Memorias de un escuálido en decadencia | Abril

30/03/23.- ¡Abril es el mes más cruel! Así dicen los que han leído a un tal Eliot. Nosotros repetimos esa vaina porque, en verdad, abril es el mes más cruel para nosotros. Los chavistas empiezan a joder desde temprano y empezamos a revivir aquellos momentos cuando estuvimos a punto de tomar el cielo por asalto, pero, como siempre, pelamos bola. Una vaina que no tiene perdón de Dios. Todos estábamos celebrando en la noche del 12 de abril, y el 13, cuando nos despertamos enratonados después de habernos bebido todo el whisky que teníamos acaparado por la arrechera, y con aquel ratón del carajo, vimos que allí estaba el dictador con un Cristo en la mano diciendo no sé qué cosa, y uno llorando, no por la pea, sino porque nos enteramos de que el dictador había regresado y la gente cantaba: "Volvió, volvió, volvió". Y nosotros también cantamos: "Volvimos, volvimos, volvimos a jodernos". Todos esos momentos los vamos a vivir otra vez, porque los chavistas no se cansan de joder. Carajo, está bien que lo recuerden un año, dos años, pero todos los años salen con esa jodedera como para que uno se ponga a llorar otra vez. Y ahí está el abogado Daniel —Considerando— Romero llamando a la gente a firmar para darle legalidad a aquel golpe o coñazo triunfante que habíamos dado nosotros que fuimos tan sinceros.

Y vuelven a recordar a Pedro —Fedecámaras— Estanga y a Carlos —"El paro se nos fue de las manos"— Ortega, y a todos los que pasaron por allí para que les dé vergüenza, pero ahí sí están pelando bola los chavistas, porque a ninguno de nosotros nos da vergüenza nada. Bastante vainas hemos vivido, y siempre calladitos y sin decir un carajo, y esperando que vuelva otra oportunidad para ver si volvemos a darle un golpe o coñazo a la dictadura. Ya vimos al compañero Leopoldo —Poeta— López leyendo su discurso en el Senado del Congreso de Estados Unidos, eso sí, pidiendo dólares para tumbar a Maduro, porque con su poesía no es suficiente, suficiente. Ya han estado allí tres de nosotros, en la gloria de las instituciones de nuestra segunda patria. La compañera María —Súmate— Machado estuvo en el Salón Oval saludando y poniéndose a la orden del compañero Bush. Después llegó a la Casa Blanca, de la mano del compañero Bush, el interino que nos metió en este peo en el que estamos, que teníamos Presidente y ahora no tenemos, y no sabemos dónde carajo estamos por fin. Y ahora llega al Senado del Congreso de los Estados Unidos nuestro poeta Leopoldo López. Es una hazaña esa vaina. Y parece mentira, para nosotros ha sido más fácil llegar a la Casa Blanca, y al Salón Oval, y al Senado de Estados Unidos, que llegar a Miraflores. Esa vaina se dice y nadie la entiende porque la vida es dura, pero es difícil.

—Pasé por la Plaza Bolívar, y en la Esquina Caliente tienen una fiesta esos carajos chavistas, que provoca meterlos presos y ponerles todas esas canciones en el calabozo para ver cómo carajo aguantan tanta vina. —Así dijo el papá de Margot cuando entró al apartamento. Y siguió directo a la sala y tomó asiento y tomó el control remoto y prendió el televisor y vio que estaban anunciando los actos para "el mes de la dignidad, cuando el pueblo y sus fuerzas armadas derrocaron la oligarquía…". Apagó el televisor y tiró el control contra la pared y se puso de pie y fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "A ti te puso el gobierno ahí para que tiraras esa puerta todo el tiempo, desgraciado".

—Y volver con la frente marchita... —Me canta Margot.

 

Roberto Malaver


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