Memorias de un escuálido en decadencia | Simulacro

05/07/2024.- ¡Abran paso que empezó la carrera! El simulacro chavista nos dejó tan jodidos que hemos inventado una serie de vainas en las redes sociales para que nuestra gente siga confiando en uno. Ahí decimos que se filtró un audio y la mujer que habla dice que ganó "Edmudo", pero esa vaina no se la cree nadie, porque nosotros no salimos a votar; salieron a votar por nosotros los pendejos que todavía siguen creyendo que huevo de burro es corneta. Uno de los que pusimos a votar fue a Embajada Radonski, porque ese no tiene nada que hacer y ya nadie le hace caso, y él cree que todavía se le recuerda, pero él sabe que sus mejores tiempos ya pasaron. Ahí estuvo diciendo unas cuantas pendejadas, pero de los otros líderes nuestros —que, de paso, tenemos un montón—, ninguno dio la cara en ese simulacro. Porque nosotros sí sabemos de simulacros, como lo dijo el periodista Clodovaldo Hernández en ese panfleto que llaman El Especulador Precoz, y, si no, que lo diga el héroe Guaidó, que le montaron ese simulacro de presidente interino en Estados Unidos y un montón de gente salió a votar... perdón, a aprobar una vaina más falsa que un billete de trece. Hasta unos cuantos países se montaron en ese simulacro y formaron su Grupo de Lima, que después se fue al carajo, pero, eso sí, con el dinero se quedaron unos pocos. Por allá, en Madrid, anda Dinorah Figuera, cobrando su presidencia de la Asamblea Nacional en el exilio, mientras El Poeta López también cobra su poesía, y carísima. Ese sí fue un simulacro efectivo. Una vaina que no nos gustó mucho en este simulacro fue que después unos bolsas, compañeros nuestros, salieron a decir que el dictador no estaba derrotado porque se movilizaron que jode, y que para el 28 de julio seguro que lo hacían mejor, así que no nos pongamos a contar los pollos antes de nacer, porque nos pueden echar una vaina. Así comenzaron a decir. Lo que pasa es que ese simulacro puso a pensar a más de uno en saltar la talanquera, y ojalá que no se nos vayan ahora cuando más falta nos están haciendo. Es verdad que el verdadero simulacro somos nosotros, con ese candidato que no levanta ni calumnias, aunque eso se piensa, pero no se dice, como nos enseñó el compañero Espoleta Allup.

Otra vaina que nos dejó en el abandono fue el anuncio de la vuelta al diálogo de la dictadura con nuestro gobierno, o sea, con Estados Unidos. Nos quedamos inventando, como siempre, vainas que no tienen nada que ver. ¿Por qué carajo no nos llaman a nosotros y llaman al dictador? Será porque saben que va a ganar y nosotros estamos perdiendo el tiempo en esta elección, como lo hemos hecho en todas las elecciones. Somos aliados y no nos pueden echar esa vaina. Eso le quitó el entusiasmo a un montón de compañeros que todavía creen que vamos a ganar. Y después, el miércoles, los dos militantes de la dictadura, Rodríguez, Jorge, y Rodríguez, Héctor, salieron diciendo que ya habían conversado con el gobierno de Estados Unidos y le dejaron bien claro que querían volver al acuerdo de Catar, del que uno no sabe un carajo, y que la soberanía y la autodeterminación de Venezuela se respetan. Así dijeron los carajos esos. Después salió el tirano diciendo que él cree que pronto volverá a tener embajada en Washington, si le devuelven el edificio que le robaron, y los consulados en Miami, Boston y la Colonia Tovar. Esa vaina nos tiene desconcertados. Más de uno ya perdió las ganas de votar. Y los que fuimos a la marcha de ayer, 4 de julio, para celebrar la declaración de independencia de nuestra patria, es decir, de Estados Unidos, estamos decepcionados con los compañeros que están gobernando, porque nos están sacando el culo.

El papá de Margot llegó de la calle diciendo: "¿De dónde carajo sale tanto chavista? El liceo Andrés Bello parece que estaba regalando los títulos de bachiller. Había un gentío ahí para votar en el simulacro. No hay gente a la que le guste votar más que a un chavista. Cuando van caminando y pasan frente a una escuela, preguntan si están votando para dejar su voto ahí. Y nosotros hablando pendejadas por las redes y defendiendo a un candidato que no imaginó nunca en su vida que algún día lo iban a defender. Este simulacro nos dejó muchas dudas, así que mejor voy buscando mi franela roja, por si acaso". Y se fue al cuarto y agarró la puerta y le metió ese coñazo tan duro que la vecina salió gritando: "¿Perdiste en el simulacro también, muérgano?".

—Azul de aquella cumbre tan lejana... —me declama Margot.

 

Roberto Malaver


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