Parroquia adentro | El Teatro Caracas. Parte I

El impacto fue tal que el propio general Juan Vicente Gómez premió a Bolívar con una beca

31/08/2023.- La noche del 22 de octubre de 1854, entre las esquinas de Veroes e Ibarras de la hoy avenida Urdaneta, con la presentación de la ópera Ernani, del gran compositor italiano Giuseppe Verdi, se inauguró uno de los teatros más reconocidos y modernos de la ciudad caraqueña. Nos referimos al Teatro Caracas, también llamado por algunos Coliseo de Veroes. La obra del arquitecto Hugh Wilson contaba con una altura de 6,7 metros por 25,29 metros de frente, lo cual convirtió a esta sala en la más grande de su época.

El teatro fue patrocinado por un grupo de empresarios, entre los cuales estaban don Fortunato Corvaia y don Martín Tovar Galindo, quienes desembolsaron la suma de 80.000 pesos para la construcción de la edificación.

A las siete de la noche, el teatro abrió sus puertas y la multitud ocupó la totalidad de las 1500 butacas. Entre sus asistentes se encontraba sentado el mismísimo general José Tadeo Monagas, presidente de la República para aquel entonces. En los balcones y patio se podía ver a los caballeros en elegantes fracs y a las damas luciendo sus voluminosos armadores. El ambiente impregnado de fragancias importadas de Europa nos decía mucho del público ahí presente.

 

El estreno del Alma llanera

Uno de los eventos más relevantes del Teatro Caracas se celebró la noche del 19 de septiembre de 1914: la compañía de opereta de Manolo Puértolas estrenó una zarzuela llamada Alma llanera. El autor del libreto fue el periodista y escritor Rafael Bolívar Coronado; la música corrió a cargo de Pedro Elías Gutiérrez, director de la Banda Marcial de Caracas y compositor de diversos géneros musicales, entre ellos la zarzuela. Gutiérrez no fue del todo original con la composición, pues el primer segmento de la música lo tomó del vals Marisela de Sebastián Díaz Peña y la segunda parte de la composición fue extraída del vals Mita, cuyo autor fue el curazoleño Jan Gerard Palm.

Rafael Bolívar Coronado, autor del libreto del Alma llanera, estaba entre el público el día del estreno; sin embargo, al no sentirse satisfecho por el desarrollo de la obra, decidió salir del teatro, temiendo un posible abucheo. Para sorpresa de todos, la obra fue aclamada por el público y muy bien reseñada por la prensa. El impacto fue tal que el propio general Juan Vicente Gómez premió a Bolívar con una beca de estudios en España.

Desde entonces, Pedro Elías Gutiérrez empezó a interpretar el Alma llanera de forma independiente en las retretas de la Plaza Bolívar, hasta el punto de que el público bautizó la pieza como el "segundo himno nacional".

 

Parroquia adentro:

Gabriel Torrealba Sanoja

parroquiadentro@gmail.com


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