenar la relación total del tiempo: "Ellos juntos a sus pueblos fueron tejiendo lo inédito". Chávez nos envalentonó para servirnos por nosotros mismos, forjándonos en el horno de las misiones, inventando condiciones, pues estaba convencido de que "solo el pueblo salva al pueblo". Por eso se empeñó en darle poder al pueblo y convirtió ese reguero de gente iracunda del 27 de febrero de 1989 y del 13 de abril de 2002 en el pueblo que transformó la correlación de fuerzas en la sociedad venezolana y así asumimos la ruta de la lucha soberana. En el 2006 votamos por el socialismo del siglo XXI. Chávez sintetizó en el socialismo bolivariano a Jesús, Guaicaipuro, Bolívar, Marx, Zamora, el Che y a Fidel. Todos juntos y a la vez. La palabra socialismo es el resultado de la labor de hombres y mujeres, quienes juntamos capacidades e invenciones en el trabajo. Es labor de lo común al producir reproduciendo la vida, el cuerpo social de la naturaleza en libertad. Cuando hablamos de lo común no pensamos en lo público, lo común es algo que no es ni público ni privado. No se reduce a lo propio del gobierno del Estado ni a la prestación del servicio público. No. Lo común es de todos y todas, es una vida en común.

Además, en las jornadas de reflexión colectiva, los participantes analizaron estas clases decoloniales desde sus experiencias sobre la práctica concreta de la gestión comunal y la organización popular, que estuvieron centradas en la comuna como una alternativa a la crisis civilizatoria del planeta y una necesidad ante la crisis geopolítica mundial. Esto coloca a Venezuela y Latinoamérica frente al monroísmo imperialista. Concluyendo con el tema: la comuna como una esperanza real de futuro que representa un modo de vida en igualdad y justicia.

 

Anabel Díaz Aché

 

Fuente consultada:

1ComunasVE. (2023, 14 de agosto). Escuela Decolonial "Comuna o nada", capítulo Oriente, primera jornada. (Intervención de Ramón Grosfoguel Katya Colmenares y José Romero Losacco). [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=GjynsogiD58


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