17/10/22.- Tinta Violeta, una organización de la Araña Feminista a la que pertenezco, cumplió años este 16 de octubre. 10 años de construcción colectiva, de transformación comunitaria, de talleres y sensibilizaciones para erradicar la cultura machista. Empecé a militar en esta colectiva el 25 de noviembre de 2019. Durante este día internacional por la eliminación de la violencia de género, marchamos en Caracas para pedir justicia al Tribunal Supremo de Justicia frente a los femicidios y violencias sexuales en el país. Debo decir que, a partir de ahí, sentí que algo en mí comenzaba a florecer, pese a la crisis y bloqueo económicos que todavía afectan al pueblo entero.  

Con Tinta Violeta comenzamos a darle nombre a algo que desde hace varias décadas muchas compañeras y organizaciones feministas venían haciendo, dentro y fuera de la institucionalidad del Estado: acompañar amorosamente, desde la horizontalidad y empatía, a las mujeres, niñas, niños y adolescentes que están en situación de violencia y, además, se enfrentan a la cultura patriarcal, que aún está muy presente en las instituciones de justicia de género. 

Pero entendimos que el acompañamiento amoroso no es una tarea de una sola organización como la nuestra, sino que debe también ser parte del quehacer de las organizaciones que se definen como revolucionarias, entiendiendo que esta lucha feminista por el acceso a la justicia es transversal a todas nuestras luchas. Por ello, en los últimos años, desde Tinta construimos la Red de Acompañamiento Territorial, integrada actualmente por organizaciones de más de 15 estados del país como Distrito Capital, Miranda, Carabobo, Sucre, Lara, Anzoátegui, Delta Amacuro, Amazonas, Apure, entre otros. 

Desde estos territorios, nosotras, organizaciones aliadas del Movimiento Popular Venezolano y equipos especializados brindamos sensibilizaciones sobre violencia basada en género (Vbg), apoyo psicosocial, asesoría jurídica y gestión de casos de Vbg de niños, niñas y adolescentes, así como atención de casos de trata de personas. 

Sin duda alguna, en esta década hemos crecido, pero más importante es recalcar que, a la par de este crecimiento lleno de conocimiento y experiencias, seguiremos insistiendo en la transformación cultural dentro de los territorios, en las comunidades, en las instituciones para que, dignamente, las mujeres, niñeces y disidencias sexuales podamos vivir una vida libre de violencia. 

"¡Venezuela será feminista o no será!", para nosotras/es es una acción política permanente, es un proceso social que venimos construyendo. 

Laura Cano