El asteroide 2024 YR4 tiene ahora un 3,1 % de probabilidad de impacto

La Nasa explica que la posibilidad de este hecho aumentará antes de caer rápidamente a 0

La buena noticia, subrayan los expertos, es que hay tiempo de sobra para prepararse.

 

19/02/25.- Un asteroide que podría arrasar una ciudad tiene ahora un 3,1 % de probabilidades de chocar contra la Tierra en diciembre de 2032, según datos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, publicados este martes, lo que lo convierte en la roca espacial más amenazadora jamás registrada por las previsiones modernas.

Este cuerpo celeste, apodado "asesino de ciudades", ha captado la atención de los astrónomos debido a su potencial colisión con nuestro planeta. Aunque el riesgo sigue siendo bajo, su monitoreo constante es esencial para determinar posibles escenarios.

El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) inicialmente estimó una probabilidad de impacto del 1,3 %, la cual ha ido incrementándose con el tiempo.

La plataforma Sentry de la NASA registró un nuevo aumento, pasando de 2,1% a 3.1% en febrero de 2025, lo que ha generado alertas en diversas agencias espaciales y organismos internacionales.

La Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), una colaboración mundial de defensa planetaria, emitió un memorando de alerta el 29 de enero, después de que la probabilidad de impacto superara el uno por ciento. Desde entonces, la cifra ha fluctuado, pero sigue tendiendo al alza.

A pesar del aumento de las probabilidades, los expertos afirman que no hay que alarmarse. La comunidad astronómica mundial sigue de cerca la situación y el telescopio espacial James Webb se dispone a fijar su mirada en el objeto, conocido como 2024 YR4, en marzo de este año.

“El telescopio espacial James Webb de la Nasa observará el asteroide en marzo de 2025”, escribió Moly Wasser, integrante de la agencia espacial estadounidense, en una publicación a principios de este mes.

Agregó: “A medida que se realicen más observaciones de la órbita del asteroide, obtendremos más información sobre su probabilidad de impacto”.

También detalló que es posible que la gran roca no impacte en la Tierra, como ha sucedido con otros asteroides anteriormente.

Sin embargo, concluyó: “También es posible que el porcentaje de su probabilidad de impacto siga aumentando”.

Por su parte, Bruce Betts, científico jefe de la Sociedad Planetaria, una organización sin fines de lucro, declaró a la Agence France-Presse (AFP): “No tengo pánico (…) Naturalmente, cuando ves que los porcentajes aumentan, no te sientes bien”, añadió, pero explicó que a medida que los astrónomos recopilen más datos, la probabilidad aumentará antes de caer rápidamente a cero.

Observaciones del Webb en marzo

“Es un acontecimiento muy, muy raro”, dijo a la agencia AFP, pero añadió: “Esto no es una crisis en este momento. No es la extinción de los dinosaurios. No es el fin del planeta. Esto es como mucho peligroso para una ciudad”.

Los datos del telescopio Webb, el observatorio espacial más potente, serán clave para comprender mejor su trayectoria, dijo Betts.

“Webb es capaz de ver cosas que son muy, muy tenues”, dijo, lo cual es clave porque la órbita del asteroide lo está llevando actualmente hacia Júpiter, y su próximo acercamiento no será hasta 2028.

A diferencia del asteroide de 10 kilómetros de ancho, que aniquiló a los dinosaurios hace 66 millones de años, el 2024 YR4 está clasificado como un “asesino de ciudades”; no es una catástrofe global, pero puede causar una destrucción significativa.

Su potencial de devastación no se debe tanto a su tamaño como a su velocidad, que podría ser de casi 65.000 kilómetros por hora si impacta.

Los astrónomos estiman que tiene entre 40 y 90 metros de ancho, según su brillo. El análisis de sus señales luminosas sugiere que tiene una composición bastante típica, en lugar de ser un asteroide raro rico en metales.

Si entra en la atmósfera terrestre, lo más probable es que se produzca una explosión en el aire, lo que significa que su fuerza sería de aproximadamente ocho megatones de TNT, más de 500 veces la potencia de la bomba atómica de Hiroshima.

Pero no se puede descartar un cráter de impacto, si el tamaño se aproxima más al extremo superior de las estimaciones, dijo Betts.

Si impacta, los posibles lugares de impacto incluyen el este del Océano Pacífico, el norte de Sudamérica, el Océano Atlántico, el norte de África, el Mar Arábigo y el sur de Asia, según lo señala la nota de la IAWN.

 

La trayectoria abarca ocho de las 100 ciudades más pobladas del mundo: Bogotá, Abiyán, Lagos, Jartum, Bombay, Calcuta y Dacca.

La buena noticia, subrayan los expertos, es que hay tiempo de sobra para prepararse. En caso necesario, podrían enviarse naves espaciales para desviar el asteroide, tecnología que se demostró con éxito en la misión DART 2022 de la NASA, que alteró el curso de un asteroide no amenazador.

LUCILA CONTRERAS / CIUDAD CCS


Noticias Relacionadas