Tinte polisémico | Tipos de cambio y depreciación

Es importante comprender los mecanismos y factores que determinan las tasas de cambio

 
Conocer el tipo de cambio o la cotización con respecto al dólar, expresada en bolívares, el cual refiere el valor diario de la moneda de los Estados Unidos, se ha convertido en un indicador de vitalísimo interés para el ciudadano de a pie, es decir, se comporta como actor participante en el mercado de divisas, tal cual las empresas, entidades financieras o el Banco Central como autoridad monetaria.
 
Una depreciación monetaria es la pérdida de valor de una moneda con respecto a otra, en otras palabras es la variación de incremento del tipo de cambio; por ejemplo, el aumento de la cantidad de bolívares con los que se debe contar para adquirir un dólar de los Estados Unidos (Bs / US$).
 
En términos contables la depreciación es una cualidad de los activos fijos tangibles, como las edificaciones, maquinarias y equipos, mobiliarios, entre otros, que pierden valor por razones del uso, la operación, paso del tiempo, el desgaste, el deterioro y la obsolescencia.
 
Por otro lado, conviene aclarar que una devaluación monetaria consiste en una medida de carácter administrativa, que adopta la autoridad monetaria al fijar unilateralmente el valor del tipo de cambio expresado en términos de la moneda nacional con respecto a una divisa, y se produce en sistemas cambiarios del tipo fijo. Los sistemas, que son de libre flotación o arbitraje, operan a través de los mecanismos de la oferta y la demanda para la fijación del precio en el mercado de divisas, es decir, sin intervención gubernamental.
 
Dados los impactos que origina la depreciación de la moneda de curso legal para la economía de un país, y en consecuencia para todo ciudadano, es importante comprender los mecanismos y factores que comportan y determinan las tasas de cambios entre los distintos signos monetarios.
 
Antes vale la pena destacar que la complejidad en el establecimiento de los tipos de cambio dificulta explicar la naturaleza de este fenómeno monetario, al punto que la teoría económica actual no ha alcanzado un consenso en cuanto a las fuerzas y mecanismos de cómo se fijan las cotizaciones. Sin embargo, entre los factores que inciden en las fluctuaciones futuras de los tipos de cambio de las divisas, los economistas coinciden en considerar tres elementos: la inflación del país, su tasa de interés y la psicología del mercado. 
 
La esencia del asunto sería saber si podemos estimar con precisión, cuál es el valor o la cotización de una divisa en el futuro. Así estaríamos administrando lo que se denomina el riesgo cambiario, en otras palabras, podrían los agentes económicos predecir las fluctuaciones de las cotizaciones y evitar las afectaciones negativas patrimoniales. En síntesis incurrir en pérdidas económicas por la variación del precio entre distintas monedas.
 
Los tipos de cambio y sus fluctuaciones tienen una repercusión sumamente importante en las oportunidades de exportación, importación, en la productividad de los acuerdos comerciales, inversión y financiamiento. En resumen, los negocios internacionales buscan oportunidades basados en esas imperfecciones del mercado cambiario.
 
La incertidumbre de los denominados mercados cambiarios, de contado (spot), asociado al corto plazo, y el mercado de futuros de largo plazo, configuran el ambiente para el intercambio de las divisas. En ese entorno, de interconexión digital 24/7/365, se transan bajo distintas modalidades, instrumentos, contratos, al amparo de reglas y normas específicas, donde los distintos participantes: inversionistas, bancos, corporaciones, gobiernos, autoridades monetarias, etc., interactúan en la procura y el suministro de las distintas divisas para atender sus particulares necesidades transaccionales, de cobertura de riesgos, por inversiones y, naturalmente, también las de orden especulativo. 
 
Pero retornemos al ámbito local, a la esfera de interés de un ciudadano común que como agente económico, frente a un entorno que le exige adaptarse para atender sus necesidades de orden práctico y cotidiano, busca instintivamente protegerse comprando divisas (dólares o euros) que no son la moneda de curso legal. De este modo, se crean las expectativas para una constante depreciación, manipulada por actores y autores que persiguen atentar contra la estabilidad del bolívar. Todo esto forma parte de las tácticas en el marco de una estrategia imperial, para evitar la recuperación económica de una nación que resiste contra la pandemia y un inmisericorde e inhumano bloqueo. Venceremos. 
 
Héctor E. Aponte Díaz
 

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