Araña feminista | Leyendo sobre la paz en un mundo en guerra

14/10/2024.- Hace unas semanas una amiga me envió un trabajo titulado “Reflexiones en el día de la paz” de la amiga Flor María Ríos, nada más oportuno que acercarse a estas reflexiones de Flor en momentos cuando el mundo parece estar sumido en una crisis multidimensional de proporciones casi catastróficas.

La paz como señala Flor “no es un estado pasivo, sino un proceso activo que requiere del esfuerzo colectivo, de la educación, de la voluntad y del respeto a la diversidad”, yo agregaría a esto que la paz no es ausencia de conflictos, sino que es un estado donde los conflictos se enfrentan y solucionan sin hacer uso de la violencia, la coerción o cooptación de la voluntad.

En la actualidad, el mundo está muy lejos de cualquier concepto o definición de paz y para demostrarlo Flor señala lo siguiente:

“Para septiembre de 2024 se habían emitido 31.150 medidas coercitivas unilaterales sobre 30 países, impuestas por el Gobierno de EE. UU., la Unión Europea, Canadá, Suiza, Francia y el Reino Unido. El 97% de estas medidas (30.103) se concentran en 9 países y el restante 3% se distribuye entre 21 naciones. Venezuela es el quinto país con medidas coercitivas unilaterales”

"A junio de 2024, se registran 56 conflictos armados activos, el mayor número desde la Segunda Guerra Mundial. Entre los destacados están Ucrania, Sudán, Etiopía, Afganistán, Siria, República Democrática del Congo. Muy preocupante es que estos conflictos no solo afectan a las naciones directamente involucradas, sino que cada vez tienen un componente internacional más fuerte. Actualmente 92 países están participando en guerras fuera de sus fronteras, lo que agrava las tensiones globales y amenaza la estabilidad mundial. La intervención de potencias externas en estos conflictos prolonga las hostilidades y dificulta las soluciones pacíficas".

A este apartado hay que señalar la agresión militar sostenida de Israel sobre Palestina y países vecinos como Líbano.

En estos escenarios se agrava el exterminio y despojo del pueblo palestino, la trata de personas, las violaciones de los derechos humanos de las personas migrantes, la violencia de género y, por supuesto, el avance de los poderes corporativos y su despojo a territorios y pueblos.

A este panorama tenemos que agregar el de nuestro país, y Flor en su análisis se asoma a los acontecimientos ocurridos a partir del 28 de julio, los cuales describe como: “Asedio neofascista por parte del Gobierno de Estados Unidos, lo que ha sido una constante desde el triunfo en 1999 de la Revolución y del Gobierno Bolivariano, siendo objeto de todas las formas de guerra conocidas como de nueva generación, difusa, multiforme, psicológica, económica, comercial, amenazas a la estabilidad de la nación, golpes de Estado, intentos de magnicidios. Fue exacerbado los días 28 y 29 de julio de 2024, en el marco de las elecciones presidenciales, aplicándose una nueva estrategia de guerra develada como cognitiva, que se dirigió contra el pueblo”

La militante Flor termina su ensayo con una serie de necesidades para construir una paz real y verdadera, entre ellas señala el tomar conciencia de la gravedad de los hechos ocurridos y de las amenazas latentes contra el derecho humano a la paz en nuestro país, el aprender a reconocernos como hermanas/os, iguales en dignidad, con sentido de pertenencia a la Patria Bolivariana, orgullosos de nuestra venezolanidad y el asumir la defensa de los diálogos de paz y la diplomacia bolivariana entre los pueblos como herramientas para el entendimiento.

Flor Ríos, directora ejecutiva de Fundapaz, integrante de la dirección nacional de Unamujer.

Alejandra Laprea

 

 

 

 

 


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