Punto y seguimos | En un día malo, te sale tetracampeona

Cuando se le ladea la corona, es más reina que nunca

29/08/2023.- Nos acostumbró a ganar "sobrados", a largos centímetros de ventaja, a podios tan asegurados que, como relatan en el diario español Marca, ninguna casa de apuestas da un centavo en su contra. Nos acostumbró a ganar a lo grande, sin el sufrimiento que experimentamos en tantas disciplinas deportivas en las que, además del sufrimiento, solemos salir sin premio alguno. Venezuela conoció la real gloria deportiva gracias a Yulimar Rojas, y vaya que nos gustó. Por fin, una atleta nuestra en el selecto listado de los GOAT (greatest of all time, "mejor de todos los tiempos") del deporte mundial. Nada de camisetas de otros lares ni otras banderas y, sobre todo, nada de dudas. La GOAT del salto triple, por algún signo providencial, nació adentro de este mapa.

Yulimar, claramente bendecida por la naturaleza con un cuerpo que parece diseñado para saltar, ha sumado una gran dedicación a su talento innato y he allí la combinación ganadora. Se puede ser bueno con menos talento y muchísima dedicación y también se puede ser un prodigio, pero uno sin esfuerzo no llega a GOAT. Ella juntó ambas y esa rareza es la que le ha permitido al mundo del atletismo disfrutar de una nueva estrella, que vuela, rompe récords y encima —como declarara la vicepresidenta de la Federación Internacional de Atletismo, Ximena Restrepo— es simpática y querida por el público, un público que, por cierto, hace rato que rebasó nuestras fronteras.

Hablar de sus capacidades es quizá decir lo obvio o incluso lo trillado, pero en una época en la que cualquiera dice lo que sea en cualquier plataforma de difusión, ser honestos y responsables hasta en la alabanza es necesario. La reina del salto triple, recién coronada tetracampeona del mundo (consecutivamente), ganó la final de su especialidad en la ciudad de Budapest sufriendo. Nadie lo esperaba, ni siquiera ella misma. Tuvo una final con dificultades, ubicada en el octavo puesto, donde, en 5 intentos de 6, tuvo 3 saltos nulos y 2 más por debajo de los 15 metros. A la hora del último salto posible, y con sus competidoras saltando en su mejor día, con la ucraniana Maryna Bej-Romanchuk liderando con 15, Yuli saltó no solo por la reválida del título, sino por el podio. Resultado: 15.08 y un medio respiro. De nuevo a su acostumbrado primer lugar, pero aún tuvo que esperar los saltos finales del resto de participantes para saber si la alcanzaban. Y lo hicieron.

El rostro desencajado postsalto y las lágrimas de alivio y alegría posespera, lejos de decepcionar, nos hicieron quererla más. Tuvo un día flojo, sí. Admitió que pasó la temporada de entrenamiento invernal de vacaciones en Venezuela, que no le gustaron sus marcas, pero también, ubicada y humilde como es, agradeció el tropiezo y la angustia. Un tropiezo como ese le habría costado el campeonato a cualquier otra, pero no a ella. Fue un llamado de atención en una profesión en la que el afloje se paga caro. Nadie tuvo que recordárselo cínicamente detrás de una pantalla, pues ella lo sabe y lo suelta con total naturalidad. Y por eso también la amamos. Es la más diosa de las humanas, tanto que, en su peor día, se convirtió en la primera atleta de la historia en conseguir cuatro campeonatos mundiales de la especialidad seguidos. Y además, es nuestra.

 

Mariel Carrillo García


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