Letra veguera | El fascismo anda suelto

27/03/2024.- La decisión tomada por el presidente Maduro de crear una Alta Comisión de Estado contra el Fascismo y el Neofascismo, anunciada el 24-M por @DelcyRodriguez, tiene una connotación trascendental que enmarca un ciclo histórico del fascismo en América Latina.

El 24 de marzo de 1976, un grupo de militares dirigido por Jorge Videla ejecutó un sangriento golpe de Estado contra María Estela de Perón: desaparición y muerte de personas, encarcelamientos, torturas y violaciones en masa de los derechos humanos, sociales y políticos, fue el destino de la sociedad argentina hasta 1983, cuando la decadencia del régimen militar produce un nuevo ciclo para retornar a una etapa "democrática" sujeta a las leyes del capitalismo mundial y a la honda huella de la tragedia dejada por la dictadura.

Tres años antes en Chile (1973) los EE. UU. a través de la CIA y sectores militares de ultraderecha ejecutan un golpe de Estado contra Salvador Allende y el gobierno de la Unidad Popular.

La Comisión propuesta por Nicolás Maduro debe presentar a la brevedad posible ante la Asamblea Nacional un Proyecto de Ley contra el Fascismo y toda expresión neofascista en el accionar y quehacer de la política venezolana.

La misma tiene su basamento en los hechos violentos que sacudieron al país en los años 2014, 2015, 2017, los ecocidios perpetrados en los parques nacionales, como el Wuaraira Repano, la quema de animales y personas vivas por razones políticas, de odio de clase y racial, así como las graves consecuencias para la economía del país, la soberanía y el territorio nacional  tomados por asalto por actores ultraderechistas que alcanzaron con votos el parlamento venezolano en el año 2015. Este fue un período signado por el saqueo a Venezuela de sus recursos y de sus activos en el exterior, y de una profunda desestabilización interna, comandada directamente por los gobiernos de EE. UU. y las élites del poder apostadas en la Unión Europea y Foros Internacionales.

También señala, en su cuenta en X, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, que "en consideración de la situación internacional, cuya paz y estabilidad están amenazadas por expresiones neofascistas enconadas en centros de poder al servicio del norte global", esta ley debe regir la relación de Venezuela con los pueblos del mundo amenazados por este signo. 

Nos toca promover esta idea con carácter internacional. Considero que esa comisión no solo debe crear una ley, sino que debe mantenerse vigilante, proponiendo al Presidente y demás órganos del Estado medidas para contener y derrotar el fascismo.

 

Un libro clave

Fascismo trasatlántico. Ideología, violencia y sacralidad en Argentina, es una de las obras claves para comprender la "corriente" por donde navegan las voces de la antipolítica.

Ese libro de Finchelstein llegó a mis manos durante un evento al que asistí en una barriada de Buenos Aires, invitado por el Movimiento "La Cámpora", para explicar los terribles sucesos vividos entre el 2014 y 2018, cuando la ultraderecha Venezolana protagonizó una serie de actos (guarimbas), cuya atrocidad certifica la más viva expresión del fascismo criollo, caracterizado por la supremacía racista, el odio y la voluntad criminal, que, sin duda, nutren la estirpe del nazismo.

Los nombres de Enrique Capriles Radonzky, Leopoldo López, Yon Goicochea, Julio Borges, Freddy Guevara, Gaby Arellano, Juan Requesens, Daniel Ceballos y otros, como figuras del elenco "practicante" de esta banda política y delincuencial, escudada en partidos y organizaciones políticas y religiosas que brotaron en el 2002, cuando las élites empresariales, eclesiásticas, sindicales y "petroleras", acompañadas por un reducido grupo de militares y desde el contrafuerte de los medios de comunicación privados, ejecutaron el golpe de Estado contra Hugo Chávez, son, en esencia, vértebras de ese cuerpo aún vivo, cuyo esqueleto es dotado de fibra monetaria por los Gobiernos norteamericanos y de otras latitudes del planeta.

 

Finchelstein

La obra del citado autor argentino es importante destacarla porque hace un despliegue de diversas fuentes y presenta la ideología fascista como un fenómeno globalizado y que ha sido "exportado" para su diseño y ejecución en América Latina.

Está anclada en una vasta documentación y archivos oficiales italianos y patrimoniales de escritores y políticos como Leopoldo Lugones, Scalabrini Ortiz y, sobre todo, en expedientes y papeles personales de Mussolini, de la CIA y del Departamento de Estado de norteamérica.

Finchelstein explora hasta el hueso los casos argentino e italiano, creando un referente no convencional y metodológico hasta llegar al punto clave: identificar los puentes entre ambas fronteras o como dice el propio autor: “las diferentes posibilidades interpretativas, conexiones y puntos en común mediante el análisis de dos ideologías nacionales y sus relaciones trasnacionales”.

De algún modo, el tema ha propiciado una discusión contracara de la historiografía existente sobre los tópicos del nacionalismo, el fascismo, el totalitarismo y el catolicismo, dado que desde sus ámbitos y pugnas históricas se han "normalizado" los vehículos transmisores de la ideología y valores del fascismo, fundamentalmente aquel derivado del infame pensamiento doctrinario de Musulini.

Esta obra se la entregué en sus manos al presidente Maduro. Seguro le será de mucha utilidad en esta hora en que el fascismo anda suelto por estos lares.

 

Federico Ruiz Tirado


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