Saludos estimados lectores. No todas las artes marciales son consideradas disciplinas deportivas, tal es el caso del hapkido, que es un arte marcial coreana practicada desde mediados de 1948 en todo el mundo, que se caracteriza por llaves en las articulaciones, golpes, patadas dinámicas y técnicas con armas.

El hapkido cubre una amplia gama de situaciones realistas y ataques, dando al practicante bases sólidas en diferentes formas de defensa, y enraíza las estrategias defensivas en principios dinámicos, físicos y naturales dándoles las herramientas para que aprendan a evitar el daño de su atacante, tomando ventaja de los puntos débiles y el control necesario de la situación.

Tomando en cuenta que el hapkido entrega total control en una confrontación física y enfatiza la precisión por encima de la fuerza bruta, el hapkidoca puede infligir daño localizado a un oponente evitando infligir daño involuntario, es por ello su popularidad en la seguridad privada y agentes de fuerza pública en el mundo, pero debe quedar claro que puede aplicarse fuerza lo suficientemente poderosa e inclusive letal de ser necesario en una confrontación de vida o muerte. 

El hapkido le ayudará a desarrollar fuerza, flexibilidad, fuerza de voluntad, y confianza que le brindará una mejor calidad de vida. La enseñanza de principios de conducta y de concentración propuestos por la disciplina es su mayor beneficio. Es muy recomendado su práctica en niños en pubertad ya que influye positivamente en el crecimiento fortaleciendo musculatura.

La ejecución de sus métodos puede provocar lesiones serias entre las más conocidas están las articulares que van desde una luxación hasta una fractura, las lesiones de los ligamentos de la rodilla también están presentes. Lo ideal es anular el ataque y controlar al agresor de forma eficaz para garantizar la supervivencia en todo momento, se trata de evitar lesiones innecesarias o incentivar conductas agresivas.

Por último y no menos importante, el practicante del hapkido deberá trabajar la autoconfianza y autocontrol para emplear los métodos de forma responsable, segura y profesional, de lo contrario, la práctica se vuelve peligrosa para él y todos en su entorno. Hasta una próxima entrega.

Ydalmis Bravo