La noche se muestra hermosa en los 50 de Serenata

La agrupación es patrimonio nacional y se considera parte de la identidad venezolana

Sus cuatro integrantes dieron a conocer en el país parte del legado musical venezolano. 

16/08/2022.- “Serenata Guayanesa es la agrupación más vergataria de la música tradicional y folclórica que ha existido en Venezuela en todos los tiempos... y nadie los ha escuchado más que yo. A los 10 años me robé un casete del volumen 1 y desde entonces los he escuchado seguido hasta el día de hoy, que tengo 59 años.... Sí a mí me pidieran escribir una vaina sobre Serenata Guayanesa, no tendría que preguntarle nada a nadie... la haría en un momentico y me saldría íntegra de mi corazón... ¡porque la amo!”, proclama Pedro Contreras, un ingeniero, músico, compositor e historiador de Barcelona.

Su vehemente admiración hace que Contreras merezca abrir este perfil sobre la emblemática agrupación bolivarense que acaba de arribar a los 50 años.

“Cincuenta años de acompañamiento, de una carrera de puro amor a Venezuela. Los Serenatos, como les decimos cariñosamente, son parte de nosotros, de nuestra identidad, de nuestra venezolanidad”, comenta otra leyenda viviente de la canta popular, Cecilia Todd.

“No ha habido ningún otro grupo vocal de ese tipo con cuatro voces de hombres, es una propuesta superoriginal. No hay nada igual ni parecido a ellos en Venezuela. Siempre han estado buscando en los diferentes ritmos venezolanos para difundir los que no se han oído tanto –añade-. No me gusta decir eso de ‘rescatar’, pero es lo que han hecho. Han ayudado a construir el país porque las tradiciones son las que hacen una nación”. 

Todd dice que los considera básicamente amigos y en el plano musical ya son parte de la historia venezolana. “No les deseo que cumplan otros cincuenta, porque va a ser un fastidio para ellos andar por ahí cantando con más de cien años. Pero se les agradece muchísimo y les reitero mi admiración, mi cariño, mi respeto y mi amor”, expresa.

El cuatrista Hernán Gamboa formó parte del grupo original.

Patrimonio nacional

El cultor e investigador musical Gino González responde, de entrada, con una décima: “Serenata Guayanesa / patrimonio nacional / La totuma espiritual / de esta tierra y su belleza. / Ya es requisito en la mesa / del corazón este canto / entre olores de mastranto / y el colorido del pez / nutre el alma porque es / de la realidad el encanto”.

Luego se lanza en prosa: “En lo particular lo que a mí me emociona y aprecio es la estética, el arte del canto salvaje, del canto bárbaro, originario, por eso me estremezco ante voces como la de María Rodríguez, Guillermina Ramírez, Gualberto cuando canta un polo espellejao, la de Nelson Morales y Dámaso Figueredo, pero dentro de la música y el canto nacional también valoro a aquellos cantores y cantoras y aquellos grupos que demuestran maestría en la elaboración de una canción, y entre ellos está Serenata Guayanesa. Son virtuosos y cada vez que han montado una canción lo han hecho con maestría, con indudable belleza, y eso se admira”.

González enfatiza que la agrupación “caló profundamente en la fibra de nosotros y nosotras como pueblo, en los niños, las niñas, los adultos y adultas, los viejos y las viejas. Y no me refiero con esto a lo que se ha llamado canto estilizado y que en algunos casos ha terminado en cursilería, repeticiones de burdas baladas, sin sustento para quien puede apreciar la buena música. Serenata Guayanesa, en cambio, tiene un virtuosismo a la altura del Quinteto Contrapunto”, subrayó.

Uno de los integrantes, Iván Pérez Rossi, accede a hablar de ese medio siglo de canto, aunque advierte que no le gusta hacerlo porque se cae en la vanidad y la echonería. “Pienso que es mejor que la gente opine sobre el trabajo que uno ha hecho, que está a la vista de todos. Pero puedo decir que desde el segundo volumen dimos a conocer el calipso de El Callao al resto de Venezuela, porque solo se conocía en Guayana. Luego pasó algo parecido con Francisca'e Paula Chirimoya, que es una fulía negra del litoral central, un género también poco conocido. Dimos a conocer la primera malagueña margariteña. Por supuesto que los margariteños habían cantado eso siempre, pero no había habido un grupo de difusión nacional que hiciera grabaciones de malagueñas. En el volumen 3 dimos a conocer el joropo oriental o lo que llaman golpe y estribillo”.

Otra faceta importante, a juicio de Pérez Rossi, es la recopilación de música navideña, que ocupó dos LP y un CD. “Igualmente tuvimos un papel importante en las canciones para niños. Casi no se conocía nuestra música infantil. Nosotros fuimos en el año 82 a una exposición de juegos y juguetes en el Museo del Folklore, que quedaba por Los Chorros, y la música que había era de canciones españolas para niños, muy lindas y que todo el mundo se las aprendió acá, como El cocherito leré, Estaba el señor don Gato, La muñequita y Había una vez un barquito chiquitico… Y allí nos preguntamos por qué no hacer un disco para niños”.

Luego de haber hecho ese disco y pasado cierto tiempo, grabaron una cuña con la Fundación Bigott y fueron a asentamientos del pueblo pemón en la Gran Sabana. “Nos impactó que los niños pemones cantaban nuestras canciones, y eso se lo debemos a los maestros, que consideraron importante enseñarles a los niños de todas las escuelas esas canciones que nosotros habíamos grabado. Por eso escenificaban La pulga y el piojo, Este niño Don Simón, El papagayo. Eso mismo nos pasó en el Delta del Orinoco, donde fuimos por invitación de una amiga nuestra que trabajaba con Amoco. Allí solo llegaba la radio de Trinidad y Tobago, pero los niños cantaban las canciones nuestras”.

Y, para cerrar, qué más puede decírsele a Serenata Guayanesa sino que “la noche se muestra hermosa y rebosa de alegría / las estrellas dicen cosas, titilando poesía / la luna canta sonriente y se inclina frente a ti / para desearte por siempre, un cumpleaños feliz”.

Músicos y público en general reconocen con amor el legado de la agrupación.

Grabados en la memoria nacional

La historia dice que estaban los cuatro jóvenes amigos cantando en una casa de familia, por allá en 1971, cuando los escuchó el entonces gobernador de Bolívar, Manuel Garrido, quien les propuso grabar un disco de música bolivarense.

El disco se llamó Serenata Guayanesa y fue tal su éxito que terminó transfiriendo el nombre al cuarteto, formado entonces por Hernán Gamboa (tenor y primer cuatro), Iván Pérez Rossi (barítono y segundo cuatro), César Pérez Rossi (barítono y percusión) y Mauricio Castro Rodríguez (contratenor y percusión). Cincuenta años después, tres de ellos siguen juntos. Gamboa, un virtuoso del cuatro, se separó de la agrupación en 1983 y falleció en 2016. A lo largo de cuatro décadas, el lugar ha sido ocupado por Miguel Ángel Bosch y Sabin Aranaga.

La invasión de géneros extranjeros (algunos de ellos sumamente destructivos) ha golpeado duro, pero lo sembrado por Serenata Guayanesa durante medio siglo ha contribuido de manera determinante para preservar tantas joyas de nuestro patrimonio cultural.

La lista de temas que Serenata Guayanesa ha pegado ocuparía un extenso espacio. Esas canciones están grabadas no solo en los soportes propios de cada época (discos de acetato, cintas de casete, discos compactos, archivos digitales, Youtube, Spotify…), sino también en la mente de muchos venezolanos y –quién lo duda– en la memoria colectiva del país.

CLODOVALDO HERNÁNDEZ/CIUDAD CCS

 

 

 


Noticias Relacionadas